SABADO 17 DE JUNIO DE 2000
Ť La ignorancia acerca del tema aún es impresionante, comenta Silvia Covián
En México, los sexólogos de la radio desplazaron a la doctora corazón
Ť La conductora de Desnudo total, Anabel Ochoa, dice que los muchachos están ávidos de información
María Rivera Ť La sexualidad ha tomado la palabra.
Ahora todos dicen lo que quieren, se queja un hombre entrado en años ante las confesiones que escucha por la radio. Apenas son las once de la mañana y el testimonio de un muchacho que fue sometido a abusos sexuales durante su infancia le resulta intolerable.
Demasiado para alguien que sólo aspira a tomar su exprés cortado en una tranquila cafetería de la Zona Rosa. Las meseras apenas prestan atención a los clientes por seguir la historia. Una de ellas comenta que conoce otros casos como ese. De pronto, para el grupo de mujeres la preocupación más importante es compartir experiencias. Y de eso se han percatado las radiodifusoras.
Ahora, de manera directa o soslayada, no hay programa de la barra matutina (ni hablar de la nocturna) que no aborde el tema. Los mexicanos han cambiando el consultorio de la doctora corazón por el del sexólogo de su estación favorita. Esto era una olla de presión, la gente estaba ansiosa por hablar, ahora no los calla nadie, reconoce la doctora Anabel Ochoa, conductora de Desnudo total, programa que ha recibido más de un millón de consultas en los tres años que lleva al aire.
Es un momento muy importante, define Patricia Kelly, periodista pionera en programas de sexualidad, y conductora de Kelly, Lamoglia y la familia, que se trasmite por la mañana en Radio Fórmula, y de Séptimo Sentido, que pasa por la noche en la misma emisora.
Pero es fruto del trabajo que se ha venido realizando durante muchos años, recuerda. Desde 1987, con el programa Prohibido tocar, trasmitido por Radio Educación, y que ella misma conducía, se sentaron las bases del actual boom.
El riesgo del sensacionalismo
Autora del ensayo ''Educación de la sexualidad y medios masivos de comunicación'', publicado en la Antología de la sexualidad humana, Kelly contextualiza esta apertura con el momento político que está pasando México. ''Este es un momento de transición muy importante para el país, un momento de poner límites al autoritarismo, no es casual que ahora podamos integrar a nuestra vida sexual el placer y los derechos reproductivos''.
Admite que quienes están trabajando este tipo de temas se mueven en el filo de la navaja porque corren el riesgo de caer en el sensacionalismo. ''Lo que yo ofrezco es información para una educación sexual, pero yo no soy la que da consejos, los que saben, los expertos, son los que los ofrecen. Mi papel es ser el medio para que otros compartan sus conocimientos con el público''.
''Porque siempre hay que tener en cuenta que aquí hay vidas de por medio, se corre el riesgo de que si el conductor no sabe de lo que habla ponga en riesgo la salud emocional y física de las personas''.
Sin embargo, también subraya la parte positiva de este tipo de espacios. ''Estamos en la etapa de la información, porque mucha gente no sabía ni lo que era un abuso sexual o un incesto. Están saliendo temas que impresionan, casos como el de un padre que violó a sus seis hijas y que tiene hijos con varias de ellas. Se vivía en una impunidad total en materia sexual. Eso es lo que esta quedando en evidencia. Pero también debemos servir para dar opciones de solución, derivar a esta gente a grupos de terapia para que puedan superar las terribles situaciones que les ha tocado vivir''.
Acerca del tipo de consultas que se reciben en este tipo de programas, la doctora Anabel Ochoa señala que oscila por edades. En los jóvenes las dudas principales se refieren a la anticoncepción, enfermedades de transmisión sexual y cuestiones anatómicas. ''Los muchachos están muy necesitados de información, la buscan como desesperados, lo malo es que no saben a quién preguntarle, unas veces porque lo regañan y otras veces porque en su familia tampoco saben nada. Otras personas que consultan mucho son las que pertenecen a minorías sexuales donde el sufrimiento es muy grande, porque en las familias mexicanas sigue predominando la frase 'prefiero verte muerto que puto'. Y otro grupo importante son las mujeres, la mayoría de sus llamadas se refieren al goce sexual, a qué es eso del orgasmo''.
