LUNES 12 DE JUNIO DE 2000
* La Armada y la Sedena, simples coadyuvantes en labores de auxilio: capitán Sánchez
Latente, el riesgo de más desgracias por los asentamientos irregulares
* Afirma que es fundamental una cultura de prevención para evitar pérdidas humanas
Jesús Aranda * A pesar de los avances en la cultura de prevención y en la coordinación entre las distintas dependencias para atender a la población civil en casos de desastres naturales, mientras existan asentamientos en los cauces naturales de los ríos y en otros lugares de alto riesgo, se mantendrá latente la probabilidad de que se presenten situaciones graves como las ocurridas en los últimos cinco años, en los que tan sólo la Armada de México ha prestado auxilio a 800 comunidades del país, evacuado a 10 mil 275 personas y rescatado 117 cadáveres.
En entrevista, el capitán de fragata, Raúl Sánchez Martínez, subjefe de operaciones del Estado Mayor de la Armada insiste en que, además de la preparación necesaria para que las autoridades afronten imprevistos, resulta fundamental una cultura de prevención de estos desastres para evitar pérdidas humanas y materiales.
De entrada, el oficial explica que la Secretaría de Gobernación es la que encabeza las acciones del Sistema Nacional de Protección Civil, y que tanto la Armada de México con su plan (Armada 2000) como la Defensa Nacional (DN-III) son simplemente coadyuvantes en las labores de auxilio a la población civil, así como otras instancias federales o estatales. Aunque las fuerzas armadas son más socorridas por la unidad de mando y por su disciplina.
Atlas de riesgo
Aun cuando las labores de auxilio a la población están cada vez más organizadas y que además, el Sistema Nacional de Protección Civil actualiza regularmente los atlas de riesgo en el país, todavía no es posible conocer los lugares e intensidad con que se presentarán las lluvias torrenciales, las cuales causan grandes estragos en las comunidades que indebidamente se ubican en los márgenes de los ríos, o en zonas bajas que son más susceptibles de inundarse.
Precisamente, comenta, la catástrofe por las torrenciales lluvias ocurrida el año pasado entre septiembre y diciembre del año pasado en los estados de Veracruz, Hidalgo, Tabasco, Oaxaca, Chiapas y Campeche, en las que la Armada prestó auxilio a 645 comunidades y evacuó a 6 mil 327 personas, sucedió de manera inesperada.
En cambio, en los casos de los huracanes o ciclones que se dirigen a las costas mexicanas, gracias a los sistemas de seguimiento estos fenómenos naturales con los que cuenta la Armada y la Comisión Nacional del Agua, es posible predecir el posible impacto de estos fenómenos tierra firme con al menos 3 días de anticipación.
Explicó que, incluso, la Armada cuenta con el Sistema Fotográfico Infrarrojo que le permite a esta dependencia actualizar cada hora la información meteorológica, para "subirla a la red interna" y que los comandantes de las regiones, zonas y sectores navales tomen las providencias adecuadas.
Al respecto, explicó que los mandos territoriales de la Armada de México participan de manera local, regional o nacional en los diferentes planes de protección civil, y que incluso, los comandantes de las regiones, zonas o sectores navales están facultados para actuar en caso de emergencia sin la colaboración de la autoridad civil. Pero, precisa en la plática, tan pronto es posible, los propios marinos se ponen al mando de la autoridad civil que es la encargada de coordinar las labores de apoyo a la población.
Recuerda que a raíz de los sismos de 1985 se iniciaron los esfuerzos del gobierno federal por crear un sistema nacional para casos de desastre, el cual, con el paso de los años se ha consolidado con la participación de los diferentes niveles de gobierno ųlocal, estatal y nacionalų, a efecto de que la ayuda se preste de manera más organizada y coordinada.
Sin embargo, reconoce que el personal involucrado en protección civil sabe que los sismos, inundaciones o las lluvias torrenciales, así como las emergencias químicas y sanitarias, se pueden presentar en cualquier momento y que las autoridades deben estar prestas para reaccionar de inmediato.
En este contexto, la Armada está preparada para efectuar en caso necesario el control terrestre del lugar afectado, ofrecer vigilancia y seguridad, capacidad para evacuar a los damnificados, establecer refugios y albergues, garantizar la buena sanidad en el lugar y por último, colaborar en la rehabilitación de los servicios y asentamientos afectados. Pero, siempre en coordinación y bajo el mando de la población civil, insiste.
De acuerdo con la emergencia es la participación de la Armada, explica. Así las cosas, tan sólo el año pasado, la Secretaría de Marina destinó a 2 mil 337 marinos a labores de auxilio a la población civil ųprincipalmente en Tabascoų, e involucró en estas tareas 16 buques, 4 aviones, 17 helicópteros, los cuales movilizaron casi mil 800 toneladas de víveres.
Medios aéreos suficientes
Acepta, sin embargo, que siempre habrá necesidad de mayores recursos materiales para apoyar a la población en casos de desastre, sobre todo si quedan comunidades aisladas; pero rechaza que los medios aéreos con que cuenta la Armada sean insuficientes para afrontar estas situaciones. En todo caso, explica, si los diferentes mandos territoriales destinan helicópteros o aviones para una emergencia nacional, lo cierto es que también toman medidas para reorga- nizar sus unidades para que éstas no desatiendan las funciones que tienen encomendadas.
Por otra parte, además de su intervención en el Sistema Nacional de Protección Civil, la Armada es la encargada de salvaguardar la seguridad de la nucleoeléctrica de Laguna Verde que está en Veracruz.
Además, en caso de una contingencia detectada por el Plan de Emergencia Radiológica Externa (PERE), los miembros del tercer batallón de infantería de marina están capacitados para atender cualquier tipo de fuga radioactiva de la planta.
Sin embargo, a diferencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, la cual ha incorporado a sus planes de estudio la materia de protección civil, en la Armada no se ha considerado necesario que se imparta "académicamente" esta materia, toda vez que los mandos territoriales tienen la encomienda de organizar sus planes de protección civil, en coordinación con las autoridades locales y estatales
La participación de la Armada puede darse por iniciativa propia ųen caso de emergenciaų, o bien, a petición de parte, como ocurre actualmente en el Valle de Chalco, en donde al no existir un mando territorial de la Secretaría de Marina, las autoridades civiles solicitaron el apoyo de los marinos pertenecientes al mando territorial con sede en la ciudad de México, concluye.