ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Cuauhtémoc Cárdenas ha tenido, en estos días recientes, diversos actos públicos que han contado con tal asistencia y entusiasmo que le hacen parecer alcanzable la meta de ganar la Presidencia. No se reflejan, sin embargo, tales movilizaciones y tales ánimos en la inmensa mayoría de las encuestas, más o menos serias, en las que invariablemente se coloca al ingeniero michoacano en un tercer lugar, bastante dis- tante de las alturas en las que pelean por el primer sitio Vicente Fox y Francisco Labastida.
Tales inyecciones de entusiasmo le han permitido a Cárdenas, sin embargo, reforzar el llamamiento a los priístas para que voten el 2 de julio por el candidato que defiende y encarna los principios de la Revolución Mexicana (como sería el propio Cárdenas), y no los de un falso albacea, como sería Labastida. En Culiacán, Sinaloa, el candidato de la Alianza por México llegó inclusive a revertir el concepto del "voto útil" que los panistas le han querido aplicar. Allá, en la capital del estado que gobernó Labastida, Cárdenas llamó a los priístas a prácticar ese voto útil, pero para mantener los principios de la Revolución Mexicana en el poder, votando no por Labastida, sino (no lo dijo así, pero tal es uno de los sentidos posibles) por el hijo del general expropiador del petróleo.
Cárdenas, con tales exhortos, reivindica la parte del PRI "bueno", contraponiéndolo con el PRI "malo", el salinista, el neoliberal, el tecnocrático, el PRI contra el que peleó la corriente renovadora encabezada por Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros, y que, al ser virtualmente expulsada del tricolor, derivó en lo que ahora es el PRD.
La postura de Cárdenas hacia una parte de quienes fueron sus compañeros de partido podría acarrearle ganancias electorales. Son muchos quienes al interior del tricolor reniegan de las prácticas torpes de sus actuales directivos y candidatos, de su falta de oficio político, de su desapego con las causas o compromisos sociales que, a su entender, deberían ser la esencia del PRI. Hacia ellos está dirigiendo sus palabras Cárdenas, y no es mal planteamiento, pues pareciera que no le quedan ya muchas más vetas por recorrer y que, para muchos priístas, nada sería mejor que un triunfo labastidista acotado no solo por el PAN, sino por un PRD suficientemente fuerte como para impedir que el próximo presidente, en la hipótesis de que ganara Labastida, fuese rehén de la derecha panista o de las peores camarillas del priísmo dinosáurico resucitado para hacer ganar al sinaloense a como dé lugar.
ƑElecciones?
Mientras el segmento ilustrado de la sociedad mexicana se entretiene con los avatares de la sucesión presidencial, las principales empresas de televisión han iniciado una guerra de lodo pestilente mediante programas a los que se ha llamado talk shows.
Las competencias tienen como estrellas a Carmen Salinas y a Rocío Sánchez Azuara, por el lado nacional, y por el bando extranjero a la pionera Cristina Salástegui, de Miami, y a una tal Laura de América. En todos los casos se trata de exhibir con la mayor crudeza posible las aberraciones e infortunios de gente que asiste a los estudios de televisión para abrir allí sus ropajes y mostrar purulencias que, entre más escándalo generen, más nivel de audiencia garantizarán, más anunciantes y más ganancias.
La muestra diaria que en esos programas se hace de las miserias humanas ha conseguido, como era de esperarse, altos volúmenes de público. En Televisión Azteca, Sánchez Azuara tuvo ayer como tema central "Mamá, quiero confesarte que voy a tener un hijo de mi padrastro", en su programa Cosas de la vida, al que hizo concurrir al padrastro en mención, a la esposa de éste, a la hija embarazada y a otras hijas que también hablaron de intentos de abuso sexual en su contra.
