MARTES 4 DE JULIO DE 2000

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Observatorio

Ciudadano de la Educación

COMUNICADO No. 35


La política educativa como tema electoral

* Fuerte dosis de voluntarismo

* Desvinculadas, metas y financiamiento

* ƑCómo traducir propuestas electorales en planes de gobierno?

El domingo 2 de julio los ciudadanos acudieron a las urnas para elegir presidente de la República, diputados y senadores en el nivel federal y, en algunas entidades federativas a los gobernantes y representantes locales. Este acto democrático fue la culminación de una etapa, y el inicio de otras aún desconocidas.

Cabe hacer notar que la educación fue tema de atención especial para los candidatos a la Presidencia de la República en distintos actos de campaña: se reunieron con la dirigencia del SNTE y rectores de instituciones de educación superior; asistieron a universidades y realizaron actos para presentar su proyecto educativo. En los debates televisados se formularon también las correspondientes ofertas educativas.

En este comunicado presentamos una comparación de las principales propuestas educativas que formularon los tres candidatos con mayores preferencias electorales. El ciudadano, al emitir su voto, decidió por una u otra opción política.

Falta articulación

Sobre el papel de la educación en el desarrollo de las personas y la sociedad es donde se dio una mayor convergencia de los partidos (en el caso de las alianzas se alude al partido principal); en sus plataformas aparecieron pronunciamientos sobre la relevancia de la educación para el futuro del país; todas hacen referencia explícita a su prioridad, al compromiso del Estado con ella, a su carácter público y laico y enfatizan su contribución al desarrollo social y económico, a la cohesión y armonía, a la democracia y tolerancia y, en general, a los valores humanistas y sociales del artículo tercero constitucional. Todos coincidieron en la igualdad de oportunidades y en que ningún mexicano debe quedar fuera de ningún nivel educativo por motivo económico.

De igual manera, los tres partidos se manifestaron por una revisión profunda de la organización y funcionamiento del sistema educativo: "restructuración del sistema e impulso de un nuevo proyecto educativo" (PRI), "revolución educativa" (PAN) y "redefinición del proyecto educativo nacional" (PRD).

Afirmaciones sobre los valores que deben normar la educación las hubo explícitas en los tres partidos: cultura cívica, legalidad, tolerancia, libertad, justicia, solidaridad, pluriculturalidad, respeto a derechos humanos y al medio ambiente. El PRD se manifestó por devolverle sus contenidos humanistas y científicos; el PAN por rescatar la formación en valores y el PRI por impulsar una educación básica integral.

Más allá del plano declarativo que otorga prioridad a la educación y de las líneas generales de acción, no hay suficientes precisiones como para entrever "un proyecto de país", entendiendo por esto una utopía realizable, de viabilidad convincente. Ante esta ausencia, la articulación de la educación con el desarrollo social y económico a largo plazo no es convincentemente tratada. Aunque los tres candidatos mencionaron esta articulación, lo hicieron en términos demasiado generales. Sin referencias más explícitas sobre la relación de la educación con el desarrollo del país, los discursos aparecen con fuerte dosis de voluntarismo.

Más financiamiento

La prioridad de la educación asentada en las plataformas electorales y en los discursos de campaña se traduce al orden del financiamiento. Algunos avanzan cifras concretas: el PRD propuso elevar el gasto educativo del nivel actual, de 5.1% del PIB, a 8%, y el PAN elevarlo al 8 o 9%. El PRI reiteró la posición de los últimos gobiernos renuentes a un incremento sustancial, aunque Labastida propuso aumentar el gasto federal en 70 mil millones de pesos para financiar varias de sus propuestas de educación básica, lo que implica 1.4 del PIB.

La gratuidad de la educación fue asentada por los tres partidos, pero con alcance diferente: sólo el PRD defendió la gratuidad de la educación superior; el PAN pasó en silencio el tema y el PRI lo trató ambiguamente.

Además, el PRD propuso brindar ayuda a estudiantes de escasos recursos, incluso alojamiento y alimentación; establecer incentivos fiscales para alentar la inversión en educación y realizar contratos de investigación entre las universidades y las empresas; el PAN, aplicar inteligentemente los recursos destinados a la educación, elaborar un presupuesto "base cero" para romper con la rutina de los incrementos mecánicos anuales y crear un sistema nacional de becas y financiamiento para apoyar a todos los que quieran estudiar y no tengan recursos; el PRI, impulsar nuevas fuentes de financiamiento para construir y dar mantenimiento a escuelas y comidas al mediodía a maestros y alumnos de jornada completa en educación básica. Son diferencias importantes en un asunto crucial.

Uno esperaría que los diferentes planteamientos de los partidos sobre el financiamiento estuvieran armonizados con las principales metas de desarrollo educativo que ellos mismos postulan, cosa que en ningún caso se hace.

Cobertura, calidad y pertinencia

Los tres partidos insistieron en ampliar la cobertura, algunos especificando sobre todo los niveles prescolar, medio-superior y superior; todos también se manifestaron a favor de acentuar la compensación de las desigualdades, señalando las de acceso y permanencia, y también las de calidad.

