JUEVES 15 DE JUNIO DE 2000

* Toma de rehenes en la provincia de Buenos Aires


Aumenta la violencia delictiva en Argentina; la sociedad, asustada

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 14 de junio * El descontento social aumenta en Argentina y la violencia delictiva toma rasgos nunca antes vistos, con un nuevo asalto con toma de rehenes, sólo dos días después del sangriento suceso en Río de Janeiro, donde una joven fue muerta por policías que dispararon contra un hombre que había tomado a los pasajeros de un autobús como escudos humanos.

El propio presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, intervino ante la discutida actuación de la policía militarizada de Río de Janeiro en el asalto transmitido en vivo por las televisoras, ya que asesinó por asfixia al delincuente tras detenerlo.

Ahora, la mayoría de los argentinos estuvo pendiente, a través de la televisión, de las incidencias de un intento de asalto con toma de rehenes en General Rodríguez, en la provincia de Buenos Aires.

Al menos tres delincuentes intentaron asaltar un comercio pero fueron perseguidos por la policía, se atrincheraron en una gasolinera de esa localidad y a continuación tomaron rehenes. Ante el desmayo de un rehén, un fotógrafo de prensa que se había acercado para entregar chalecos antibalas exigidos por los asaltantes, ocupó su lugar cuando un jovencito le apuntó a la cabeza y le dijo "vos te quedás".

Durante tres horas, en que los asaltantes intentaron negociar, la tensión subió hasta que un policía disfrazado de camarógrafo los distrajo mientras el grupo de élite Halcón entró a balazos, y milagrosamente los rehenes resultaron ilesos.

La toma de rehenes ya comienza a ser un hecho común en Argentina, donde la delincuencia actúa cada vez con mayor violencia, y donde se han descubierto bandas manejadas por policías y ex policías.

Recientemente las nuevas autoridades penitenciarias descubrieron que guardiacárceles dejaban salir a delincuentes bajo su protección para realizar robos y quedarse con parte del botín, mientras que en una cárcel porteña se montó un "negocio" de desmantelamiento de autos robados.

"Miseria social y corrupción hacen una mezcla temible", dijo Patricia Bulrich, la primera mujer a cargo de las cárceles. Asimismo, se descubrieron maltratos en institutos de menores, lo que ha llevado a organismos a denunciar a Argentina por la persistencia de la tortura, el llamado "gatillo fácil" policial y la escalada de violencia.

Y aunque el aumento de la vigilancia en la capital se incrementó y disminuyeron los asaltos, una sociedad atemorizada vive tras las rejas en la provincia de Buenos Aires, una tierra de nadie.