* BALANCE INTERNACIONAL
La economía de Estados Unidos
* Gerardo Fujii *
El mundo al revés. Para muchos, la buena noticia de la semana es que en mayo 116 mil ocupados en el sector privado de Estados Unidos perdieron su empleo, la mayor caída desde noviembre de 1991 y la primera de los últimos cuatro años. Durante largos meses la Reserva Federal estuvo empeñada en aumentar la tasa de interés con el fin de evitar las presiones inflacionarias derivadas de los aumentos de los salarios provocados por una tasa de desempleo excepcionalmente baja de 4 por ciento. No obstante el incremento sucesivo de la tasa de interés, la economía no había podido detenerse, y seguía creciendo a una tasa superior a 5 por ciento. Hasta hace unas pocas semanas, muchos analistas consideraban muy difícil que se pudiese poner un freno a la economía, y pronosticaban que hacia mediados de agosto la tasa de interés se incrementaría a 7.25 por ciento. Ya en estos momentos, la tasa de inflación en Estados Unidos es notablemente más elevada que la de la Unión Europea.
Varios indicadores, además del leve incremento de la tasa de desempleo en 0.2 puntos porcentuales, parecen estar señalando que la economía de Estados Unidos ha entrado en un punto de inflexión: los pedidos a las fábricas descendieron en 4.3 por ciento en abril, mientras que en mayo el índice elaborado por los administradores de compras siguió cayendo, aunque sigue manteniéndose a un nivel que señala que la producción industrial continúa incrementándose. También la adquisición de casas nuevas se redujo en 5.8 por ciento en el mes de abril, mientras que el consumo privado se incrementó en sólo 0.4 por ciento, el menor crecimiento desde julio de 1999, a la vez que en mayo caía la venta de automóviles.
Hasta hace poco, las proyecciones indicaban que el crecimiento de la economía de Estados Unidos en el presente año sería de 5 por ciento. Con el cambio de tendencia, las estimaciones están siendo revisadas hacia la baja. El Chase Manhattan redujo su proyección de crecimiento para el segundo trimestre del año de 4.5 a 4 por ciento. Por su parte, J.P. Morgan corrigió su pronóstico de crecimiento de 4.5 a 3.5 por ciento, a la vez que estima que hasta fines de agosto la tasa de interés se incrementará en 0.25 puntos porcentuales, en lugar de los 0.75 previamente proyectados.
Sin embargo, algunos analistas estiman que estas tendencias no son todavía suficientes para afirmar que la economía de Estados Unidos está entrando en un aterrizaje suave. Por una parte, el índice de confianza de los consumidores en el estado de la economía mejoró marcadamente en mayo, lo que alentará el consumo futuro, a la vez que el optimismo generado por las señales de que las presiones económicas se están atenuando en forma suave impulsó, en la última semana de mayo, el precio de las acciones.
Adicionalmente, algunos miembros de la Reserva Federal sostienen que todavía son necesarios incrementos adicionales de la tasa de interés con el fin de reducir el crecimiento y lograr que la tasa de desempleo suba a 5 por ciento, que se estima como el coeficiente de desocupación que es compatible con un nivel estable de inflación. En una posición pesimista, la semana pasada el Banco de Pagos Internacionales llamó la atención de que la economía mundial podría entrar en una aterrizaje violento liderado por Estados Unidos.
La caída brusca de la economía de este país representaría una catástrofe mundial. Sin embargo, incluso el aterrizaje suave tendrá un impacto importante sobre la economía mexicana, dado que el mercado de Estados Unidos absorbe 90 por ciento de las exportaciones del país.