MARTES 13 DE JUNIO DE 2000
Ť REPORTAJE
Ť El 2 de julio se eligen 122 alcaldes y 45 diputaciones
La disputa partidista en el estado de México, por ocho millones de votos
Ť PAN y PRD pretenden mantener sus zonas de influencia Ť El PRI busca revertir derrotas
El estado de México, con un padrón electoral de casi 8 millones de ciudadanos -es decir, el listado más grande del país-, es un punto clave en la geografía política nacional, con vistas a las elecciones presidenciales del 2 de julio. Pero en esa fecha, en territorio mexiquense también se realizarán comicios para elegir a 122 alcaldes y 45 diputados locales.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) pretende retener 73 de los 122 municipios de la entidad donde gobierna, así como 40 por ciento del Congreso local, y revertir las severas derrotas que sufrió en el proceso estatal de 1996.
A su vez, el Partido Acción Nacional (PAN) se ha preparado a fin de repetir sus triunfos en el llamado corredor azul, que incluye a municipios como Naucalpan, Atizapán de Zaragoza y Tlalnepantla, y alcanzar más diputaciones locales y municipios, apoyándose en el efecto Fox.
Y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) intenta retener los gobiernos municipales en su zona de influencia, la llamada franja amarilla, donde destaca el municipio Nezahualcóyotl.
La debacle tricolor de 1999
La elección estatal más reciente, realizada en 1996, representó un desastre que los priístas aún lamentan. Perdieron 15 diputaciones, y de las 122 presidencias municipales la oposición obtuvo 49.
El PRD comenzó a gobernar 26 ayuntamientos, algunos de los cuales se consideran importantes estratégicamente por su ubicación, en la zona conurbada con el Distrito Federal, como Texcoco y Nezahualcóyotl, mientras que el PAN obtuvo triunfos en lo que hoy se conoce como el corredor azul, en el que figuran Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza y Coacalco.
En esa elección, el tricolor logró retener la alcaldía de Toluca con una diferencia de 3 mil 232 votos frente a su adversario más cercano, el PAN, y conservó Ecatepec, considerado el último bastión priísta de la zona conurbada.
Además, la integración de un Congreso de mayoría opositora -merced al principio de representación proporcional cinco partidos obtuvieron 45 de las 75 curules- propició una relación tirante entre los poderes Legislativo y Ejecutivo, que hasta ahora ha sido difícil sostener.
Avance opositor, lento pero seguro
El paso de la oposición ha sido lento, pero preocupante para el priísmo mexiquense, que incluso lo ha reconocido como un error propio que pretende enmendar, de acuerdo con el dirigente estatal Fernando Alberto García Cuevas, recuperando "los 122 municipios y la mayoría en el Congreso".
Pero no sólo en las elecciones de alcaldes se han advertido los síntomas de una incipiente pluralidad. Simultáneamente a este proceso, en la entidad se elige a los diputados locales, y las tres últimas legislaturas son muestra de la inquietud de cambio que permea entre los mexiquenses.
En 1990, la 51 Legislatura tenía 34 diputados del PRI, nueve del PAN, ocho del PRD, tres del Frente Cardenista, uno del PARM y uno del PDM.
Para 1993, la 52 Legislatura quedó integrada por 40 diputados priístas, 12 panistas, nueve perredistas, dos frentecardenista, dos verdecologistas y uno del PPS.
Los históricos comicios de 1996
Los resultados de las elecciones estatales de 1996 fueron históricos, ya que por primera vez el Congreso mexiquense se integró con una mayoría de diputados de oposición. De los 75 legisladores que formaron la Cámara, 45 pertenecían a partidos distintos al PRI, y las diputaciones plurinominales permitieron al PAN ocupar 22 curules en total y 16 al PRD.
En esta ocasión, el principio de representación proporcional hizo posible que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) lograra cuatro diputaciones plurinominales, dos el Partido del Trabajo (PT) y uno más el Partido Cardenista.
Ahora, la renovación de alcaldías y diputaciones del próximo 2 de julio contiene un ingrediente adicional: la realización conjunta del proceso federal, simultaneidad que podría ocasionar triunfos y derrotas inesperadas a causa de la influencia que puedan tener los candidatos a la Presidencia de la República.
Raspones de los procesos internos
La situación interna del PRI ante las elecciones se ha complicado después de los problemas que se presentaron en los procesos internos para seleccionar candidatos. En la mayor parte de los municipios, la designación de abanderados se realizó por medio de un proceso denominado Consejo Político, es decir, una nueva forma de dedazo que provocó inconformidades. En otras localidades, siguiendo el concepto del nuevo PRI, los candidatos fueron elegidos mediante consultas a la base, que también generaron protestas y rupturas entre la militancia.
