LUNES 12 DE JUNIO DE 2000

* Evaluación a 15 meses de conflicto en la UNAM


El CGH no tiene la misma fuerza, coincidencia de todas las corrientes

* Según algunos de sus integrantes, "el consejo debe desaparecer"

Karina Avilés y Roberto Garduño * Transcurrieron quince meses de conflicto en la Universidad Nacional Autónoma de México, tiempo que para muchos de sus protagonistas fue de aprendizaje y nuevas experiencias. Hoy, a la distancia, algunos de sus actores piensan que el Consejo General de Huelga "debe desaparecer", y otros manifiestan que la lucha por la gratuidad de la educación va más allá de ese órgano. Pero una es la coincidencia: "El CGH ya no tiene la misma fuerza con la que implantó la huelga aquel 20 de abril".

Al nacer con el apoyo y simpatías de la mayoría de la comunidad universitaria, el CGH logró mantener la huelga más larga en la historia de la UNAM. Ahora, a los ojos de los mismos que los impulsaron, el consejo estudiantil es un grupo minoritario. A ello responden algunos de los estudiantes que en distintos momentos del conflicto jugaron un papel clave en el rumbo del movimiento y forman parte de las corrientes que se disputan la conducción:

Higinio Muñoz, identificado como líder del Comité Estudiantil Metropolitano (CEM); Ana Hannan, de la corriente En Lucha; Mario Viveros, a quien sin pertenecer a un grupo se le ubicó como "moderado"; Aldo Reyes, de Conciencia y Libertad; Jorge Pérez y Rodolfo Hernández, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), señalados en un principio como ultras y quienes hoy enarbolan el diálogo como salida al conflicto, y Aldo Guzmán, de Contracorriente, grupo al que sus compañeros perciben como "último eslabón de la megaultra", expresan a La Jornada su diagnóstico sobre la etapa actual y el futuro de la lucha estudiantil.

En momentos de confusión --porque al interior del CGH se emiten dos boletines de prensa elaborados por las dos alas que se disputan el control; las asambleas se han visto reducidas y muchas veces ni siquiera se celebran, dejando los resolutivos a los comités de huelga, y es una incógnita el papel que jugarán los seis universitarios excarcelados-- surgen las preguntas:

ƑQué cambió en la universidad a un año de su lucha? ƑLas cosas siguen igual que antes del 20 de abril de 1999?

Mario Viveros, alumno del CUEC, responde: conforme pasa el tiempo, regresamos a lo que nos obligó a cerrar la UNAM. Creo que las autoridades tienen una forma muy priísta de gobernar la Universidad, incluso autoritaria. Y cierto, sí hay espacios, pero éstos normalmente los tienen conquistados ellos, manipulan mucho la toma de decisiones, se benefician...Me parecía que algo tenía que cambiar, hasta cosas muy sencillas como el trato, pues ellos actúan como si fueran dueños de todo y te estuvieran regalando las cosas, incluso el conocimiento.

Para Aldo Reyes, del grupo Conciencia y Libertad, "las circunstancias son otras. A nosotros aún teniendo las instalaciones, aún teniendo movilización, no nos dieron los seis puntos del pliego petitorio, ƑCon qué base y con qué movilización podemos exigir eso ahora, y sin tener las instalaciones? Eso es lo real. No significa claudicar, es otra etapa del movimiento estudiantil".

La visión de Aldo Guzmán, de Contracorriente, se manifiesta así: "No hay democracia en la Universidad porque quien la gobierna lo hace mediante una estructura totalmente reaccionaria, antidemocrática, como las direcciones, los consejos técnicos y el Consejo Universitario. La rectoría permite que lo que se expresa en la UNAM como gobierno sean sus propios intereses, y por esa vía los de Zedillo, Labastida y el Banco Mundial, al cual el régimen está completamente subordinado".

Para Higinio Muñoz, quien observa una implicación entre su lucha y el proceso electoral, el terreno universitario trasciende el ámbito político nacional: "Por lo que se puede esperar para después del 2 de julio, en la Universidad tendremos condiciones muy difíciles para continuar el movimiento. Hay dos representantes de la derecha que están interesados en la privatización, por eso se requiere de acuerdos amplios entre los alumnos, especialmente porque los personajes a los que hay que enfrentar son Vicente Fox y Francisco Labastida".

ƑAutocrítica?

