VIERNES 16 DE JUNIO DE 2000
Abuso sexual y homofobia entre sacerdotes
* Gabriela Rodríguez *
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Cuántos de los ministros católicos han encontrado en el sacerdocio un medio para ocultar sus deseos homosexuales y poder ofrendarlos a Dios? No tengo el dato preciso, pero hay testimonios, libros, múltiples relatos de jóvenes con orientación homosexual, que habiendo crecido en familias cristianas muy conservadoras, y al toparse con todos los caminos cerrados para poder ejercer su libertad sexual, lograron revestir y disimular sus preferencias bajo una sotana, bajo ese símbolo del celibato que reclama la cercanía con Cristo.
Dejar esas preferencias ocultas debajo de la sotana, como la ropa sucia, en el fondo del clóset, en el rincón de la basura, donde nadie las vea, esto es lo que defiende el cardenal de Jalisco, Juan Sandoval Iñiguez, defensor de las autoridades panistas de ese estado, otrora sede del movimiento sinarquista más recalcitrante del país.
Siguiendo las purísimas enseñanzas de San Ignacio, el cardenal se manifestó en contra de la realización de la Marcha del Orgullo Homosexual, convocada para el próximo 24 de junio, por considerar que "las desviaciones de algunas personas no deben servir para condenarlos, pero tampoco para presumirlas: que las mantengan más bien en secreto".
Negras anécdotas sexuales dentro y fuera de los conventos sostienen esta experimentada recomendación. Recordamos con indignación el caso del padre Marcial Maciel, quien fuera denunciado por un grupo de maristas, por haberlos forzado durante años a ofrecerle servicios sexuales. Se trata del actual dirigente de Legionarios de Cristo, congregación católica de activistas políticos enfocados a la educación de elites y a insertar líderes en posiciones clave dentro de partidos políticos, principalmente PRI y PAN. Los actos de abuso sexual se significan como rituales de iniciación con que se recibe en algunos seminarios a niños y jovencitos, que en el mejor de los casos pueden confirmar o contradecir una orientación homosexual, pero que simultáneamente refuerzan el desprecio al cuerpo, la idea del sexo como un acto de imposición violenta del poder y, de paso, el menosprecio a las mujeres. Pese al escándalo en los medios, los ciudadanos no supimos exigir que se condenara a ese sacerdote violador y, por el contrario, permitimos que los hechos se volvieran a ocultar en el limbo de la impunidad. Así, sin presumirlos quedaron como secretos, como quieren los jerarcas católicos que se mantengan siempre.
Pero más peligroso aún que los abusos sexuales a menores, el rechazo al propio cuerpo y el odio a la homosexualidad que promueven los ministros católicos han exacerbado la homofobia en nuestra cultura. Tan sólo en los últimos cuatro años, han sido asesinadas 190 personas (179 hombres y once mujeres) por odio homofóbico.
Por eso hay marchas del orgullo gay en México y en el mundo, y por eso son tan peligrosos los compromisos del candidato de la Alianza por el Cambio con la Iglesia católica. Afortunadamente, la resistencia está cada vez más organizada, los jóvenes de la ciudad de México confirmaron ya el compromiso con el candidato de la Alianza por México para defender los derechos políticos, religiosos y sexuales de todos y todas.
En la primera semana de julio se ha programado también en Roma una Manifestación Mundial del Orgullo Gay, en la cual centenares de miles de homosexuales se han citado en la Ciudad Eterna, para defender su libertad sexual, retomando las experiencias de las marchas realizadas desde 1969 en diferentes ciudades del planeta. Allá también están enfrentando la oposición de la curia vaticana, de moralistas y de L'Osservatore Romano, y las presiones llegan hasta el propio Al Gore para que, como vicepresidente estadunidense, retire su apoyo económico a los grupos de homosexuales y así evitar o al menos posponer lo que consideran "un acto de mal gusto".
Contra el crimen, la manipulación y el uso político del sexo, los espíritus libres, aquéllos que encontramos en la sexualidad, en el arte, en los afectos, la más elocuente expresión de la humanidad, estamos convocados a participar en las próximas Marchas del Orgullo Gay (escoja usted, de acuerdo a su bolsillo: San Francisco, Nueva York, Roma, Guadalajara, ciudad de México, 17 de junio). Para demostrar fuerza en lo que se ha venido convirtiendo, desde mi punto de vista, en una de las más interesantes expresiones culturales del arte colectivo contemporáneo. *