MIERCOLES 21 DE JUNIO DE 2000
* Reconoce el CEESP que requiere captar grandes flujos de inversión productiva
México, poco competitivo frente al TLCUE
* Crecerían las exportaciones a una tasa de 26.9% anual de 1999 al 2005, prevén analistas
David Zúñiga * México carece de la capacidad productiva necesaria para cumplir las demandas que le impondrá el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUE) a menos que pueda captar grandes flujos de inversión productiva y financiar cuantiosas compras de bienes de capital y de algunos productos intermedios, lo que aumentará el déficit en cuenta corriente, reconoce el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en una investigación dirigida por Ruth G. Ornelas y Mario Rodarte.
En el documento, los analistas señalan que otro problema será la capacitación de la mano de obra mexicana para adaptarse a los modernos procesos productivos de las empresas europeas.
En un escenario totalmente favorable, la exportación de mercancías mexicanas a la UE crecería en el periodo 1999-2005 a una tasa de 26.9 por ciento anual y llegará a 30 mil millones de dólares al final de dicho lapso. Sobre las importaciones de Europa, los analistas prevén que crecerán a una tasa promedio de 9.3 por ciento anual en el periodo de referencia.
Previo a la presentación del estudio El comercio potencial entre México y la Unión Europea, Manuel López Blanco, jefe de las negociaciones entre México y la Unión Europea, aclaró que las cifras contenidas en el documento sobre el TLCUE deben manejarse "con mucho cuidado" porque son resultado de "una simplificación muy fuerte". Su pronóstico es que para esas fechas las exportaciones de México a Europa ascenderán a cerca de 20 mil millones de dólares, mientras que las empresas europeas podrían duplicar sus ventas actuales, que ascienden a alrededor de 14 mil millones de dólares.
Se le comentó al funcionario que numerosas empresas mexicanas temen ser desplazadas e incluso desaparecer ante la apertura comercial con Europa. López Blanco opinó que las críticas se deben en buena medida al temor a la competencia; sin embargo, las empresas mexicanas tendrán con el TLCUE una ventaja que no tienen con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN): las distancias. A las empresas europeas les resultará más barato comprar sus insumos a pequeñas y medianas empresas mexicanas en lugar de traerlos desde Europa, lo que incrementaría considerablemente los costos. Además, la compra de insumos mexicanos permitirá cumplir con las reglas de origen, detalló.
Las pequeñas y medianas industrias mexicanas que han sobrevivido a los efectos del TLCAN obtendrán mayores beneficios del acuerdo con Europa. "Ahora también le toca a la pequeña y mediana industrias no ser pasivas, sino activas, y explotar las oportunidades que ofrecen los instrumentos de cooperación del acuerdo global".
Por su parte, Ricardo Guajardo Touché, directivo de Bancomer y presidente honorario del CEESP, pronosticó que el impacto del tratado comercial con Europa será mayor a lo previsto. "Ningún otro país de América Latina ha hecho un esfuerzo tan serio para incorporarse a la globalización. La apertura comercial es el elemento más importante en el desarrollo del país. Una nación que no es capaz de abrirse al exterior en una forma agresiva, completa, para competir de frente con el resto del mundo, tampoco es capaz de romper las estructuras internas que le impiden tener un crecimiento como el que demanda la población".
Optimista, Luis de la Calle Pardo, subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, confió en que el TLCUE supere las expectativas de intercambio de mercancías, como ocurrió con el TLCAN.