Antes de analizar las perspectivas del movimiento, Mario Viveros hace un preámbulo: "Todos lo perdimos, todos tenemos parte de culpa, los que estábamos adentro, los que no participaron y por supuesto el régimen y uso de los medios de comunicación, que sí golpearon salvajemente al CGH". Actualmente lo que se ve es un movimiento "totalmente muerto, un CGH que quién sabe por qué pelea. El movimiento de 1999 fue derrotado en 1999"

Rodolfo Hernández, de la ENTS, incluso refiere que el CGH "se ha convertido en lo que una vez combatió; algunos compañeros creen que por una situación de crisis se debe hacer a un lado a la masa en las asambleas. Es una actitud sospechosa, pues promueven el aislamiento del CGH".

Por el lado de la corriente En Lucha, Ana Hannan manifiesta: "la gran masa que participaba en las asambleas está ausente y en las cosas importantes, trascendentes, delicadas, no podemos tomar decisiones en esas condiciones".

Aldo Guzmán plantea una disyuntiva al respecto: "ƑEl CGH va a seguir siendo el organismo de democracia directa de la representación de la base estudiantil o no?".

Con o sin futuro

Contundente, Higinio Muñoz, del CEM, ad- vierte que en otros medios periodísticos sus posturas se han tergiversado, pero acepta responder a la pregunta sobre el futuro del Consejo Estudiantil: "El CGH no puede seguir existiendo en las condiciones actuales, distintas a las que se presentaron al inicio del movimiento estudiantil. Es un buen momento para formular una convocatoria amplia y pasar del CGH a una nueva instancia estudiantil que recoja el pliego petitorio, pero incluso éste deberá ser rediscutido.

"El problema que no se expresa en las actuales circunstancias es el de la descentralización, que busca un posible desmembramiento de la universidad. Hay que estable- cer que el pliego petitorio no está resuelto y hay que recuperarlo... Otro llamado al CGH es a que hagamos una profunda autocrítica del movimiento. Si no se hace, difícilmente se puede tener una perspectiva para adelante", puntualiza.

Jorge Pérez, de la ENTS, rechaza el clima de imposición que algunas corrientes han llevado al CGH: "No estamos dispuestos a acatar algo que nos lleve a una derrota definitiva, como las posiciones del todo o nada. Debemos buscar el apoyo de la comunidad universitaria y del pueblo en general".

Esa aseveración es una idea que comparten otros paristas. Rodolfo Hernández expresa que el CGH "está dividido, pero es el órgano estudiantil más importante".

--ƑSe prevé una ruptura?--

--Nada se puede descartar. Habrá que hacer una valoración.

Aldo Reyes, de Conciencia y Libertad y alumno de la Facultad de Ciencias Políticas, expresa: "unos creen que el movimiento estudiantil tiene la misma fuerza que al principio, nosotros creemos que no es así. La fuerza la tenemos que ganar con la movilización y el consenso de la comunidad. Creo que la división que hay en el CGH es porque unos creen que sigue como al principio y nosotros decimos que no, que hace falta trabajar".

Ana Hannan, de la Facultad de Ciencias, rechaza cualquier posibilidad de que se ponga fin al CGH en estos momentos. "No creo que se esté disolviendo, hay situaciones que desesperan porque la discusión se traba, pero eso no quiere decir que hay que enterrar al CGH. Estamos en la búsqueda de remontar la actual situación, pero precisamente hay que llevar la discusión a la comunidad para encontrar los mecanismos de toma de decisión y, en consecuencia, la transformación de la universidad".

Por Contracorriente, Aldo Guzmán subraya que se debe dar la pelea por impulsar la "auto-organización, que pensamos que es la mejor forma para que los estudiantes salgan a luchar y a enfrentar las medidas que intentan aplicar en la Universidad para elitizarla y privatizarla. Que el movimiento estudiantil se dé cuenta de que el ataque con- tra la Universidad Nacional es parte de un ataque mayor contra los trabajadores, en donde se prevén más privatizaciones en los sectores de la salud y la energía eléctrica. Por eso pensamos que sólo uniendo la lucha estudiantil con la de otros sectores daremos marcha atrás a las medidas que quiere aplicar el gobierno".

El diagnóstico de Mario Viveros es el opuesto: "El CGH tendría que darse cuenta de que si realmente quiere que su proyecto de Universidad se pueda discutir o defender, tendría que desaparecer", para dar paso a una reconstrucción de la comunidad.

Viveros, quien argumenta que abandonó el órgano estudiantil "porque hay que ser congruentes, y la neta es que nosotros no jalamos con fascistas", expresa: "al final, el CGH se volvió loco".

