SABADO 1o. DE JULIO DE 2000
Costo de campaña
* Miguel Concha *
COMO RESULTADO DE LAS actividades que desde el 8 de mayo desarrolla dentro del proyecto Apoyo a la Observación Electoral y a la Coordinación de Visitantes Extranjeros 2000, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el pasado jueves la Academia Mexicana de Derechos Humanos presentó un tercer informe de observación de gastos de los partidos políticos en televisión durante estas campañas. Para ello se registraron y analizaron durante 18 horas de grabación cada día, entre las 7 de la mañana y las 24 horas, los spots que los actores políticos transmitieron en 9 canales de televisión, del 29 de mayo al 22 de junio de este año: los canales 2, 4, 5 y 9 de Televisa; 7 y 13 de Televisión Azteca; 40, compartido por la misma televisora y CNI, y MAS de Multivisión. El estudio abarcó el número y tiempo de los spots, y para calcular los gastos se tuvieron en cuenta las tarifas del Segundo Catálogo de Tarifas de Medios Electrónicos e Impresos del Instituto Federal Electoral.
El PRI fue el que más spots mantuvo en los canales televisivos analizados (292), con un 52.7 por ciento del total de partidos, siendo únicamente superado por el número de spots colocados por el gobierno federal (331), lo cual es también muy significativo. Por lo que respecta a los demás partidos, la Alianza por el Cambio compró espacio para 150 spots, el 27.2 por ciento del total de partidos, y Alianza por México solamente 91, es decir, el 16.4 por ciento del total de partidos. Los demás partidos tuvieron una presencia poco relevante.
Según esto, el PRI fue el instituto político que más recursos invirtió para promover sus campañas proselitistas en televisión, con 18 millones 795 mil 171.15 pesos (el 52.2 por ciento del total facturado a partidos), cifra que casi duplica lo gastado por la Alianza por el Cambio, que desembolsó 10 millones 422 mil 393.80 pesos, y triplica los gastos de la Alianza por México, estimados en 5 millones 944 mil 484 pesos. El Partido Democracia Social gastó según este muestreo y este estudio únicamente 536 mil 900 pesos; el Partido de Centro Democrático, 222 mil 133.10, y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana 58 mil 800, es decir, solamente el 0.2 por ciento del total.
De las experiencias de monitoreo de elecciones previas a la presente (1988, 1994 y 1999), así como de algunas conclusiones que ahora han vuelto a ser convalidadas, pueden adelantarse algunas sugerencias y propuestas con el propósito de definir y acotar con mayor claridad los términos de las competencias electorales a través de los medios de comunicación, que resaltan de este estudio.
Si se toma en cuenta que de manera muy significativa se mantiene en lo cualitativo, aunque ya no tanto en lo cuantitativo, la inequidad en los medios para los partidos y candidatos, la lógica de su funcionamiento pragmático y mercadotécnico marca como imperativo el revisar leyes, políticas y mecanismos que aseguren un papel más objetivo, imparcial y democratizador de los propios medios en las campañas electorales.
Por otro lado, si consideramos que el modelo mexicano es mixto, es decir, tiempo tiempos estatales gratuitos y tiempos comerciales para fines electorales, en comparación con el modelo estadunidense (pantallas totalmente abiertas al mercado electoral) y algunos modelos europeos como los de Inglaterra, Francia y Alemania (pantallas disponibles para campañas electorales sólo en tiempos acordados por las autoridades), y que además por la ley los partidos políticos tienen que gastar un 80 por ciento de los cuantiosos recursos públicos que reciben en propaganda en medios, nos encontramos de hecho ante una importante transferencia de recursos fiscales a las empresas de radio y televisión.
Es verdad que la democracia cuesta y que hay que asegurar una mayor competitividad entre los partidos mediante las generosas ''prerrogativas'' económicas que reciben, evitando así, entre otras cosas, la infiltración del narcotráfico, pero ello no significa de ninguna manera que con nuestros impuestos debamos subsidiar los mexicanos el interés comercial, la falta de objetividad, la ineficiencia profesional y la falta de equidad en los medios. *