La selección de candidatos a diputados locales fue similar, aunque en este caso la influencia de los grupos políticos definió las postulaciones.
Casos similares ocurrieron en el PRD, donde las elecciones internas de candidatos provocaron severos resquebrajamientos en los que el gran perdedor fue el propio partido.
Las pugnas dejaron al descubierto la existencia de camarillas encabezadas, por ejemplo, por el ex candidato a gobernador Higinio Martínez; el ex diputado federal Héctor Bautista López, del Movimiento Vida Digna, y el alcalde de Nezahualcóyotl, Valentín González Bautista, de la Unión General de Obreros y Campesinos de México.
Quizás el partido que sufrió menos daños luego de su elección interna fue el PAN, ya que sus abanderados fueron elegidos en convenciones, y aplicar la operación cicatriz le resultó menos difícil que a sus contrincantes.
Camacho Quiroz, al rescate
Un factor importante en el desarrollo del proceso interno del tricolor será la presencia de César Camacho Quiroz, quien dejó el cargo de gobernador sustituto en septiembre de 1999.
Se vislumbra que el ex mandatario será el gran orquestador de una posible recuperación del tricolor, tanto a nivel estatal como federal. Su campaña rumbo al Senado de la República también se encamina a obtener votos para el candidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, y su experiencia en elecciones se remonta al año anterior, cuando desde el palacio de gobierno desarrolló una campaña disfrazada -con constantes entregas de recursos gubernamentales, visitas presidenciales y giras con discursos pro partidistas- a favor del actual gobernador Arturo Montiel Rojas.
A su vez, Montiel Rojas ha mostrado insuficiente habilidad política frente al proceso electoral. Ha mostrado su abierto apego al PRI en cada uno de los actos proselitistas de Labastida Ochoa, a quien ha acompañado sin que le importe dejar de lado sus obligaciones de gobierno, con la justificación abierta de que se le descuenta el salario del día.
Asimismo, Montiel ha utilizado la fuerza pública en dos ocasiones: el 13 de mayo, en Santo Tomás de los Plátanos, cuando policías estatales se enfrentaron con campesinos simpatizantes del PRD, y el día 24 del mismo mes, en la Plaza de los Mártires de Toluca, cuando fueron reprimidos unos 300 productores de maíz que solicitaban apoyo gubernamental para la comercialización de su producto.
El panorama para el 2 de julio
El Valle de Toluca, considerado la columna vertebral de la entidad, ya que en él se asientan tanto la capital mexiquense como las principales industrias, el 2 de julio podrían ocurrir cambios trascendentes en los gobiernos municipales.
En 1999, durante la elección de gobernador, los habitantes de la capital mostraron una importante tendencia panista. Incluso, en las casillas donde votaron el entonces gobernador César Camacho y el propio Arturo Montiel, la mayoría de los votos fueron para el candidato de la alianza PAN-PVEM, José Luis Durán Reveles.
El candidato del blanquiazul a la alcaldía de Toluca, Juan Carlos Núñez Armas, diputado local con licencia, fue coordinador de las campañas de Durán Reveles a la alcaldía de Naucalpan en 1996 y a la gubernatura en 1999. Como negociador, ha logrado la adhesión a su campaña de las planillas del Partido de Centro Democrático y Nueva República-PARM, además de tener apoyo de ex priístas inconformes con la designación de su candidato.
Por su parte, Alberto Curi Naime, candidato del tricolor, ex diputado federal por el distrito 36 de Toluca y ex secretario de administración durante la gestión de Camacho Quiroz, realiza una campaña en la que incluso enfrenta la antipatía de varios de sus correligionarios, inconformes con su designación por el método de Consejo Político.
El rico Metepec
En Metepec, municipio vecino a Toluca -donde habitan, en exclusivas zonas residenciales, empresarios y funcionarios de primer nivel-, el PRI enfrenta una situación de desventaja luego de que la alcaldesa Silvia Mondragón se viera obligada a renunciar al cargo.
Los conflictos internos del municipio, como los constantes problemas al interior del cabildo, han contribuido a aumentar la presencia del diputado petista Ignacio Dotor Vilano, quien es candidato de su partido a la alcaldía y capitalizó sus intervenciones en el Congreso para ampliar sus posibilidades de ganar.
Marcos Alvarez Malo, un empresario que representa al PAN en la contienda, no ha logrado repuntar del todo en su campaña, aunque confía que en Metepec se repitan los resultados de la elección de gobernador, cuando Acción Nacional obtuvo la ventaja sobre el resto de los partidos.
