MARTES 20 DE JUNIO DE 2000
* Manifiesta plena confianza en el IFE y el TEPJF
La CEM condena cualquier forma de coacción del sufragio
* Confía en que las elecciones no generarán dudas o suspicacias
* El domingo 30 realizará jornada de oración por los comicios
José Antonio Román * Existen múltiples elementos que indican que las elecciones del próximo 2 de julio no generarán dudas, suspicacias o temor por los resultados, afirmó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) que, sin embargo, condenó cualquier intento de coacción o inducción del voto por parte de partidos o funcionarios.
Además, anunció que el próximo domingo 30, se realizará en todo el país una jornada de oración para pedir por la elección de los legisladores y gobernantes, y que estos comicios se lleven dentro de la legalidad y armonía, en un clima de verdadera fraternidad y reconciliación.
En un comunicado en el que se analiza el entorno político que priva en este momento, la jerarquía eclesiástica señaló que los elementos donde se finca esta confianza están en la honorabilidad del IFE y del Tribunal Electoral, la presencia de múltiples observadores mexicanos y extranjeros, la vigilancia por parte de los partidos y de las organizaciones no gubernamentales y en la propia madurez del pueblo de México.
De apenas cinco párrafos, el texto episcopal ųque se suma al de La democracia no se puede dar sin ti, emitido a principios de mayoų señaló que la voluntad soberana del pueblo debe respetarse y anteponerse el bien supremo de la nación a los intereses personales o de partidos.
''Exhortamos una vez más a todos los ciudadanos mexicanos a ejercer su derecho y obligación de votar, en la inteligencia de que el voto es personal, libre y secreto, por lo que cualquier coacción, promesa de dinero, recompensa o amenaza de represalias si no se emite el voto a favor de un candidato o partido, no sólo son (conductas) inmorales sino penadas por la ley. Nada de esto debe tener efecto, ya que sólo la persona que vota sabe por quién lo hizo'', señala el texto, dado a conocer ayer en conferencia de prensa.
En su presentación, el obispo de la diócesis de Nuevo Laredo, Ricardo Watti, señaló que con este llamado a la civilidad y respeto a la ley, la Iglesia desea contribuir no sólo en la construcción progresiva de una sociedad democrática, garante de la dignidad humana y de sus derechos, sino también a la preservación de la paz pública basada en la justicia y la verdad.
Acompañado por el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, José de Jesús Martínez Zepeda, Watti dio lectura al comunicado oficial, elaborado durante las primeras horas de la reunión que sostuvieron más de una veintena de obispos integrantes del Consejo Permanente de la CEM. En él, le jerarquía señala que en las últimas semanas se han incrementado las denuncias en el sentido de que el voto ciudadano, especialmente el más pobre, recibe incesantes presiones para orientarlo en un determinado sentido.
''Ofensa a Dios''
Si esto así fuera, manifiestan los obispos, le toca a las autoridades electorales competentes comprobarlo y, en su caso, sancionarlo. Todo lo que constituya una forma fraudulenta de obtener el sufragio es deshonesto, censurable y es una falta moral grave contra la dignidad humana y una ofensa a Dios, que mancharía la limpieza legal y moral de la elección.
Concluyen que se estaría dando el ''retroceso democrático por la vía electoral'', previsto en la Constitución y que debemos todos evitar.