JUEVES 29 DE JUNIO DE 2000
* Puso énfasis en soberanía y autodeterminación
Cárdenas respalda el megaproyecto del istmo de Tehuantepec
* Decenas de miles de indígenas le expresaron su apoyo
Jaime Avilés, enviado, Juchitán, Oax., 28 de junio * Ante decenas de miles de indígenas que lo esperaron cuatro horas y lo ovacionaron a rabiar, Cuauhtémoc Cárdenas cerró su campaña electoral con un discurso sorprendente: se pronunció en favor del megaproyecto del istmo de Tehuantepec, poniendo mucho énfasis en el factor humano, así como en la soberanía y en la autodeterminación. Y, para subrayar esta compleja intención política, terminó su discurso como un presidente de la República, dando un grito de independencia en el que lanzó vivas a Benito Juárez y "a los héroes que nos dieron patria".
Después de todo, aunque era 28 de junio, estaba en pleno 16 de Septiembre, que es el nombre de la calle juchiteca que pasa delante del palacio municipal, donde la Coalición de Obreros, Campesinos y Estudiantes del Istmo (COCEI) instaló un folclórico templete, adornado con manojos de caña brava y jarrones de gladiolas, para que el candidato presidencial de la Alianza por México tomara la palabra ante una nutrida multitud ų70 mil, según los organizadores; 30 mil según las evidencias de la realidadų que le expresó su determinación de acabar con el régimen del PRI dentro de sólo cuatro días.
"Nos pronunciamos por desarrollar aquí un verdadero corredor industrial, que sea factor de desarrollo para la gente del istmo y para todo el país. Un gran proyecto de comunicación que una los océanos Pacífico y Atlántico, pero resolviendo el inmenso rezago agrario que se vive en la zona; impulsando la educación pública, para que todos los estudiantes que demuestren con sus calificaciones que pueden formarse profesionalmente, reciban todo el apoyo del estado, y atendiendo a las demandas de los maestros en todos los niveles de la educación superior", dijo Cuauhtémoc en la parte medular de su última perorata proselitista.
Dado el muy novedoso planteamiento, este enviado pidió la opinión de Julio Moguel ųuno de los principales asesores de Cárdenasų para que abundara sobre el asunto. "Es muy claro", dijo el especialista en asuntos agrarios. "Cárdenas ha venido planteando que se deben impulsar los proyectos de desarrollo regional, pero no a partir de un esquema desnacionalizador como el de Zedillo y Labastida, sino basados en la autodeterminación y la soberanía. Está claro que le decimos sí al megaproyecto del istmo, pero con una postura crítica respecto de la concepción del régimen. Claro que le decimos que sí a la globalización, pero a una globalización con rostro humano y que atienda todos los aspectos integrales del desarrollo, como son la educación pública, la capacitación laboral, la salud, el empleo, los salarios justos, etcétera. Y lo hacemos pensando igualmente en los empresarios del país, no en las compañías trasnacionales, que son el único horizonte posible para Zedillo y Labastida, o sea para el salinismo".
Todos los indios del istmo
El mitin final de esta campaña que vino de menos a más y culminó hoy con plazas desbordadas de rabia y fervor cívico, empezó a las ocho de la noche, pese a que había citado a las cinco y media, porque Cárdenas y su comitiva presidieron actos no menos multitudinarios en Ciudad del Carmen, Chetumal y Tapachula, donde la presencia del gentío fue en todos los casos insólita, por su dimensión, su fiereza y su calidez.
Mientras Cárdenas recorría Campeche, Quintana Roo y la zona sur de Chiapas, aquí en Juchitán, desde las cuatro de la tarde, comenzaron a congregarse contingentes de indígenas huaves, mixes, chontales y zapotecos, procedentes de todos los municipios del istmo oaxaqueño, pero también de los linderos de Veracruz y de la selva de Los Chimalapas. Así que la plaza se fue poblando de vestidos multicolores, con los alucinantes bordados de las tehuanas, pero también con los tenis y pans típicos de la región, mientras una enjundiosa muchacha zapoteca recitaba los nombres, infinitos, de todas las colonias, barrios, aldeas, ranchos y pueblos que estaban representados en el asfalto, debajo de un sol de 30 grados y enmedio de un espantoso enjambre de moscas. Cárdenas llegó a este lugar poco antes de las siete de la noche, pero en el trayecto del aeropuerto hasta la plaza de los Héroes de Juchitán, donde se apeó de su vehículo, fue saludado por cientos y cientos de personas que trataban de tocarlo, como si se tratara de una divinidad personificada en aspirante a la Presidencia. Luego caminó desde aquella plaza a lo largo de la calle 16 de Septiembre, encapsulado en las entrañas de una multitud gritona y festiva, en la que abundaban los trombones y las tamboras de las bandas de chile frito, así como los dulces caramillos de los piteros, que guiaban a miles de hombres, mujeres y niños como evocaciones del perverso flautista de Hamelin.
Y cuando la plaza de armas de Juchitán estuvo literalmente a reventar de sombreros y trenzas adornadas con cintas amarillas del PRD, este enviado penetró en el kiosko del jardín, y desde allí tuvo una certeza demoledora, que habla de la miseria reinante en estas tierras. Por cada persona allí presente había por lo menos diez moscas, esos extraños aparatos biológicos que en el mercado contiguo tapizaban los canastos de pescado y camarón seco, así como las cazuelas de iguana cocida en caldillo delicioso y chile cascabel.
La importancia de Juárez
Agotado al cabo de tantos discursos de apoteósis de estos últimos días, Cárdenas no hizo aquí la mejor pieza oratoria de su campaña, pero tuvo los alientos necesarios para recordar a sus oyentes que Francisco Labastida representa la corrupción, la ineficiencia, el narcotráfico y la entrega a los intereses extranjeros, mientras que Vicente Fox es el símbolo del antijuarismo, entendido éste como la suma de todos los rasgos que lo caracterizan como un charlatán, apátrida y cocacolero.
Después de hacer un puntual exhorto a que este domingo todo mundo se levante temprano, vote y vigile la elección para impedir que los mapaches del PRI y del PAN consumen sus estratagemas de fraude, el exhausto michoacano ųque anoche a la una de la mañana tomaba café plácidamente en los portales del puerto de Veracruzų sintetizó su alocución en tres grandes líneas: decirle sí a la globalización con rostro humano, pensando en los intereses fundamentales de los habitantes del país; llamar a cerrarle el paso a los exponentes de la corrupción y del entreguismo y, por último, reafirmar el carácter netamente soberano de su proyecto de gobierno.
Por ello, luego de recordar que las plazas públicas de estos días reiteran que la Alianza por México es ya la mayoría electoral del país, finalizó su campaña con esta espectacular arenga: "šViva Benito Juárez!", "švivan los héroes que nos dieron patria"!, "šviva el proyecto de la Revolución Mexicana!", "šviva el istmo de Tehuantepec!", "šviva Juchitán"!, "šviva Oaxaca!", "šviva México!", "šviva México!", "šviva México!".
Fue un acto deliberado, dijeron después los grandes cerebros de su equipo, quiso hablar ya como un presidente de la República en funciones.