MARTES 13 DE JUNIO DE 2000

Ť En EU no se opondrán a su plan de ajuste


De la Rúa, "rehén del mercado", según analistas argentinos

Ť El mandatario habla en Nueva York sobre los "costos políticos"

Stella Calloni, corresponsal/II y última, Buenos Aires, 12 de junio Ť El presidente Fernando de la Rúa no encontrará discursos contrarios al plan de ajuste económico durante su actual visita a Estados Unidos, porque la exigencia viene desde ahí precisamente, donde puede exhibir algunos logros como el superávit comercial en abril, calculado en 426 millones de dólares, o un aumento de las exportaciones en 14 por ciento.

Para muchos analistas, estas cifras no dejan de mostrarlo como "un rehén" del mercado. El mandatario aseguró que el recorte de gastos por casi mil millones de dólares anunciado recientemente es duro, "pero hay que tener el coraje de asumir los costos políticos", según dijo hoy ante empresrios y académicos en Nueva York. También minimizó la huelga general del viernes pasado, aunque sabe que deja atrás un clima social candente, después de la corta tregua de la esperanza que dio la toma de gobierno en diciembre pasado, de la socialdemócrata coalición Alianza.

Ahora, el ajuste afecta todas las relaciones partidarias, dentro del atomizado Justicialismo (peronismo) opositor, e incluso de la propia Alianza, donde los sectores conservadores de la centrista Unión Cívica Radical (UCR), que conforma la coalición gobernante con el centroizquierda Frente País Solidario, son acusados de continuar con prácticas retrógradas.

Este es el caso del banquero Fernando de Santibañes, el poderoso jefe de los Servicios de Informaciones del Estado (SIDE). La víspera, el juzgado de Jorge Urso allanó las oficinas desde las cuales se intervienen los teléfonos, práctica usual del pasado gobierno del peronista Carlos Menem. Ahora, se encontraron nuevos aparatos, similares a los descubiertos en las escuchas ilegales contra el ministro de Economía José Luis Machinea, a quien Santibañes quisiera ver lejos del gobierno porque lo considera "un blando".

El analista político James Nielson califica al jefe de la SIDE como "un buen conocedor de Estados Unidos", donde tiene -dice- tantos amigos como el ex ministro de Economía de Menem, Domingo Cavallo. "Sus reformas de la SIDE están destinadas a convertirlo de un organismo cuasi fascista y, por lo tanto, visceralmente antinorteamericano, en uno que pueda colaborar estrechamente con la CIA y con los militantes de la guerra santa contra el narcotráfico que tanto obsesiona a los estadunidenses", advierte Nelson.

También cree el poderoso empresario convertido en el jefe de los espías por decisión personal de De la Rúa, que los ajustes deberán seguir adelante "sí o sí". Y hasta se dice que tiene en mente sustituir a Machinea por Ricardo López Murphy, economista a cargo del ministerio de Defensa, para quien los lazos con el Pentágono son tan importantes como lo eran para el menemismo, que llegó a definir sus relaciones con Estados Unidos como "carnales".

Si Santibañes logra ir más lejos quedaría comprobado que su papel no es "inocentemente fundamentalista", dicen otros analistas, sino destinado a desprenderse del Frente País Solidario (integrado por independientes, ex peronistas, socialistas, ex comunistas), y de los sectores de la UCR que, como el ex presidente Raul Alfonsín, caen mal a Washington.

Si alguien puede "crear" condiciones para la ruptura, ese es el jefe de la SIDE, el hombre cuyo sueño sería la dolarización en Argentina, según señalan allegados. Por lo pronto, el jefe del gabinete, Rodolfo Terragno, ya debió salir a parar la rebelión del bloque en pleno de la Alianza contra los golpes bajos de Santibañes, y lo mismo hizo Carlos Alvarez en el Frepaso. El vicepresidente advirtió recientemente que si no se cumple con el Fondo Monetario Internacional habrá que dolarizar.

El gobierno de Menem ofreció primero riquezas, cambios, crecimiento, aunque dejó al país en la mayor desigualdad social de las últimas décadas y con la deuda externa triplicada. Luego apeló al miedo a la desestabilización y la hiperinflación para lograr otro segundo mandato y continuar con los ajustes.

Pero no hay nada mayor al desencanto, cuando se espera que un gobierno que promete acabar con la corrupción opta por el camino de los ajustes, los impuestazos, y abre la puerta a una eventual dolarización antes rechazada.

El ex presidente Alfonsín, al frente de la centenaria UCR, trata ahora de dialogar con todos los sectores, después de su enojo ante las medidas de ajuste tomadas. Sin embargo, ha advertido que si "vivimos en el país más extranjerizado del mundo" y que "la Argentina soberana no puede resistir una dolarización".

Así, mientras políticamente el peronismo en la oposición está atomizado y sin directiva, con tres aspirantes a la presidencia en 2003, en la Alianza el caldero de la rebeldía está hirviendo y ya hay 14 diputados que reclaman cada día los cambios prometidos.

Entre estos están Elisa Carrió, la única desafiante de la UCR, y Alicia Castro, del Frepaso, así como los socialistas Alfredo Bravo, Héctor Polino y Jorge Rivas. Ellos luchan desde adentro sin intentar ninguna ruptura, y ganan prestigio en una sociedad cada día más desencantada y malhumorada.