El público, desde luego, tiene derecho a opinar, mediante teléfonos especialmente preparados para recibir votos a favor o en contra de la pregunta estremecedora del día: "ƑPerdonaría usted a su hija si se embaraza de su pareja?" Eso sí, el gusto de opinar cuesta veinte pesos, aunque, entre otras cosas, en ese edificante programa se comenzó šdesde ayer! con la rifa de un automóvil.
Pero si el tono, los temas y la actitud de Rocío Sánchez Azuara escandalizaran a las buenas conciencias que a media tarde se toparan con tales programas, tal vez las declararían beatas benefactoras de la humanidad al ver lo que Televisa ha hecho para competir con la empresa de Ricardo Salinas Pliego. Se llama Hasta en las mejores familias, y lo conduce Carmen Salinas. Ayer estuvieron dos hermanas pe- leándose, de palabra y obra, por un novio que ambas decían poseer, y que finalmente decidió quedarse con una de ellas. Otros participantes fueron un matrimonio y una mujer que viven bajo el mismo techo, aunque la esposa original ha sido relegada y su lugar tomado por la otra. Desde luego, estas dos mujeres también pretendían pelear, deschongarse, arañarse y patearse, aunque robustos vigilantes puestos por Televisa se los impedían. El jurado lo constituyen personajes de ridículo talante: una mujer desdentada que se la pasa comiendo cuanto puede, un flacucho de enormes orejas postizas, así como un travesti de exagerados maquillaje y vestimenta.
Por razones que uno debe suponer que no tienen nada que ver con las elecciones, pareciera que los programas de Sánchez Azuara y Salinas no son suficientes, y por tanto se mantienen otros espacios, como el de Cristina, y se ha abierto el de la citada Laura de América. Ayer mismo, Cristina presentó un debate airado entre prostitutas y travestis, tratando de esclarecer las virtudes y defectos de ambos bandos dedicados al servicio sexual. Laura de América, por su parte, parece estar en el peor escalón de estos de por sí bajos mundos de la televisión, con temas, tratamientos y hasta recursos de producción verdaderamente lamentables.
La elite, los intelectuales, los politólogos, los que leen periódicos y revistas, los que se preocupan por la política, la economía, la sociedad, están preocupadísimos por lo que sucederá el 2 de julio y los días subsecuentes. Pero en cambio, sea por estrategia mediatizadora o no, las grandes masas han sido inducidas a caer en esa hipnosis del morbo y la suciedad espirituales. ƑVotar? Claro, a votar en los talk shows, a entretenernos todos en el voyeurismo de nuestras peores desgracias sociales...
Astillas: Cuando se prepara una acción represiva importante, suelen sembrarse con anticipación los elementos que den argumentos a las autoridades para explicar sus acometidas. En Chiapas se vive una calma tensa que parece presagiar tempestades. Los policías muertos ayer en las cercanías del municipio de El Bosque, y otros incidentes recientes, hacen pensar en que, cuando menos, las condiciones están siendo propicias para que un golpe de mano sea dado en cualquier momento... Esta columna tiene desde ahora un trabajo periodístico para proponer que sea premiado el año venidero: Abuso de poder, el programa que Televisión Azteca dedicará hoy por la noche a Samuel del Villar, bajo la conducción de la guapa Lily Téllez, la valiente periodista a la que custodian policías judiciales federales y que viaja a bordo de camionetas del estado de Sonora... No hubo estallido cambiario. El peso se defiende, pero los sobresaltos políticos lo mantendrán todavía bajo amago durante varias semanas... Hay dos asuntos que sobresalen en los envíos electrónicos que esta columna recibe: uno, las denuncias de las presiones con la que son obligados los miembros de la burocracia federal, y de cuerpos policiacos y hasta militares, a asistir a los actos priístas o a entregar datos relativos a los comicios venideros, sobre todo copias e inclusive originales de credenciales de elector; otro tema dominante es la polémica respecto al llamado voto útil, en particular el señalamiento de que defender la postura cardenista será, en los hechos, favorecer a Labastida y ayudarlo a que mantenga seis años más al PRI en el poder...
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