VIERNES 16 DE JUNIO DE 2000
* Estima que la tasa de crecimiento se mantendrá en 4.2 en los próximos años
Prevé el CIDE un incremento del PIB de 5.6%
* La inflación seguirá su curso a la baja, según expertos * Este año se ubicaría en 9.3%
Mayela Delgadillo y David Zúñiga * A pesar de los vaivenes de la economía mexicana, la tasa de crecimiento a largo plazo no ha sufrido distorsiones, por lo que en los próximos años se mantendrá en un promedio de 4.2 por ciento, a menos que surja una crisis que altere las proyecciones macroeconómicas del proyecto actual, indicó Raúl Feliz, economista e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Las proyecciones para la economía mexicana para este año que elaboraron tanto el CIDE como el Centro de Análisis y Proyecciones Económicas para México (CAPEM) coinciden en que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) rondará 5.6 por ciento y será el próximo año cuando se refleje la desaceleración de la economía de Estados Unidos.
La inflación seguirá su curso a la baja y se espera que para el cierre del año se ubique en 9.3 por ciento (un dígito), mientras que el desempleo rondará 2.3 por ciento. El CIDE prevé que el tipo de cambio al cierre del año será de 10.10 pesos por dólar, mientras el CAPEM calcula que la paridad será de 9.96 pesos por dólar y el déficit comercial se ubicará en cerca de 7 mil 450 millones de dólares.
Sin embargo, las dos instituciones difieren en sus pronósticos para el próximo año: el CIDE prevé un crecimiento del PIB de 3.7 por ciento, menos optimista que CAPEM, que prevé un avance de 4.2 por ciento. Las cifras de cuenta corriente tampoco coinciden, pues la primera institución prevé un déficit que rondará 17 mil 260 millones de dólares, mientras el CAPEM augura que será menor al de este año: aproximadamente 15 mil 941 millones. No obstante, los investigadores de ambos organismos coincidieron en que, independientemente del partido que gane la Presidencia el 2 de julio, el nuevo gobierno estará sujeto a diversos compromisos económicos con el Fondo Monetario Internacional y con los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo, lo cual le dejará poco margen de acción. Asimismo indicaron que si cualquiera de los tres principales candidatos a la Presidencia aplicara al pie de la letra sus promesas de campaña ello provocaría una crisis económica.
Por otra parte, el sector privado confía en que el próximo sexenio se mantendrán los elementos fundamentales de la actual política económica. En la reunión semanal del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), efectuada la noche del miércoles, los dirigentes empresariales confiaron en que los tratados de libre comercio y la autonomía del Banco de México, entre otros factores, servirán como anclas para evitar virajes bruscos, revelaron fuentes cercanas al encuentro, en el cual se anunció una entrevista con el presidente Ernesto Zedillo para la próxima semana.
El CCE ha descartado una salida masiva de capitales en caso de que la oposición llegue al poder y ha señalado que los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros, ya descontaron de sus planes financieros los eventuales riesgos asociados a los comicios.
Además, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) ha destacado que los tres principales candidatos a la Presidencia de la República coinciden en puntos básicos como finanzas públicas sanas, tipo de cambio flotante, apertura comercial y combate a la inflación. Lo que podría asustar a los inversionistas y provocar una crisis, señala, sería que el nuevo gobierno pretendiera dar marcha atrás al modelo que se ha aplicado durante los últimos dos sexenios y, por ejemplo, desconociera los tratados de libre comercio o volviera a nacionalizar la banca.