JUEVES 29 DE JUNIO DE 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

Perfumadas son las vísperas de la dura batalla. Fragancias y alientos. El amor (sus muestras) a veces.

Convencimiento por la vía nasal

Allí está, por ejemplo, la muestra de cambio aromático que el foxismo preparó para embellecer olfativamente el Periférico de la ciudad de México. Esa sería la propaganda que se seguiría haciendo cuando legalmente ya no fuera permitido hacerla. A nadie se le podría castigar por aspirar y disfrutar el olor del cambio.

Pero acabó siendo una propuesta de cambio peligrosa, resbalosa, a pesar de las efusiones agradables. Audacia de convertir la principal arteria capitalina en un espacio de convencimiento por la vía nasal.

Francisco Javier Palafox, directivo de Essence Flour de México, miembro de los Amigos de Fox, no preparó bien las pócimas del embrujamiento hecho para naricear. Y hubo cuando menos 19 accidentes automovilísticos de madrugada en el segmento del Periférico que alcanzó a ser tratado con el líquido jabonoso y bien oliente. Una audacia más. Peligrosa, resbalosa, aunque parezca ser buena.

Las arras duplicadas

Horas antes de esa madrugada de perfume, Francisco Labastida y Teresa Uriarte rociaban de romanticismo el Auditorio Nacional (memorias viejas habrían de recordar a Carmela y Rafael, aquellos cantores del amor siempre en duelo de cercanías faciales).

La esposa, trabajadora, afanosa, daba cuenta al marido, el candidato, del producto del esfuerzo, de la multiplicación de los convencidos: había prometido ella unos... digamos, tres millones de prosélitos, pero había conseguido más, muchos más, digamos... unos seis millones. Las arras duplicadas.

Y él, emocionado con tal milagro que sin duda presagia el mayor que habrá el domingo, le dijo con sinceridad: "Gracias, chaparrita, por tu amor a México". Y advirtió a quienes, necios y pecadores, quisiesen poner en duda la cosecha lograda por las Redes de la doctora Uriarte: No hay, precisó, "inflación de simpatizantes ni multiplicación milagrosa de cifras".

Pronóstico: 19 o 20 millones de votos se apuntará el PRI

Desde ahora se puede estimar, con base en el espectacular logro de las Redes conyugales, que el PRI se apuntará entre 19 y 20 millones de votos en su cuenta particular. El 4 de junio pasado, en Mérida, Labastida ya había dicho que aspiraba a tener entre 16 y 17 millones de votos, de los cuales 3 o 3.5 serían de las citadas Redes. Ahora, que doña Teresa ha multiplicado por dos sus logros, la cifra esperable es de 19 o 20 milloncejos de compatriotas votados a favor del PRI (šRepórtense, Meme Garza, José Guadarrama, Roberto Wong, Carlos Almada y demás fuerza electoral azteca!)

Propaganda celeste de última hora

Otra dama, prudente, hasta anoche asomaba a la televisión en promocionales a favor de su esposo. Celeste Batel, compañera de siempre de Cuauhtémoc Cárdenas, llamó a votar por su esposo. En el sol azteca había quienes consideraban que esos anuncios habían de haberse hecho mucho antes, pero tampoco se le quiso exponer en demasía a los riesgos de las pasiones partidistas.

Total que ayer, al fin, terminaron las campañas. Labastida en su natal Culiacán. Fox en el Nou Camp de León. Cárdenas en Juchitán.

Perfumadas son las vísperas de la dura batalla...

El INEGI informa:

Claudia E. Solís Rodríguez, directora de relaciones públicas y comunicación del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), expresa el "pesar" de esa entidad por los comentarios que aquí se hicieron el pasado martes 27, referidos a los datos del doceavo Censo General de Población y Vivienda del año 2000, en los que aparecieron menos mexicanos (97.4 millones) de los que los expertos en demografía habían previsto para esta fecha (100 millones).

