MIERCOLES 21 DE JUNIO DE 2000
PAGINA 9
* Lourdes Galaz *
Las virtudes de la democracia
* Ya se enteró qué significa la democracia... * Y que los políticos, como los periodistas, son como los kleenex... * Sabe que vive en una República donde gobiernan los menos y los demás dan licencia... * También que la costosa estructura electoral del 2 de julio no garantiza la imparcialidad de los comicios
En once días hay
comicios y la costosa estructura electoral es cuestionada por candidatos y
partidos políticos, mientras miles de
observadores
extranjeros
comienzan a llegar al país para avalar o desautorizar el
proceso
El mundo de la noticia es por definición el de la prisa, la tensión, la neurosis, la insatisfacción permanente. Muy parecido es el mundo de la política. Periodistas y políticos llevan vidas paralelas, viven en espacios que en ocasiones se estrechan, casi se unen, aunque en la gran mayoría de los casos no convergen. Si lo hacen ocurre que el periodista deja de serlo y el político cae en desgracia. Asienta un senador de la República que los periodistas ųigual que los políticos, precisan algunos colegasų son como kleenex: se usan y se tiran. Muy pronto, luego del 2 de julio veremos kleenex y más kleenex tirados por ahí en oficinas, gabinetes, en las calles y hasta en el ciberespacio donde la guerra por el poder se imagina como en los cuentos de ciencia ficción. Y es que las campañas en los medios, el marketing, las mutaciones de los políticos, los afanes de intelectuales y demócratas por una transición, por un cambio de gobierno y de proyecto de nación, han transformado la lucha por la democracia. El otro día una insigne y muy buena novelista en su espacio de Televisa definió a la democracia: ... es respetar a los hijos, no darles de nalgadas... es aprender a decidir qué se quiere. Así lo decía la escritora, tal vez sin costumbre de leer a los clásicos como Aristóteles, Platón, Maquiavelo, Montesquieu, Bovio, Paramio. O al menos, poco afecta a la ciencia política. Y es que ahora que tanto se habla del tema, vale traer a cuento que democracia es una palabra que se integra con dos vocablos griegos: demos-pueblo y cratos-gobierno. Y en el Diccionario del Español Actual (Aguilar-Santillana, 1999) se lee que la democracia ''es un régimen de gobierno en el que la soberanía reside en el pueblo, el cual la ejerce directamente a través de sus representantes elegidos por votación''. Ni más, ni menos.
Ante tanta confusión de ideologías, siglas, proyectos, principios, más vale volver la vista a textos como aquél que trata ''Del espíritu de las leyes''. Montesquieu distingue en ese escrito el principio de la democracia: ''No es menester mucha probidad para que un gobierno monárquico o un gobierno despótico se mantengan o se sostengan. En uno, la fuerza de las leyes, y en otro, el brazo del príncipe siempre levantado, bastan para regular y ordenar todo. Pero en un Estado popular (democrático) es necesario un resorte más: la virtud... un gobierno popular se siente sometido a las leyes y sabe que ha de soportar todo su peso... Y cuando las leyes dejan de cumplirse, el Estado está ya perdido, puesto que esto sólo ocurre como consecuencia de la corrupción de la República''. Qué actual resulta el Montesquieu del siglo XVIII que recuerda a los políticos griegos, que vivían en un gobierno popular, y no reconocían más fuerza para sostenerlo que la virtud. ''Cuando la virtud (principio de la democracia) deja de existir, la ambición entra en los corazones capaces de recibirla y la codicia se apodera de todos los demás. Los deseos cambian de objeto: ... Si se era libre con las leyes, ahora se quiere ser libre contra ellas; se llama rigor a lo que era máxima; se llama estorbo a lo que era regla; se llama temor a lo que era atención... la República es un despojo y su fuerza ya no es más que el poder de algunos ciudadanos y la licencia de todos''. Y uno se pregunta Ƒel gobierno popular, la democracia, es distinta a la de hace más de dos siglos?
Si hace un siglo este país hizo una revolución social por el sufragio efectivo y la no reelección ( tierra y libertad, educación popular, justicia laboral, seguridad social y más, que aún siguen siendo anhelos de millones de mexicanos), en las últimas tres décadas la nación ha vivido verdaderos afanes por la democracia. En once días hay comicios y la costosa estructura electoral (mil millones de dólares) es cuestionada por candidatos y partidos, mientras cientos, miles de observadores extranjeros comienzan a llegar al país para avalar o desautorizar el proceso del que seríamos responsables todos los mexicanos. Se acercan las elecciones y con el despliegue informativo de los cierres de las campañas presidenciales, los medios publicitan críticas al partido de Estado, el de los 71 años en el poder, y abiertamente anuncian un fraude electoral orquestado por el gobierno y su partido. Cuauhtémoc Cárdenas, el candidato presidencial de la Alianza por México, advierte, inclusive, que los resultados de la elección podrían ser desconocidos y convocarse a nuevos comicios. Mientras, los funcionarios electorales titubean, lanzan advertencias y hasta toman partido. Por ley, en una semana concluyen las campañas.Y estos últimos días tanto el Consejo General del IFE como el Tribunal Electoral se disputan la posibilidad de ser los voceros de la buena nueva democrática. Si los cómputos son tan cerrados que el resultado dependa de la procedencia o no de las impugnaciones a la elección, será el tribunal el que anuncie al ganador y tendrá de plazo hasta el 5 de septiembre, una vez instalado el Congreso. Si la diferencia entre los candidatos llegara a ser de cinco por ciento o más, habrá presidente electo la primera semana de julio.
Y sigue la disputa entre los organismos electorales, y se advierte la creencia en los electores de que ni el IFE ni el TFE están haciendo bien su labor. Más aún, hasta estarían eludiendo la aplicación estricta de la legislación electoral, por ejemplo, del artículo 38 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe). Para muestra: ƑQuién permite la difusión de los mensajes por televisión que tanto han sorprendido en los últimos días? ųcierto, se sacaron del aire, tres dŗʼnƈãvãıŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŤM4ƈŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗƈMÂŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗÀ94Rgvâõ*Ɛı"ýÌŒŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŒŀš"ŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗŗ.