DOMINGO 2 DE JULIO DE 2000

* Nacieron con el estigma de la falta de confiabilidad e independencia


Tribunales electorales: 14 años de sospechas

* El TEPJF tiene ahora la oportunidad de acreditar que puede ayudar a impulsar la democratización

Jesús Aranda * Desde su creación en 1986 hasta la fecha, los tribunales electorales nacieron en México con el estigma de la "falta de confiabilidad e independencia de sus fallos".

Este domingo se inicia el proceso electoral más competido de la historia, que coincide con la "oportunidad única del actual Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para acreditar, en los hechos, que está preparado para jugar un papel cada vez más importante en la vida democrática del país, en donde los conflictos electorales se resuelvan por la vía jurídica y no por la política, como ocurrió en anteriores elecciones".

Así, por primera vez en la historia la calificación de la elección presidencial la hará el TEPJF, que será el encargado de elaborar el dictamen correspondiente y de dar por buenos unos comicios que serán los más reñidos en la historia.

En 1986 se creó el llamado Tribunal de lo Contencioso Electoral, organismo que dependía prácticamente de la Secretaría de Gobernación, que reprobó la primera prueba de imparcialidad a que fue sometido.

Fue tal el escándalo y las suspicacias que generó el triunfo de Carlos Salinas de Gortari, en 1988, que el destacado constitucionalista Emilio Krieger decidió renunciar a su cargo de magistrado y argumentó lo limitado de las atribuciones de ese tribunal.

Como resultado de la reforma electoral, consensada en 1990, el país tuvo un nuevo marco jurídico en materia político-electoral, que llevó a la creación del Tribunal Federal Electoral.

Sin embargo, después de las elecciones federales de 1991, las protestas de los partidos de oposición obligaron a las fuerzas políticas y al gobierno federal a revisar de nuevo el marco constitucional y legal de los procesos electorales.

Fue hasta 1993 cuando se lograron consensos fundamentales entre las partes y se reformó la Constitución en materia electoral, lo que dio lugar también a reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Se aprobaron cambios tales como la desaparición de los colegios electorales de las cámaras de Diputados y Senadores, la sustitución del sistema de autocalificación por el de heterocalificación, que quedó a cargo del Instituto Federal Electoral, además de que en caso de controversia la decisión definitiva correspondería al Tribunal Federal Electoral en lo que concierne a la calificación final de las elecciones de diputados, senadores y asambleístas.

Avanzar más aún

Aun así nadie estuvo conforme, y después de los comicios federales de 1994 las fuerzas políticas llegaron a la conclusión de que hacía falta avanzar más. Por ello, en 1996 se concretó otra reforma constitucional en materia electoral.

Esta vez se acordó fortalecer el sistema de medios de impugnación, se determinó que el tribunal calificara la elección presidencial, se crearon una sala superior y cinco salas regionales, se reconoció a éste como la máxima autoridad jurisdiccional y se integró al Poder Judicial de la Federación, para adoptar el nombre de Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Se estableció un nuevo mecanismo para designar a los magistrados electorales, esto es, que no hubiera dudas sobre su origen.

La nueva legislación estableció que la Suprema Corte enviaría al Senado de la República ternas de candidatos, para que los legisladores designaran a los siete magistrados de la sala superior y a los 15 de las salas regionales.

El actual presidente del TEPJF, José Luis de la Peza, sobrevivió a todos los cambios que ha sufrido el órgano desde 1986. También Fernando Ojesto Martínez Porcayo y José de Jesús Orozco Henríquez.

El magistrado De la Peza es egresado de la Escuela Libre de Derecho, fue profesor de Derecho Romano en la Universidad Nacional Autónoma de México, es miembro de la Barra Mexicana Colegio de Abogados y de la Academia Mexicana de Jurisprudencia y Legislación de España, además de que durante 35 años --desde 1950 a 1985-- trabajó como abogado consultor del Banco Nacional de México.

Su etapa como magistrado electoral la comenzó en el Tribunal de lo Contencioso Electoral (1987-1990), pasó después al Tribunal Federal Electoral, de 1990 a 1996, y cuando éste se convirtió en TEPJF, en 1996 fue nombrado presidente del mismo.

Además, el TEPJF está integrado por tres magistrados que hicieron su carrera en el Poder Judicial de la Federación, otro que se inició como juzgador en el fuero civil y dos más que tienen un historial fundamentalmente académico.

La magistrada Alfonsina Berta Navarro Hidalgo es titulada por la Universidad de Guadalajara, y también fue una destacada profesora normalista.

Ingresó en 1970 al Poder Judicial de la Federación, en donde se inició como secretaria de Estudio y Cuenta del Tribunal Colegiado del Octavo Circuito en Torreón; años después fue designada juez de distrito con sede en Toluca, para pasar a ser magistrada de circuito en materia administrativa y del trabajo en sendos tribunales.

En su expediente destaca el hecho de que fue la primera mujer que ocupó el cargo de juez de distrito, y por su desempeño pasó a ser magistrada de circuito. Desde 1996 es miembro del TEPJF.

Por su parte, el magistrado Leonel Castillo González es egresado de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Su carrera judicial la comenzó en 1975 en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como secretario de Estudio y Cuenta; en 1981 fue nombrado juez de distrito y en 1984 pasó a ser magistrado de circuito, cargo en el que se desempeñó hasta su designación en el TEPJF.

Mientras, el magistrado Mauro Miguel Reyes Zapata ingresó también en 1975 al Poder Judicial de la Federación, como secretario de un tribunal de circuito, y un año después fue designado secretario auxiliar de la Suprema Corte.

En 1980 lo nombraron juez de distrito, cargo que desempeñó hasta 1985, cuando fue ascendido a magistrado de circuito, para pasar un año después al TEPJF.

Por su parte, el juez José de Jesús Orozco Henríquez es egresado de la UNAM, se destacó en la docencia hasta ser titular del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la máxima casa de estudios en el área de Derecho Constitucional.

Es autor de diversos libros e impartió clases en la Universidad de California, en Estados Unidos, y en el Instituto Autónomo Tecnológico de México, y al igual que José Luis de la Peza, Orozco formó parte del Tribunal Federal Electoral y posteriormente pasó al TEPJF.

Finalmente, Fernando Ojesto Martínez Porcayo es egresado de la UNAM , además de que recibió el grado de maestro en Administración Pública y Políticas Públicas en la London School of Economics and Political Science de Londres, en donde obtuvo el grado de doctor en derecho.

Destacó en la academia en diversas instituciones y en 1987 fue designado magistrado del Tribunal de lo Contencioso Electoral, posteriormente del Tribunal Federal Electoral y a continuación del TEPJF.