Ese martes se mencionó que varios lectores habían escrito al correo electrónico para subrayar la torpeza del columnista al no advertir que millones de mexicanos han debido emigrar a Estados Unidos y que por ello parecería que "los mexicanos habíamos controlado la natalidad, y vencido las predicciones de explosión demográfica". En esa misma entrega se reproducían las declaraciones de Rodolfo Tuirán, director del Consejo Nacional de Población (un funcionario apreciado en los medios y la academia por la seriedad de sus posturas, una especie de funcionario del Estado mexicano, no necesariamente de su gobierno), quien había dicho a Reforma que el censo había tenido omisiones en materia de mexicanos migrantes y de menores de tres años de edad.

Que no hay mapachería censal

La funcionaria del INEGI hace llegar cuidadosas explicaciones. Por ejemplo, explica Solís Rodríguez que el censo registró "a la población que reside habitual- mente en el país, independientemente si son mexicanos o no; el nuestro no es un censo de mexicanos, sino de residentes en el país". A renglón seguido establece que "esto significa que los connacionales que viven de manera permanente en Estados Unidos deben ser registrados por el censo de dicha nación, dado que allí residen". Sin embargo, "reconociendo la importancia del fenómeno (migratorio) y por la relación que éste tiene con las condiciones de vida de buena parte de los hogares mexicanos" los censadores hicieron "una serie de preguntas para cuantificar y caracterizar a la población que ha emigrado hacia el exterior, así como el lugar en donde reside en la actualidad". Ese informe "se dará a conocer en el tercer trimestre del presente año".

Tales argumentos darían motivo suficiente para que este columnista pitorreásese con la irresponsabilidad que le caracteriza, sobre todo en cumplimiento de la tradición periodística de acribillar a todo aquel que ose corregir o desmentir a la élite de la tecla: Los mexicanos que están sin documentos de ingreso legal en Estados Unidos han de ser activísimos partícipes en los censos de aquella nación; y los mexicanos con familiares indocumentados en el vecino país, seguramente han de contestar con la puritita verdad a los encuestadores del gobierno mexicano: "Sí, mire usted, son tantos mis familiares que andan de indocumentados, y residen en tal y tal lugar".

Sin embargo, lo importante es ayudar a entender mejor ese fenómeno censal y no perderse en pleitos de orden secundario. Dice el INEGI, además, que se ha reducido el crecimiento poblacional debido sobre todo "al descenso que está experimentando la fecundidad", pero que la tasa de 1.6 por ciento, registrada para el periodo 1995-2000, aún se ubica muy por encima de los niveles de los países desarrollados, que es de 0.3 por ciento.

Respecto de las palabras del experto Tuirán, la oficina de prensa del INEGI anota que al día siguiente de la publicación en Reforma, hubo una nota aclaratoria del propio funcionario, en la que "destaca la calidad del trabajo censal", y señala que sólo podrán emitirse calificaciones "profesionalmente sustentadas" cuando se haga una "cuidadosa evaluación" sobre el tema.

Por último, se queja la dama de las relaciones públicas y la comunicación de que aquí se haya dicho que el INEGI "ha sido afectado por manoseos políticos" y que "se ha convertido en una instancia altamente sospechosa de maquillar y acomodar resultados al gusto de una élite tecnocrática en el poder". Mucho podría alegar este columnista en contra de las precisiones netamente técnicas que aporta el INEGI, aunque finalmente lo importante es acercar datos al lector para mejores esclarecimientos.

A las pruebas (a las urnas) me remito

Pero, en el comentario político hecho, no puede este columnista sino reiterar lo dicho: Carlos Jarque ha sido durante largos años la pieza de la tecnocracia liberal puesta en el manejo de las cifras y los datos. Esa tecnocracia ha maquillado y acomodado cuanto ha sido necesario para aparentar bonanzas y buenos resultados. Jarque es una pieza de ese sistema de apariencias y simulaciones, como lo ha demostrado ahora en Sedesol, convertida en oficina suministradora de materia para la ingeniería electoral priísta. Lástima que por hoy no haya más espacio para extendernos sobre este asunto, pero ya habrá mejor oportunidad.

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