MIERCOLES 21 DE JUNIO DE 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

Una de las pocas discrepancias públicas que han tenido el Presidente de la República y su candidato favorito a la sucesión, ha sido la correspondiente al papel que deben ejercer los servidores públicos y los programas de gobierno en materia de proselitismo partidista. Ernesto Zedillo ha sostenido una postura pública de rechazo a los excesos que los fervores electorales pudiesen llevar a cometer a las elites directivas de la burocracia de los tres niveles de gobierno. Francisco Labastida, por el contrario, ha justificado y exigido la participación política de los funcionarios y el uso partidista de los programas de gobierno, sobre todo los de índole asistencial.

Haz discursos, que nada queda

Tal disenso entre personajes que, por lo demás, se han declarado uno al otro duradera amistad y grandes coincidencias políticas, no aparece suficientemente reflejado en los hechos: el presidente Zedillo habla y habla pero sus palabras no parecen tener gran fuerza ejecutiva o, peor aún, podrían parecer destinadas sólo para difusión mediática y no para un cumplimiento real (ayer, en Michoacán, el doctor en economía pronunció nuevos discursos sobre el tema, šironías del destino! mientras entregaba unos 4 millones y medio de pesos a través del programa llamado Alianza para el Campo, que es uno de los que a juicio de los opositores al PRI es utilizado con fines de coacción electoral).

Las palabras presidenciales fueron una obligada respuesta a las denuncias y los indicios referentes al uso del aparato gubernamental para apoyar a los candidatos del PRI, en especial a Francisco Labastida.

Por doquier surgen críticas a los programas de trabajo que el PRI ha puesto en marcha, entre otros el correspondiente a los servidores públicos y su apoyo al PRI. Pero las quejas ciudadanas no se quedan en ese terreno aparentemente legal y justificable (los propios opositores al PRI que ocupan cargos de gobierno han contribuido a reinstalar esa costumbre de hacer política partidista desde el poder), sino también a las formas inequívocamente aplastantes, autoritarias, totalmente inequitativas de forzamiento de la voluntad cívica a favor de los candidatos de ese sistema septuagenario del PRI-gobierno.

La leva electoral

Diariamente llegan a esta columna, vía correo electrónico y fax, señalamientos, denuncias, pistas y comentarios referidos a la escandalosa operación de leva electoral que realizan jefes de la burocracia para completar sus listas de presuntos comprometidos para votar por Labastida y por el PRI. La presunta genialidad de organizar pirámides de presuntos priístas convencidos ha devenido en un asomar de ojeras de mapaches por doquier. Ya que en apariencia nada les debe impedir el dedicarse al inocente levantamiento de listas de ciudadanos que desde ahora estarían anunciando que votarán por su partido preferido, los maistros de la ingeniería electoral priísta piden nombre, domicilio y, de pasadita, una copia de la credencial de elector. Tal sistema de pirámides no parece ser sino una fachada para el espionaje, el control y la inducción de la voluntad ciudadana (la oficina de relaciones públicas de Amwayre convino a esta columna, con razón, por el uso de esa marca para dar ejemplo del estilo de promoción que usa el PRI. Tienen razón los directivos de esa empresa en combatir cualquier asociación de su sistema de comercialización con prácticas partidistas que desde ahora van ganando amplio rechazo).

Los Merlines nativos

En Durango, Cuauhtémoc Cárdenas, por ejemplo, denunció las triquiñuelas puestas en marcha para sostener a cualquier costo al PRI en el poder. El perredista habló de la soga mapacheril en la casa del electoralmente ahorcado, pues lo hizo en la tierra que gobierna Angel Sergio Guerrero Mier, un gran doctor en esas ciencias ocultas a las que se identifica con un gorrito picudo al estilo Merlín. Dijo el candidato del sol azteca que después del 2 de julio deberá hacerse un recuento de la manera como el PRI ha promovido elvoto a su favor, y reiteró que, en caso de encontrarse irregularidades graves, deberá exigirse que se hagan nuevos comicios.

