JUEVES 15 DE JUNIO DE 2000

* En vez de ayuda, el gobierno nos manda soldados, dicen


Exigen justicia viudas de los asesinados en El Charco

* Han pasado 2 años y ya nos olvidaron, reclamaron ante la CNDH

Víctor Ballinas * Las viudas de El Charco, municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero, exigieron ayer justicia por la masacre del 7 de junio de 1998, en la que sus esposos fueron asesinados "por el Ejército". Hace ya dos años de ello, y "nos han olvidado... Queremos que nos ayuden, que nos indemnicen, porque vivimos en la miseria y abandonadas".

Hablaron en mixteco ante el director general de Pro Víctima ųprograma de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)ų, Javier Espejel Vargas.

Sabino Adelaido, indígena mixteco y uno de los sobrevivientes de "la masacre del 7 de junio de 1998", fungió como su traductor. Cinco de las nueve viudas estaban presentes. Margarita Joaquina Castro Morales, Marcela Petra Cayetano, Marcelina Castro Ramírez, Catalina Adelaido García y Eustolia Castro Ramírez.

Llegaron a la ciudad tras día y medio de camino. "Es que tuvimos que caminar muchas horas de nuestras comunidades a la Concordia de Ayutla, porque como ha llovido no entran los camiones. Se atascan. No hay más que salir en nuestros pies", expusieron las viudas.

Una a una demandaron justicia. "Han pasado ya dos años desde que los mataron y nada les han hecho a los militares que los asesinaron", dijeron. Una y otra vez se demandó en las oficinas de Pro Víctima "justicia y que nos indemnicen, porque estamos abandonadas. Tenemos que hacerla de papá y mamá y trabajar en el campo sembrando maíz, frijol y jamaica".

Margarita Joaquina, madre de seis hijos, siempre agachada y con la mano en el rostro, dijo: "no había necesidad de que nosotras estuviéramos aquí, pero nuestros esposos fueron masacrados. Queremos justicia y ayuda para nuestras familias".

Luego de que cada una de las viudas manifestó ante Espejel Vargas por qué se encontraban aquí en la ciudad de México, y tras decir cuántos hijos tienen y de qué edades, Eustolia pidió la palabra: "tengo compañeras que no vinieron, quieren que las apoyen ahora mismo; no vinieron porque tienen muchos hijos ųse le cortó la voz y las lágrimas escurrieron de sus ojos. Hizo esfuerzos para sobreponerse al dolor que sentía, y cubriéndose el rostro balbuceó, que se salgan los militares, el gobierno en vez de ayuda nos manda militares, no manda hospitales ni despensas, nos manda soldados.

"Que no sea inútil nuestra visita, que se les ayude igual que a nosotras". Le ganó el llanto, y las viudas que la acompañaban también lloraban en silencio.

Las viudas pedían justicia; que se castigue a los responsables, que "nos dejen en paz. Hace dos años que nos abandonaron, no nos han cumplido. No nos hacen caso y nuestros hijos sufren porque no tenemos dinero; somos muy pobres. Los grandes no van a la escuela y no tenemos qué comer".

Adrián Ramírez, presidente de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, pidió que se ayudara a esa gente con el dinero para su transporte, alimentación y hospedaje. Insistió en que se acelere la investigación, que se realicen los estudios socioeconómicos para que proceda la asistencia sicológica, física y económica.

El director de Asuntos Indígenas de la Cuarta Visitaduría de la CNDH, Guillermo Silva, dijo que los sucesos de "El Charco se encuentran en etapa de estudio, valoración integral y conclusiones. Son 22 tomos de la investigación que se valoran". Prometió: "estamos en proceso de tomar determinaciones sobre el caso plenamente apegadas a derecho".