* Coloquio La construcción de la paz, en Acapulco
Necesaria, una nueva mediación en Chiapas, plantea Samuel Ruiz
* Convergen distintos protagonistas de conflictos armados en AL
Blanche Petrich, enviada, Acapulco, Gro., 16 de junio * Para reencauzar el proceso de solución pacífica para Chiapas ųdijo el obispo emérito de San Cristóbal, Samuel Ruizų hace falta un nuevo diagnóstico del conflicto, una mediación entre las partes y otra mesa de diálogo. Ante una audiencia reunida para el coloquio La construcción de la paz, enseñanzas del nuevo milenio, en la que entre estudiantes y académicos se mezclaron jefes de antiguas guerrillas y militares de otros conflictos armados continentales, el prelado itinerante puso el acento sobre lo que en México ha sido el "logro irreversible" de esta experiencia: "El indio es ya sujeto de su historia, y ha empezado a hablar aunque no se le escuche".
Con una perspectiva distinta, incluso opuesta, el asesor de Vicente Fox, Jorge Castañeda, planteó también la necesidad de una nueva instancia de mediación, aunque subrayó que ésta tendría que ser internacional. El perredista Juan Guerra, ex integrante de la primera Cocopa, destacó que en el último documento del delegado oficial para el diálogo en Chiapas, Emilio Rabasa ųemitido esta semanaų se reconoce abiertamente, por primera vez, que el gobierno de Ernesto Zedillo nunca tuvo en realidad la intención de cumplir los acuerdos de San Andrés, cuando se dice que aprobar en el Congreso el proyecto de la Cocopa, "en sus términos", equivaldría a "una suerte de capitulación del Estado de manera incondicional ante un grupo armado".
Y complementando el panel de expositores, el priísta Marco Antonio Bernal, en el equipo del candidato Labastida, indicó que "será bajo otras circunstancias, en otro momento y con otros instrumentos", cuando se pueda llevar el diálogo. Pero negó que fuera el gobierno quien desgastara y anulara la mediación que en su momento representó la Conai, que presidía Samuel Ruiz. "El EZLN ųdijoų fue el primero en hacerla a un lado".
Con la Iglesia hemos topado, Sancho
El coloquio, organizado por siete universidades estatales del país, estaba enfrascado esta mañana en el tema de las instancias mediadoras y el papel de los organismos internacionales y los países extranjeros en los procesos de paz de los conflictos latinoamericanos. Antes se habían conocido los entresijos de procesos de diálogo en boca de sus propios protagonistas. De Guatemala relataron su experiencia dos antiguos enemigos: el que había sido durante los últimos cinco años de la guerra jefe de estado mayor, general Otto Molina Pérez, y el comandante guerrillero Gaspar Ilom. De El Salvador, la ex guerrillera Nidia Marín relató otro proceso. De Colombia, se conocieron versiones antagónicas y candentes de Marco de León Calarca, vocero de las FARC ųuna guerrilla de 36 años, con al menos 10 mil hombres en armasų; del actual diputado y ex jefe del M-19, Antonio Navarro Wolf, y otro comandante desmovilizado, Carlos Franco, del Ejército Popular de Liberación.
Finalmente se entraba en el terreno más técnico y diplomático de conocer cómo la ONU había jugado sus roles mediadores en El Salvador y Guatemala. Se había hablado de los riesgos de no contar con mediaciones creíbles y viables, y de cómo en los países mencionados, a lo largo de los años, se pasó del concepto de injerencia extranjera a la de mediación internacional, y algo aún más complejo: las labores de mantenimiento de paz, el peace keeping. El expositor era el catalán Jesús Rodés, ahora académico en su natal Barcelona, pero hasta apenas hace 15 días boina azul de la misión de la ONU en Guatemala.
