MIERCOLES 21 DE JUNIO DE 2000
* El actor participa actualmente en la telenovela La casa en la playa
Desde que tengo uso de razón, el cine está en crisis: José Carlos Ruiz
* "Yo no fui a la escuela, fui al cine, mi verdadera pasión; es una vivencia mágica", agrega
Juan José Olivares * La característica de aquellas efigies virtuosas del mundo histriónico es hacer de la actuación un fenómeno natural de vida. Este es el caso de José Carlos Ruiz, uno de los pilares no sólo del cine, sino del teatro y la televisión mexicanas, que actualmente aparece en la telenovela, La casa en la playa.
"Yo no fui a las escuela, fui al cine", comenta el actor en una amena charla con La Jornada, inmersos en los plácemes de una taza de café.
José Carlos habló acerca de la vida de actor y señaló: "Ser uno mismo siempre... y siempre otro y otro y muchos. Sin transgresión, inteligentemente... equilibradamente. Juego peligroso... fascinante... hasta alquimista y hechicero. Realidad ficticia a partir de la mentira, del supuesto, de lo hipotético, de lo absurdo y de lo hipócrita. Ser otro por medio del engaño y sublimar el reto hasta la vanidad y la soberbia de creer que soy esto que no soy".
Egresado de Bellas Artes y ex alumno de personalidades como Seki Sano y Salvador Novo, José Carlos Ruiz ha participado en aproximadamente 70 obras teatrales (dentro de las que destacan Edipo Rey, Los albañiles, Pedro Páramo), además de participar en teleteatros, telenovelas y teleseries de las que podríamos mencionar sólo para refrescar la memoria: Benito Juárez, El carruaje, La tormenta, La tierra, Canasta de cuentos mexicanos, y recientemente María Isabel, Soñadoras y La casa en la playa.
Pero qué decir del cine, su "verdadera pasión", donde el señor ha actuado en las más sobresalientes cintas mexicanas ƑHacemos la lista? Viento negro, Emiliano Zapata, El apando, El hombre del puente, Cascabel, La guerra santa, Bajo la metralla, Viaje al paraíso, Masacre en río Tula, Dos crímenes, entre otros 60 títulos más.
Para José Carlos la actuación no es sólo una profesión, sino parte de su naturaleza: "Tengo la costumbre de sellar a mis personajes con ciertas características. Desde niño me introduje en ese mundo al asistir al cine. Daba igual qué cine, el caso era ir, aunque de regreso a casa me pusieran parejo a cinturonazos. Que importaba, ni la escuela me importaba".
Este actor, en toda la extensión del concepto, domina cualquier clase de técnica, hecho que se refleja en la elaboración de complejos seres mitológicos que diseña en cada uno de los proyectos en los que ha participado. Respecto de la televisión, señala que es donde su figura es más conocida:
"La televisión es tan respetable como el cine o el teatro. Es un producto que verán 20 millones de personas, entonces para que un película u obra teatral puedan reunir a tal cantidad de gente, tendrían que pasar 50 años. La televisión nos pone frente a ese número de espectadores en media hora".
ųƑConsidera que todos los productos televisivos en los que ha participado son de calidad? ƑNo le importa ser más conocido por su trabajo en televisión que por el de cine?
--He participado en telenovelas históricas como La tormenta, El carruaje, Los caudillos, La constitución, así como en otras de corte más comercial como Agujetas de color de rosa, Morir dos veces, Más allá del puente y La casa en la playa. En cuanto al cine, las películas en las que he participado la mayoría son del Estado, que nunca se ha preocupado por hacerles publicidad; las estrenaba sin previo aviso, dos o tres días en cartelera... y luego a la bodega, aunque fueran largometrajes de corte internacional ganadoras de premios en San Sebastián o Japón, y si no fuera por la televisión no se conocerían. Esas películas las han visto 10 mil personas, mientras que las telenovelas, por todos lados, por eso tiene lógica que me conozcan más por la tele.
"A mí me llena de orgullo hacer televisión, aunque mi debilidad es el cine, que es el momento sublime del actor. Es una vivencia mágica", insistió.
Al referirse al cine nacional no puede dejarse de mencionar el nombre de este actor como un icono viviente. Ha recibido cinco Arieles, tres Diosas de Plata, un premio ACE de Nueva York, una Bochica en el Festival de Bogotá, así como el primer homenaje a un actor mexicano en vida, efectuado en la Cineteca Nacional, en 1991. "La mística de la actuación debe estar por encima de todo. El cine dicta patrones de conducta, modas, formas de hablar. El cine inquieta, motiva, angustia, estruja, ciñe, tensa y destensa; graba, en la mente del espectador las imágenes que formarán parte de sus recuerdos para siempre, de ahí su trascendencia".
Por otro lado, José Carlos Ruiz cree que al teatro le falta dinámica, ser más irreverente, tener más juego, no ser tan solemne, le falta el juego de la juventud, y aunque no lo sataniza, considera, que carece de una irreverecia quizá irrespetuosa. Mientras que el cine "desde que tengo uso de razón está en crisis, aunque sé que no morirá jamás porque es el alma de un pueblo". Por eso, en las telenovelas, "los jóvenes evitan que me vuelva viejo. La simbiosis perfecta es con la experiencia y el ímpetu juvenil. Es una mezcla inteligente. Creo que estaban equivocados las personas que creían que los actores llamados de culto (qué flojera, Ƒno?) no podían hacer televisión. La prueba es que gente de recalcitrante actitud ha pasado por allí como (Arturo) Risptein, Jorge Fons, y actores y actrices que hacían cine, están en televisión. La verdad es que tu trabajo se refleja en donde sea. Si eres un cafre un advenedizo estarás mal en todas partes, pero si eres honesto, está bien hecho".
Lo más reciente que ha hecho par el celuloide es un cortometraje con Julio Fonds, hijo de Jorge, y uno largo que se llama Alteza serenísma, dirigida por Felipe Cazals. Aunque la verdad, esperamos seguir contando con un actor, para quien esta profesión, es como respirar.