Diálogo

Mario Viveros ( moderado): Al romper el diálogo, el CGH se aplicó solito el harakiri.

Higinio Muñoz (CEM): Sobre el diálogo, las autoridades no tienen el camino fácil para terminar este conflicto, ni qué camino seguir: si toman la vía del congreso, si insisten en su propuesta de solución a los seis puntos del pliego o si se preparan para la confrontación. Para nosotros, el diálogo debe reactivarse y solucionar este problema que a nadie conviene en la UNAM.

Ana Hannan (En Lucha): El resolutivo del CGH es luchar por un congreso democrático pactado bilateralmente con las autoridades mediante el diálogo. Debe incluir la composición, tiempos, agenda, mecanismos y un acuerdo para realizar un único congreso, siempre y cuando lleguemos a un punto de coincidencia.

Aldo Reyes (Conciencia y Libertad): Estaríamos dispuestos a dialogar, pero antes vamos a legitimar un consenso mediante una consulta en todas las facultades sobre los porcentajes del congreso, y entonces nos sentaríamos con resultados en la mano.

Aldo Guzmán (Contracorriente): El diálogo puede ser un medio para dar salida a una situación particular, pero la única vía para solucionar el conflicto es la organización y la movilización.

Rodolfo Hernández (ENTS): Nosotros estuvimos en contra de la ruptura del diálogo.

Jorge Pérez (ENTS): El CGH llegará a su máximo cuando se hayan cumplido sus demandas mediante el diálogo, cuando lleguemos a un congreso representativo paritario e incluyente.

División

Mario Viveros: Las primeros culpables fueron las corrientes CEU-Histórico, Red, Coordinadora y En Lucha, que se pelearon entre ellas y ya traían rencillas durísimas. En lugar de unise para formar un CGH compacto, se empezaron a pelear.

Higinio Muñoz: El CGH sigue actuando como si estuviéramos en huelga y esto es un obstáculo para la movilización estudiantil. La reciente disputa al interior del CGH es prácticamente una ruptura, y de seguir esto, el único beneficiado será el rector.

Ana Hannan: Se han dado acusaciones al interior del CGH, pero no nos queda duda de que la Secretaría de Gobernación ha influido en esto. Lo que pasa es que los compañeros hacen eco de esa línea de Gobernación para dividir y meter la desconfianza en el CGH, y siento que a muchos les faltan argumentos para debatir, y te agarras de un clavo ardiendo para contraargumentar, y eso se convierte en difamaciones.

Aldo Reyes: Unos creen que el movimiento tiene la misma fuerza que al principio, nosotros creemos que no es así.

Aldo Guzmán: El movimiento estuvo maniatado 12 años por una dirección que se negó a impulsar la organización y que traicionó en 87: los grupos y corrientes del PRD.

Rodolfo Hernández: El CGH tiene una disyuntiva inevitable: o se restructura y define su política para que las masas participen o está condenado a ser rebasado por otros grupos dentro de la universidad.

Jorge Pérez: Estamos en riesgo de escindirnos, y si no se acatan las asambleas el CGH se puede quedar en manos de Contracorriente y el Taller de Políticas.

Futuro del movimiento

Mario Viveros: El CGH tendría que desaparecer para permitir la reconstrucción de la comunidad desde los cimientos.

Higino Muñoz: El movimiento no ha concluido, tiene grandes perspectivas. No puede reducirse al CGH; éste le dio forma a la palanca para hacer posible la transformación de la UNAM, pero el movimiento estudiantil es más amplio.

Ana Hannan: Gobierno y autoridades han apostado todo para derrotar al CGH y han fracasado en sus intentos. Ahorita pasamos por un problema, una baja de participación, un bache, y eso de ninguna manera puede verse como una derrota. El movimiento ha dado sorpresas, y el gobierno no puede cantar victoria.

Aldo Reyes: El movimiento va más allá del CGH. Antes no era CGH, antes era muy fuerte el CEU. Tal vez el CGH desaparezca, pero otras corrientes seguirán su lucha.

Aldo Guzmán: Hoy, el gran reto del CGH es masificar las asambleas, convencer a la mayoría de la comunidad de la lucha que estamos dando.

Rodolfo Hernández: El CGH sigue siendo la base más desarrollada del movimiento estudiantil en la UNAM, pero debe reorientarse mediante la consulta a las bases.

Jorge Pérez: El CGH como todo organismo de lucha, tiene su momento político, evidentemente le llegará su momento y se agotará. Pero empezó el camino hacia una nueva etapa para transformar la universidad.