MARTES 13 DE JUNIO DE 2000
Ť En medio de la pertinaz lluvia, la neblina, los indígenas llegaron a la cita
Oscar Chávez rompe el silencio de las montañas y canta a los zapatistas
Ť La fiesta fue un motivo más para continuar la lucha por una educación acorde con la realidad
Arturo Cruz Bárcenas, enviado, Oventic, Chiapas, 11 de junio Ť Al estadunidense Peter Brown, quien dirige una organización no gubernamental (ONG) de San Diego, le aplicaron el 33; las autoridades mexicanas, a principios de año lo expulsaron por -se argumentó-, participar en política interna, pero dejó huella de su paso por estas tierras: las instalaciones de la primera Escuela Secundaria Zapatista Primero de Enero, que el domingo pasado tuvo fiesta. Sus 170 alumnos mostraron su disciplina, la seriedad con la que estudian, la responsabilidad que pesa sobre ellos. A veces, comenta un "muchachito" (así llaman los guerrilleros a los estudiantes), se oyen helicópteros que vuelan rasantes y que les interrumpen su comida, casi siempre frijoles y unas tostadas, diario. A veces también un huevo; no hay sillas, sólo una hilera de mesas en el comedor.
Son las once de la mañana y la caravana de camiones procedente del DF ya dejó atrás dos retenes militares. El medio natural es de ensueño. Todo lleva a la poesía. Sobre las montañas verde-azules descansa la niebla y en un claro se ve el Aguascalientes 2, de Oventic. El EZLN pidió que las comunidades de apoyo estuvieran presentes para recibir a Oscar Chávez, quien ofrecería su Concierto por la paz, cuyo programa estuvo integrado por los temas del disco Chiapas, más algunas sorpresas; es decir, el ex caifán cantaría Macondo, Por ti.
Baja Oscar del camión y los indígenas forman una valla. El cantautor no logra esconder la emoción cuando hombres, mujeres y niños gritan los ensayados "šsí, Oscar Chávez sí; militares, no!". Unos 150 metros adelante se levanta el escenario, que sirve regularmente como punto de reunión, para informarse, para recibir órdenes.
Pasan de las 13:00 horas y el compañero Amos (no sé si el nombre es por alusión a Juan Amós Comedio, el reformador de la pedagogía), quien tiene a su cargo el Sistema Educativo Rebelde Zapatista, pide que los asientos sean ocupados por los indígenas, para quienes está dirigido el concierto. Anuncia honores a las banderas Nacional y del EZLN. Marchan los alumnos de la secundaria con su pasamontañas y paliacate sobre el rostro, paso corto, paso redoblado; se entonan los himnos Nacional y del movimiento armado (éste con la melodía del corrido Carabina 30-30). Todos de pie.
Se rompe el silencio
Un aplauso espontáneo rompe el silencio. Los estudiantes están en esa escuela-internado y deberán responder al esfuerzo que los zapatistas hicieron para levantar las instalaciones. Llueve. A ratos la llovizna, a ratos el aguacero. Amos explicará más tarde que nos les importa lo que piensen sobre su escuela el gobierno, menos la SEP, "los burócratas desde sus asientos giratorios. Sabíamos que no podíamos estar esperando a los grandes intelectuales, a los pedagogos... tampoco podíamos darnos el lujo de esperar a que lleguemos al triunfo para poder empezar a estructurar una educación de acuerdo con la realidad que estamos viviendo.
"Empezamos a revisar los planes de estudio y los programas. No queremos decir que totalmente debamos desecharlos. Procedimos a hacer una revisión de la historia de los 40, 50, 60, 70; conforme fue avanzando la globalización mundial de la economía, se fue mochando la educación que recibieron ustedes, que nosotros nunca recibimos. Y si ustedes no la recibieron, nosotros menos. Por eso nos dimos a esta tarea, convocando a gente que quisiera participar... Porque no tiene sentido la vida si no da uno nada. Es como si estuviera uno muerto. Porque aunque hubiéramos aprendido a leer o tuviéramos un montón de títulos si no damos la mano a nuestro pueblo, pues es como si no hubiéramos estudiado. Seríamos los analfabetas de los analfabetas.
