MIERCOLES 14 DE JUNIO DE 2000

Ť Barrales: el sindicato alcanzó avances sustantivos


ASSA y Aeroméxico firman convenio para finalizar la huelga

Ť Logran aumento salarial de 12% y plan de jubilación y retiro

Fabiola Martínez Ť La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) y la empresa Aeroméxico firmaron anoche un convenio para poner fin a la huelga -requisada por el gobierno federal- que desde el primero de junio encabezaron los mil 449 sobrecargos de esa aerolínea.

El acuerdo incluye un incremento de 12 por ciento directo al salario, casi 5 por ciento en diversas prestaciones, el compromiso de la empresa para aportar seis millones de pesos para al construcción de una estancia infantil para los hijos de este gremio y un plan de jubilación y retiro.

Este último punto, motivo de la dilación del conflicto por 13 días, representa la posibilidad de que los sobrecargos que cumplan quince o más años de trabajo se beneficien de un pago de retiro equivalente a seis meses de salario y 25 días por año por concepto de antigüedad. La empresa se compromete también a crear un fideicomiso con el equivalente a 2.5 por ciento de la nómina de sobrecargos que servirá como soporte para la jubilación de este personal.

Entre las prestaciones destacan una nueva cláusula de gastos médicos, de la cual se hará cargo la empresa, y el goce de un mes de permiso posterior a la licencia materna.

Empresa y sindicato se manifestaron "conformes con el acuerdo. El subsecretario del Trabajo, Javier Moctezuma Barragán, dijo al término de la redacción del acuerdo que en este proceso "siempre privó la madurez". Informó también que en cuanto se retiren las banderas rojinegras de la huelga se levantará la requisa.

Alejandra Barrales, líder de los sobrecargos, señaló que el sindicato "alcanzó su prioridad, es decir, avances sustantivos en los temas de previsión social".

Alejandro Yberri, representante de Aeroméxico, dijo que fue una negociación intensa y que la empresa se siente "muy satisfecha con lo alcanzado". Sostuvo que este conflicto no afectó la imagen de la aerolínea y que los pasajeros gozaron en todo momento de buen servicio.

La Asamblea

A las 2 horas de este martes, Barrales y la comisión negociadora llegaron a la sede de ASSA. Un extenso tramo de la calle Patricio Saenz, colonia Del Valle, estaba prácticamente congestionado con unos 300 automóviles de los sobrecargos de Aeroméxico, que desde seis horas antes aguardaban a su dirigente.

En el auditorio de la ASSA se hallaban también Francisco Hernández Juárez, líder de los telefonistas, Benito Baena, de los Tranviarios, y representantes de los trabajadores de la UNAM, pilotos, trabajadores de tierra de Aeroméxico; integrantes del Sindicato del Seguro Social, del sindicato de la industria nuclear, otros de técnicos y manuales de la industria cinematográfica y algunos más del SME.

Todos se dijeron "listos al llamado del paro". Sobrecargos y demás sindicatos solidarios sólo aguardaban la señal para indicar a sus agremiados el acatamiento del paro.

Los sobrecargos respondían con aplausos y rostros que, pese al cansancio, denotaban alegría porque, señalaban algunos, desde la puerta del sindicato "šQué padre, qué buen apoyo. Bravo, bravo!

Entonces, Barrales les informó que había avances significativos y, por lo tanto, pronunció un breve discurso para tratar de convencer a su base de que era prudente dar otra oportunidad a la empresa para que se moviera de su oferta en torno al programa para el retiro.

Algunas sobrecargos que sí cupieron en el auditorio exclamaban que ya no se le debería otorgar ni un minuto de prórroga a la empresa porque nadie les garantizaba que esta vez sí habría solución.

La dirigente insistió que había que hacer lo necesario para evitar un conflicto mayor; sin embargo, alzó la voz para advertir que en el sindicato que dirige "al momento de las definiciones a nadie le ha temblado la mano, estamos firmes pero es necesario darle una nueva oportunidad a la empresa".

Hablaron sus compañeros de lucha en la Unión Nacional de Trabajadores, Hernández Juárez y Baena, quienes reiteraron a los sobrecargos que sus respectivas huestes estaban sólo esperando una indicación para parar labores en Teléfonos de México y en el transporte eléctrico de la ciudad. El líder telefonista expresó que refrendaban su apoyo porque "al menos yo no quisiera tener a Pasquel (director de Aeroméxico) en una mesa de negociación; él es un misógino y si no quiere nada con ustedes él se lo pierde".

Más sonrisas de sobrecargos, más gritos "šEse apoyo sí se ve!". En este ambiente, los trabajadores en conflicto iban aceptando posponer el paro de dos horas, originalmente programado para las 13 horas de ayer y, se encendió más el ánimo cuando Barrales presentó a los representantes de otros sindicatos solidarios, como empleados de Bancomer y de la CROC, integrante del Congreso del Trabajo, y opositor a la UNT.

También estaban prestos a respaldar a los sobrecargos los pilotos, gremio que si bien no pararía -por no alcanzar a un acuerdo de asamblea- sí se dijo dispuesto a solicitar licencias a los eventuales sobrecargos sustitutos en las horas del paro y a cuestionar sobre asuntos de seguridad a los hipotéticos empleados emergentes.

Casi a las 3 horas de ayer, Barrales reiteró a su gente que la autoridad federal intentaba mandar un mensaje de que "estallar una huelga no es positivo". La empresa, agregó, ha tratado de sustituirnos para evitar una afectación derivada de un paro, sin embargo, pediríamos que aplazaremos el paro que hoy (martes) por la noche sea la asamblea la que diga hacia dónde va esta situación. Finalmente por mayoría, la asamblea dio la oportunidad a la empresa y por lo pronto el anunciado paro quedaría en suspenso.