La Jornada miércoles 14 de junio de 2000

Arnoldo Kraus
Morir in vivo

Mientras que el presidente Ernesto Zedillo rendía su discurso en Nueva York ante prominentes hombres de negocios de Estados Unidos, dos no prominentes mexicanos se ahogaban en el río Bravo. Y no sólo se ahogaban. Y no sólo perecían. Se morían, inominados, yermos de historia, vacíos de patria, sin certificados de defunción y dejando a cuestas, por fallecer, las deudas famélicas de una familia que esperaba dólares. Su muerte, sin panteón --como sucumbieron, nacieron: sin futuro, sin pasado--, fue filmada. In vivo murieron. Como llegaron a este México lleno de pobres: sin mañana.

Al lado de los ahogados fueron hallados cinco cadáveres. Se dice que eran mexicanos y que expiaron por deshidratación. Sus cuerpos fueron encontrados en los desiertos de Arizona y Caléxico. ƑCómo saber que eran mexicanos y no otros chaparros centroamericanos? Acaso, Ƒtenían pasaportes? Acaso, Ƒportaban certificados "de algo"? Acaso, Ƒconsta siquiera en la mexicanidad que nacieron? Qué paradójica es la muerte: no sólo la vida es desequilibrada para los pobres, el final también lo es. La muerte se burla de los miserables: por el exceso de agua, por la falta de agua.

El gobierno lo había advertido en la radio. El gobierno no es culpable. ƑQué dice el mensaje de la radio? La náusea que produce impide recordarlo, pero aconseja a los connacionales no cruzar la frontera, pues las aguas del río Bravo sepultan. Mejor morir de hambre en casa. Mejor no manchar la imagen de México en el extranjero, sobre todo, cuando se está hablando de negocios. Con la radio, nuestros jerarcas quedan exculpados: "bajo advertencia no hay engaño".

Además, que quede claro: indocumentado no es término de nuestros vecinos. Es un espacio mexicano. Un lar creado por siete décadas del mismo gobierno. Ahora, ese espacio, es un gran conglomerado que abarca al otro México: Ƒcuarenta millones?, Ƒcincuenta millones de pobres y míseros? La realidad es que el peso no se devalúa más gracias al otro país que habitan los indocumentados mexicanos. En eso, también cooperan.

La muerte se filmó in vivo. Ahí estaban Televisa, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y el Grupo Beta mexicano. Quizá algunos curiosos presenciaron también el hecho. El documento muestra las voces, la desesperación, el esfuerzo inútil, la angustia. La lucha antes de ahogarse. El intento por no morir. Confirma también que nadie les brindó ayuda. Se filmó la muerte. En sentido estricto la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos triunfó. En el ámbito de la justicia y razón mexicanas, según Alejandro Carrillo Castro, comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), los integrantes del Grupo Beta "no tenían por qué arriesgar su vida".

Y así acabó la historia: los cuerpos aparecieron al día siguiente; la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) pidió a la Secretaría de Gobernación (Segob) iniciar una investigación, se envió una misiva al Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos, en la cual la CNDH manifiesta su malestar ante la "evidente incapacidad de las autoridades fronterizas para salvar la vida de estas personas". Asimismo, se informó que ya se habían solicitado recursos desde hace dos años a la Secretaría de Hacienda para dotar al Grupo Beta de lanchas e instrumentos de salvamento. Es decir, no problem. México está de pie --Ƒse acuerdan?--: habló la CNDH, la Segob pondrá orden, el INM se esforzará, Hacienda lo sabe y nuestros vecinos fueron recriminados. O sea, tutto bene: casi todas las oficinas gubernamentales están en marcha. Incluso, los cuerpos se recuperaron y uno fue identificado.

Pero no deben soslayarse "otros" informes. Los corresponsales de La Jornada cuentan una historia diferente que redondea la realidad: elementos del Grupo Beta y del INM se dedican a extorsionar a quienes desean cruzar el río Bravo.

Los migrantes, uno bautizado como Walter María Sandoval de 28 años y otro sinnombre, para siempre se ahogaron ante la cámara de televisión. Circulan números de cuántos han perecido en las aguas del río Bravo. Es evidente que las cifras son inexactas. Son una suerte de burla. Ni que fueran pasajeros de un avionazo. Se sabe que en Tamaulipas, en el 2000, se han recuperado 65 cuerpos. La mayoría, 37, no fueron identificados. Si muchos al fallecer parece que no hubiesen siquiera nacido, Ƒqué será de los que de plano murieron?

Filmar la muerte es un fenómeno poco usual. En los hospitales nadie la graba. Captar el paso de la "vida vida" --jóvenes en las aguas de un río-- a la muerte provocada por la ineficacia y el silencio de un gobierno es atroz.

Ese río Bravo desértico, esos desiertos anegados. Qué culpa tienen nuestros mandatarios.