Fox: de intelectuales, alegrías y gueis

Vicente Fox, por su parte, exigió al presidente Zedillo que deje de lanzar arengas y señalamientos en abstracto y que, al menos cuando se quiera referir a él, lo llame por su nombre. Por la mañana de ayer tuvo una interesante entrevista en Detrás de la Noticia, el programa conducido por Ricardo Rocha, con preguntas hechas por el auditorio mediante correo cibernético y llamadas telefónicas. Fox dijo en ese espacio electrónico que al PRI no se le deberá despedir del poder con amargura, sino con alegría; se mostró verdaderamente inculto y torpe (por corrección política este tecleador no escribe "naco") a la hora de señalar que él no le había quitado el título de intelectual a Carlos Monsiváis, aunque no sabía quién se lo había puesto; anunció que pondrá en marcha una Comisión Nacional de la Transparencia (a la que podrá comenzar a llamársele abreviadamente Contransa), y dijo que el cierre de campaña de Labastida el domingo pasado, con Juan Gabriel como estrella, no le merecía más comentario que el ser, ese acto, "cosa de gays (o gueis, como ahora suelen escribir tal término los promotores de su organización y defensa)".

La sana cercanía labastidista

En Baja California, reunido en un salón proféticamente llamado Nuevo Burócrata, Francisco Labastida hizo, por su parte, un cuidado ensayo de desmarcamiento. Dijo, luego que los allí presentes denunciaron abandono de autoridades federales y dirigentes priístas, que él mantendrá, en caso de llegar a presidente, una "sana cercanía" con el PRI. No se necesita cursar ningún diplomado de capacitación política del tricolor para contrastar las palabras de Labastida con las del Zedillo que a principios de su sexenio hablaba de "sana distancia".

Astillas: No habrá sanción contra Genaro Alamilla, quien en días pasados habría convocado a los pobres a no votar por el PRI. Según Gobernación, el obispo católico ofreció disculpas a satisfacción de esa dependencia que, con caridad cristiana, dio el asunto por concluido... Oscar Espinosa Villarreal, por su parte, está en riesgo. A pesar de que el diputado priísta Miguel Quiroz presentó un anteproyecto de resolución que pretendía salvar al titular de Turismo del sometimiento a la normatividad judicial, los otros integrantes de la comisión, no priístas se manifestaron en contra y, devolviendo tal expediente exculpatorio, convocaron a nueva sesión para el próximo jueves... Santiago Creel declaró ayer admiración por el regente priísta de hierro, Ernesto P. Uruchurtu, a quien reconoció obras y visión jamás igualadas por sus sucesores... Dolores Padierna sigue provocando principios de úlcera, tanto a banqueros y empresarios a los que estremece cada que anuncia avances en su lucha por hacer públicos los entretelones del Fobaproa, como a compañeros suyos de partido a los que no gusta que la actual candidata a jefa delegacional del DF les robe luces y reflectores que suponen exclusivos. Por lo pronto, se ha logrado saber que la clave famosa que Fox entregó en un debate público, la de Saskatoon, estaba alterada en una de sus letras, y que el propio auditor canadiense se quedó con su propia llave cibernética. Lo más interesante es ese golpe de audacia de convocar a hackers, o piratas computacionales, para que ayudena abrir los expedientes secretos Fobaproa.

Un lector, que se declara harto de los problemas técnicos de la comunicación telefónica celular, asegura que una forma de evitar los pagos injustos que hacen las compañías como Telmex por la prestación de ese servicio que constantemente se interrumpe, y que además es muy caro, es no marcar mediante la clave usualmente utilizada (el 044 y luego el número celular), pues de esa manera se pagan cuotas altas (5 pesos con 29 centavos, en unos casos). En cambio, ese lector propone que las llamadas a celulares se hagan utilizando la clave de larga distancia nacional (01, más la clave Lada y el número de celular), con lo cual se pagaría mucho menos (1.20).

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