Sin embargo, el PRI ha echado toda la carne al asador en este municipio donde logró una de las escasas candidaturas de unidad, la de Ernesto Némer Alvarez. Después de renunciar como secretario de administración, cargo que desempeñó al final del gobierno de Camacho Quiroz y al inicio de la gestión de Montiel Rojas, Némer Alvarez -político allegado a Emilio Chuayffet- realiza una campaña intensa en la cual, más que promover la oferta de su partido parece esmerarse en contrarrestar a sus contrincantes, comprometiendo apoyos materiales una vez que se concrete el triunfo en una contienda que se espera muy cerrada.
A su vez, San Mateo Atenco y Lerma, gobernados por PRD y PAN, respectivamente, podrían ser recuperados por el tricolor luego de las manifestaciones de inconformidad de los ciudadanos por la actuación de los alcaldes. Sin embargo, los perredistas de San Mateo, en donde la mayor parte de la población se dedica a la fabricación de calzado, se muestran interesados en mantenerse al frente del gobierno municipal, por lo que postularon como candidato al marchista Bernardo Segura, medallista olímpico en Atlanta 96, quien goza de simpatías en la comunidad.
El codiciado Naucalpan
En una parte de la zona conurbada con el Distrito Federal, el PAN estableció su fuerza partidista luego de las elecciones de 1996, al ganar Naucalpan, Tlalnepantla y Atizapán, y retener Cuautitlán. El corredor azul es vecino de once municipios, y los panistas tienen posibilidades de incrementar las demarcaciones que gobierna si triunfan en Huixquilucan y Tultitlán.
En Huixquilucan parece difícil un triunfo para el tricolor, pues su candidato, Alvaro Flores, fundador del grupo priísta conocido como Los Rudos, surgió de un proceso interno que fue descalificado por la propia militancia y cuestionado por el alcalde Javier Calvillo Ramos.
En tanto, en Naucalpan, gobernado por el panista José Luis Durán Reveles, se enfrenta a un PRI reforzado por la campaña del candidato Guillermo González, diputado federal con licencia, quien contiende con el ex secretario del ayuntamiento panista, Eduardo Contreras Fernández.
Sin embargo, el abanderado del PRI enfrenta severos problemas en su propio partido, luego de que el sector campesino denunció públicamente sus supuestos vínculos con el narcotráfico, además de un conflicto de copreros que habría protagonizado en el estado de Guerrero, por lo que abandonó esa entidad.
A su vez, el alcalde Durán Reveles es identificado por muchos naucalpenses por haber empleado la fuerza pública para dispersar manifestaciones, además de haber intentado consolidar la carrera política de sus dos hermanos, al pretender que fueran candidatos a diputados locales. También ha apoyado indirectamente la campaña del candidato panista a la alcaldía, realizando obras de última hora.
La región nororiente incluye al principal bastión priísta del Valle de México: Ecatepec, y a tres municipios amarillos: Texcoco, Teotihuacán y Acolman, así como a Coacalco, gobernado por el PAN.
La contienda en la zona, sin embargo, parece más enfocada a que cada partido conserve su dominio que a extenderlo.
Con una población de cerca de 3 millones de habitantes, el priísmo de Ecatepec tiene mejor organización y estructura partidista que sus adversarios. La elección por Consejo Político de su candidato a la alcaldía, el diputado con licencia Sergio Rojas Andersen, provocó una fractura en el PRI, aunque finalmente fue posible consensar que se otorgara a grupos caciquiles y competidores cuatro candidaturas a diputaciones federales y otras tantas para la Legislatura local. De las acusaciones no escapó el obispo Onésimo Cepeda.
La zona de los volcanes
En el suroriente de la entidad, donde el PRI gobierna ocho municipios y el PRD cinco, la situación no favorece al partido del sol azteca, que enfrenta problemas para retener los gobiernos de Atlautla, Ozumba y Los Reyes La Paz, donde las pugnas entre los perredistas llegaron al extremo de que los propios regidores tomaran las instalaciones, se enfrentaran a golpes e incluso presentaran demandas penales.
En Chalco, el PAN tiene posibilidades de repuntar, ante una fuerte presencia priísta. Y Valle de Chalco -cuna del programa Solidaridad- es gobernado por el PRI, pero para los próximos comicios no se descartan llamadas de alerta, toda vez que en los dos últimos procesos electorales -el federal de 1997 y el local de 1999- hubo enfrentamientos.
Cocotitlán es un municipio que llama la atención por la diversidad que se ha manifestado en la elección de alcaldes. Ahí han gobernado PRI, PRD, PAN y PVEM.
Ť María del Socorro Castañeda Ť Silvia Chávez González
Ť Javier Salinas Cesáreo Ť María de los Angeles Velasco
Ť René Ramón Alvarado, corresponsales