MARTES 20 DE JUNIO DE 2000
* El artista duranguense fue olvidado por críticos y especialistas: Zurián
Mariano Silva Vandeira completa los capítulos de la pintura naif en México
* En los pasillos de un tianguis de viejo, Roberto Montenegro descubrió sus maravillosos lienzos
* Es uno de los creadores que mejor abordó la temática del desnudo en la historia nacional, dice
Miryam Audiffred * Si, como dicen, en todas las historias siempre hay páginas en blanco, entonces la figura de Mariano Silva Vandeira completa los capítulos de la pintura naif en México al convertirse en el ''pionero" de lo que hoy se conoce como ''arte primitivo" o ingenuo.
Así lo considera Tomás Zurián, quien hace una década se topó con uno de los voluptuosos desnudos realizados por el artista duranguense sin saber que tal suerte lo conduciría a un pasado ''totalmente olvidado por críticos y especialistas".
Y es que la labor de este artista nacido en Durango alrededor de 1860 aparece sólo en una decena de libros a pesar de que ųconsidera el investigadorų Silva Vandeira fue el punto de partida para la consolidación de un movimiento plástico que logró capturar la imaginación de personajes como Chucho Reyes Ferreira.
Impulsor de la faceta de caricaturista de Nahui Olin ųa quien señaló como la precursora nacional de este terreno creativoų Zurián comenta que el trabajo del duranguense fue más allá de una mera innovación técnica y estilística.
''En la obra de este ser casi anónimo es posible descubrir los alcances de un poder creativo ilimitado y libre en el que la perspectiva del color no restringe la espontaneidad ni condiciona la belleza."
Pero también fue ''uno de los más grandes pintores de desnudos que ha habido en la historia de este país".
De acuerdo con el investigador, las escasas obras que se conocen de Mariano Silva dejan ver con claridad la idea de la mujer como ser cargado de sensualidad y atrevimiento; actitud prohibida en aquella época.
Y tal osadía pudo ser la razón por la que el creador fue silenciado en los libros de arte y los medios de comunicación hasta que, en los años treinta, los pasillos de un tianguis de viejo fueron el escaparate en el que el pintor Roberto Montenegro descubrió una serie de lienzos ''maravillosos" que compró de inmediato y llevó a su casa.
Dualidad erótica
Fue en el hogar del artista jalisciense donde Xavier Villaurrutia descubrió la obra de Mariano Silva Vandeira para emprender una labor de difusión a través del diario Letras mexicanas. Agustín Lazo también conoció la labor del duranguense y publicó en la revista El hijo pródigo un artículo en el que presentó reproducciones de nueve obras del pintor desconocido.
Pero la propagación del trabajo plástico de Mariano Silva terminó con estos artículos y el silencio cayó una vez más sobre su historia. En 1987, Octavio Paz expresó en su libro Los privilegios de la vista su molestia por no haber conocido a Silva Vandeira. Así, ''la existencia de este artista que quedó enmarcado entre los límites de dos grandes mexicanos ųPaz y Villaurrutiaų y volvió a perderse".
Escribir la biografía de Mariano Silva sería más que imposible. Sólo se sabe ųpor lo escrito en los artículos de los personajes mencionadosų que nació alrededor de 1860 y murió en octubre de 1928. Se dice que fue maestro de la Academia de San Carlos ųdonde enseñó entre 1890 y 1900ų, pero hasta el momento nadie ha confirmado estos datos o recopilado más información.
Tomás Zurián no ha viajado a Durango. De hecho, hasta el momento sólo se ha dedicado a la tarea de localizar las obras reproducidas en El hijo pródigo para descubrir que los temas más frecuentes en la pintura de Silva Vandeira son las mujeres y las flores, las que ųañadeų muestran una ''relación simbólica", una ''dualidad erótica".
La respuesta está en el norte del país
La cantidad de pinturas hechas durante su vida es un misterio; no obstante, Zurián encontró seis: cuatro están en colecciones particulares, una en el Museo Frida Kahlo ųen la recámara de Diego Riveraų y la última está en su poder.
''Dicen que el desnudo que permanece en el cuarto del muralista fue una de las obras que conservó toda la vida ųcomenta el investigadorų. Se trata de una Eva en el paraíso que seguramente le regaló Montenegro, si es que no se la compró."
En cuanto a la pintura de Silva Vandeira que tiene en su poder, Zurián menciona que está basada en la historia de Judit y Holofernes, escrita en el Antiguo Testamento, y que ųaseguraų formaría una trilogía con las pinturas creadas por Caravaggio y Artemisia Gentileschi.
Mariano Silva Vandeira renace una vez más y las palabras de Tomás Zurián parecen ser un grito de auxilio y reconocimiento. Pero aún quedan muchos espacios en blanco y la respuesta, seguramente, está en el norte del país.