En relación con este momento de apertura, la autora de Respuestas para vivir una sexualidad inteligente y segura es optimista. ''Yo confío mucho en la evolución que está teniendo la cultura mexicana en el aspecto de la sexualidad. Cierto, hay una ignorancia tremenda, y si comparas lo que está pasando aquí con Europa dirás que empezaron tarde, pero si lo vemos desde otra perspectiva México está en muy buen momento porque puede ver el precio que ha pagado por la ausencia de educación sexual, pero también para tomar en cuenta la experiencia de países donde las maniobras no se han hecho correctamente. Yo confío mucho en esta generación''.
Prevalece la ignorancia
La sicoanalista y sexóloga Silvia Covián, quien conduce el programa Taller de sexualidad, que trasmite el Canal Once, y también ha abordado estos temas por la radio, señala que su público es muy amplio y cada vez más abierto. Recuerda que anteriormente recibía muchas llamadas de gente escandalizada por lo que se abordaba en la programación, pero que esta situación ya casi no ocurre. ''Yo no sé si se debe a que ya hay una mayor apertura, o si esa gente ha notado que por una llamada en contra hay 200 de personas que están metidísimas en el tema''.
Aunque considera que se ha avanzado en el grado de información, admite que la ignorancia sobre sexualidad sigue siendo impresionante. ''Las preguntas que llegaban al principio eran muy básicas, desde qué es un orgasmo, hasta por cuál hoyito salen los bebés, cosas que te hablan de un total desconocimiento del cuerpo. Ahora en Taller de sexualidad siguen entrando preguntas básicas, pero ya llegan otras con mayor conocimiento, con más profundidad, y esto es muy interesante, ver el proceso de crecimiento. El tipo de público que sintoniza este programa es heterogéneo. Desde mujeres jóvenes hasta maduras, aunque en el sector masculino la mayoría de los espectadores son muchachos. Tan amplio espectro le ha hecho andar con pies de plomo en el tratamiento de algunos temas''.
Monitorear la sensibilidad del público ha sido el principal problema que ha enfrentado la conductora. ''Yo siento que la gente está preparada para escuchar lo que sea, pero no para ver ciertas cosas de golpe. La imagen es mucho más violenta. Al principio quería ser muy explícita, pero hay gente que se asustaba mucho, y lo que hay que cuidar es este espacio que está logrando abrir brecha y resignificando muchas cosas. He aprendido a no tener tantas ansias de cambio, y sí, decir lo que haya que decir, pero midiendo la sensibilidad de los espectadores y contextualizando la información para que la puedan recibir mejor''.
Acerca del porqué la mayoría de los programas en los que se aborda la sexualidad son conducidos por mujeres, la terapeuta reflexiona. ''La sexualidad empezó a colarse en la radio nocturna y con voz de mujer. Fuimos nosotras las que abrimos brecha. Pero yo consideraría que han intervenido dos factores: uno, que hemos tenido el valor para encarar los temas, y otro, que a los hombres se les ha hecho fácil delegar esta función en las mujeres, como la sexualidad siempre se ha considerado parte del ámbito de lo privado''.
Los abusos, por falta de educación
Los sexólogos también han reflexionado sobre este nuevo fenómeno. Hemos vivido muchos años negando realidades, reconoce el doctor Juan Luis Alvarez-Gayou, director del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex). ''Muchas de estas situaciones de abuso y violaciones infantiles están vinculadas a la carencia de educación de la sexualidad. Ahora estamos oyendo por la radio a todos estos adultos que fueron niños hace 15 años cuando no se sabía nada y no se hablaba de nada''.
El sexólogo Eusebio Rubio reconoce que es muy difícil decir si el auge de este tipo de programas es causa o consecuencia del interés de los mexicanos por hablar de su sexualidad. ''Creo que es una cuestión de interacción. Los medios reflejan una dinámica cultural. En lo que estaría totalmente de acuerdo es que estamos saliendo de la cultura del silencio, con los riesgos que implica el ruido. Antes nadie hablaba de nada, o el que lo hacía tenía que hacerlo con mucho cuidado. Había pocos espacios, y estos duraban unas cuantas emisiones porque se les ponía el alto. De esas dificultades para hablar hemos pasado al otro extremo, ante tanta audiencia esto se ha convertido en un fenómeno comercial. Pero qué bueno que por fin se nos esté quitando el miedo a hablar de nosotros mismos, eso es absolutamente saludable''.