"Entendemos que es muy difícil transformar lo educativo de la noche a la mañana. Necesitamos construir una nueva forma de enseñar a la sociedad. Una educación donde mañana no exista tanto la explotación del hombre por el hombre. Nosotros queremos una educación científica."
Las palabra de Amos van cayendo en forma contundente. Todos ponen atención. Es un logro de organización educativa amenazado por el acecho militar. Saben que las autoridades no ven con buenos ojos lo de la secundaria zapatista. Explica el contexto educativo de México, el bajo presupuesto, los oídos sordos a los reclamos de más escuelas. "Nosotros, los mexicanos, estamos subdesarrollados por falta de una educación adecuada. ƑPara qué queremos un montón de ingenieros que después anden de lustradores de calzado, allá, en el DF, o arquitectos que anden de taxistas? No podemos esperar y no debemos ser egoístas. De hecho, sabemos que muchos de nosotros vamos a quedar en el camino, pero eso es lo de menos, pues. Por eso lo que pedimos no es para mí, no es para Emiliano (un integrante del patronato de la secundaria), es para los muchachitos, porque ustedes saben que cuando hay hambre no se aprende, no entran las letras. Por eso pedimos a todos ustedes que nos echen la mano".
Amos responderá que dado que son un movimiento clandestino no pueden abrir una cuenta bancaria para quienes quieran ayudar a los alumnos zapatistas. Exhorta a la sociedad civil a organizarse y buscar los medios para llegar a ellos. Señala que les falta casi todo. Algunos estudiantes toman notas de pie. "Por eso nos pareció bien lo del concierto".
Cuando pienso en Chiapas
Comienza el recital de los 16 temas del disco, desde Cuando pienso en Chiapas. El mismo que el intérprete de La niña de Guatemala dio en el Parque México, en el DF. "ƑQuién es Oscar Chávez? ƑQué nos va a cantar?", preguntan algunos asistentes. Escucharán con respeto, en silencio, ese silencio que expresa su situación, difícil, de abandono. La mayoría da muestras de cansancio. Para llegar a ese sitio muchos caminaron toda la noche. Sus pies están enlodados y tienen hambre. Por momentos cierran los ojos y disfrutan del sueño de apenas unos segundos. Han obedecido. "Se les pidió que llegaran y ellos ven cómo, pero llegan", comenta Modesto López, de Ediciones Pentagrama, quien fungiría como maestro de ceremonias, leyendo entre canción y canción textos sobre Chiapas de Eduardo Galeano, Fernando Benítez, José Saramago.
Llueve y los indígenas no se mueven de sus asientos. Por momentos la lluvia es pertinaz; el panorama se vuelve conmovedor. "Cuando pienso en Chiapas, mi amor..." El viento trae una espesa neblina; a la par, siguen bajando los indígenas. Hace frío. La educación la entienden como algo vital. "šImagínate que algún día hubiera una universidad zapatista!", comenta emocionada Ofelia Medina, incansable y hermosa luchadora social, presente en el concierto, amiga y admiradora de Oscar.
Amos y los integrantes del patronato de la secundaria reciben lo recaudado por la venta del disco de Oscar Chávez. Cuentan el dinero escrupulosamente. Amos menciona que ha habido gente que se ha aprovechado de la situación y de repente resulta que ya tienen un automóvil; otras veces les entregan alimentos, pero las cantidades no son las que se señalan. Por eso ahora tienen más cuidado. Con dignidad, el compañero Amos indica que la ayuda es absolutamente voluntaria.
Amos pide a los artistas que hagan un trabajo para que el pueblo se eduque. "También se educa a través del canto", dice. Afuera del local de donde se realiza la plática, corren, juegan, Lucas, Hermelindo, Manuela, Petrona, Sebastián, Manuel y Crecencia, alumnos de la primera Escuela Secundaria Zapatista Primero de Enero.