Un barullo agitó a la sala. Hacía su ingreso, abrumado por el enjambre de reporteros y camarógrafos, Samuel Ruiz. El auditorio le aplaudió. La atención a los diplomáticos de Managua se atomizó. "Con la Iglesia hemos topado, Sancho", bromeó desde el micrófono Rodés. Ya la sesión sobre Chiapas y la paz en México, latente en la preocupación de los asistentes, se hacía sentir.
A Ruiz García le tocó compartir mesa con dos antiguos protagonistas de la frustrada negociación de los acuerdos de San Andrés, el priísta Marco Antonio Bernal y el perredista Juan Guerra, ex cocopo. Y con Jorge G. Castañeda, autor de un hit editorial, La utopía desarmada, sobre el ocaso de la vía armada latinoamericana, que vio la luz a poco del levantamiento zapatista.
Ya despojado de los rigores de su antiguo papel de mediador, y advirtiendo que "como no estoy buscando ni una gubernatura ni un cardenalato" podía hablar con toda franqueza, el obispo emérito de San Cristóbal diferenció, de entrada, la naturaleza del levantamiento zapatista de 94 con los movimientos rebeldes de las décadas anteriores en Centroamérica: "Este es un levantamiento de indios y que no pretende la toma del poder".
Sobre el proceso de negociación del que fue testigo privilegiado, dijo que no fue "sólo un juego político", y que la conducta del gobierno fue "ambigua", porque por un lado parecía sincero en la mesa y, por el otro, el Ejército emprendía "otros caminos" y nunca consideró negociar sus posiciones.
En su turno, Jorge Castañeda recordó que los conflictos armados de El Salvador y Nicaragua se resolvieron en procesos de negociación, porque el Frente Sandinista y el Farabundo Martí tuvieron la certeza, en su momento, de que no les quedaba de otra. En cuando al proceso chiapaneco, "no sé si el EZLN tuvo la certeza de tener que negociar o no. Del gobierno, tengo certeza de que en ningún momento tuvo la intención de resolverlo en la mesa de negociación. Y le ha salido bien esa determinación. No ha tenido que pagar ningún costo político por ello".
Por otra parte, indicó que para Chiapas es necesaria una nueva mediación creíble que, aclaró, "no veo otra cosa que no sea alguna instancia internacional". A pesar que desde hace años en los pasillos y cabildeos de los interesados en el tema se insiste en esta posibilidad, e incluso se ha llegado a mencionar el nombre del ex presidente costarricense y premio Nobel, Oscar Arias, ninguno de los mexicanos en la mesa recogió el guante lanzado por Castañeda.
Y para las partes, sobre todo para el EZLN ųañadió Castañedaų la opción posible será una "alternativa imperfecta" aunque insuficiente. Mientras tanto, el gobierno podrá seguir sin llegar a acuerdos con el EZLN y mantener el status quo sin pagar costos. "Ha demostrado que lo puede hacer. Han pasado seis años sin paz en Chiapas y no pasa nada. Lástima por los que viven en Chiapas".
Por último, el ex cocopo Juan Guerra criticó el último informe del delegado gubernamental: "Sus cifras de cómo ha mejorado la seguridad y cómo ha crecido la educación en Chiapas son maquilladas y falsas. Si fuera cierto, Chiapas no sería de los estados más pobres, sino de los más desarrollados". Comentó que Rabasa "está tratando de justificar la beca que tiene" desde 1998, como delegado de un diálogo inexistente.
Se investiga al EZLN: Procuraduría
Angeles Mariscal, corresponsal, Tuxtla Gutiérrez, Chis. * La autoexoneración del EZLN, en torno a la emboscada donde murieron siete policías, en El Bosque, no lo exime de la investigación que en su contra realiza la PGR, informó el procurador de Justicia estatal, Eduardo Montoya Liévano. Por su parte, el gobernador Roberto Albores Guillén aseguró que el deslinde zapatista "no tiene sentido. Ese tipo de apreciaciones no valen; se trata de un hecho criminal, en el que exigimos justicia y castigo a los culpables", puntualizó.