Se establecen distintas metas de desarrollo educativo: el PAN propuso ampliar la obligatoriedad a 10 años y alcanzar un promedio de diez grados de escolaridad en el sexenio (el promedio actual es de 7.7 grados); el PRI, asegurar dos años de educación prescolar; el PRD, garantizar la cobertura al 100% en educación básica, cubrir 50% de la demanda en la educación media superior y duplicar la población de educación superior para alcanzar 30%.

No parece haber conciencia de que el rezago y la exclusión son dos fenómenos distintos, con causas y síntomas diferentes y, por tanto, con requerimientos específicos para su tratamiento eficaz; por lo mismo están ausentes en las plataformas consideraciones regionales sobre la desigualdad, que aquí serían indispensables.

Tres constantes aparecieron en las plataformas respecto a calidad. Primera: la referencia discursiva a la necesidad de promover una mayor calidad en todos los niveles del sistema educativo, lo cual denota una insatisfacción con los actuales estándares del sistema educativo, reconocida incluso por el candidato del partido hasta ahora en el poder. Segunda: la insistencia en acciones orientadas al mejoramiento profesional y material del magisterio, respecto a lo cual se hacen señalamientos más específicos. Tercera: la insistencia en la formación de valores en niños y jóvenes, lo que se articula con las propuestas doctrinarias cuando se especifica de qué valores se trata: tolerancia, libertad, justicia, equidad de género, derechos humanos, cuidado del medio ambiente, solidaridad, fraternidad, cooperación, responsabilidad, ciudadanía y, en cierto contrapunto, eficiencia y competitividad.

Los tres partidos formularon propuestas específicas para el mejoramiento de la calidad educativa. Entre ellas se pueden mencionar las de ampliación de la jornada escolar a ocho horas (PRI y PRD); reformar a fondo la educación técnica y renovar su enfoque educativo con una formación científica, social y humanista (PRD); elaborar un gran proyecto de educación a distancia, fortalecer el currículo de español, matemáticas, civismo e historia patria, incorporar el inglés y distribuir computadoras a todas las escuelas (PRI); enriquecer los programas educativos para enseñar valores, enfatizar el aprendizaje del español, fomentar la educación a distancia y crear el instituto nacional de educación permanente para atender el rezago educativo (PAN).

En relación con el SNTE, punto electoralmente delicado y que condiciona la viabilidad de muchos cambios que se proponen, los planteamientos externados son distintos: Fox se refirió a la necesidad de clarificar el papel del sindicato en el desarrollo de la educación y establecer una estrategia de negociación y concertación, no de confrontación, con el sindicato, para crear una nueva cultura laboral; Labastida convocó al sindicato a fortalecer la formación de los maestros y mejorar la educación y Cárdenas se refirió a la democratización del sindicato sin restarle su carácter nacional, a la recuperación de su autonomía respecto del gobierno y a devolver a la carrera magisterial su función de evaluar a los maestros sin interferencias políticas.

En relación con la pertinencia apareció una preocupación en los tres partidos, debido al momento de transición hacia la mundialización por el que atraviesa la economía del país. Con distintos matices se postuló la vinculación necesaria entre educación, desarrollo científico y tecnológico, sistema productivo y demandas del empleo.

Se insistió en la necesidad de impulsar la educación vinculada a la producción: "capacitación en centros laborales" (PAN); "promover la educación y la capacitación con el empleo e impulsar las opciones técnicas" (PRI); y "reorientar la educación técnica" (PRD).

Interrogantes

En el Comunicado 33 señalamos las limitaciones de las propuestas educativas de los partidos políticos; su superficialidad, ausencia de diagnósticos, desarticulación y falta de consideración de la viabilidad técnica, financiera y política.

Cabe plantear una serie de preguntas a los partidos políticos y a los ciudadanos que, más allá de la presente coyuntura electoral, invitan a reflexionar sobre las políticas educativas deseables en el próximo gobierno:

 

ƃ-- ƑQué visiones de México se tienen para guiar el rumbo del desarrollo nacional de estos años? ƑQué soluciones para los grandes dilemas que nos plantean nuestras desigualdades, nuestra diversidad y ahora la globalización? ƑComo ciudadanos, qué nos corresponde aportar?

ƃ-- ƑHasta dónde la equidad educativa es responsabilidad del sistema escolar o de las políticas económicas y sociales que condicionan estructuralmente el acceso a la escuela y el éxito académico? ƑQué juicio crítico merecerían propuestas sobre cobertura y equidad que prescinden de implicaciones que les son esenciales?

ƃ-- ƑDe dónde se espera derivar los recursos para los incrementos presupuestales a la educación que se postulan? ƑCómo garantizar una real prioridad presupuestaria ante los demás sectores gubernamentales que compiten por los fondos? ƑCuáles son los límites deseables y posibles de la soberanía educativa de los estados y el equilibrio de la ecuación Federación-estados, y cuál el avance posible en seis años de gobierno?

ƃ-- En la miscelánea de propuestas de cada partido, Ƒse advierte una concepción coherente, o son más bien medidas remediales aisladas que manifiestan críticas a la actual situación educativa? ƑQué ponderación debería darse a los factores de viabilidad política --principalmente el poder del sindicato magisterial-- al proponer cambios educativos?

ƃ-- Si los cambios en educación suponen procesos en el interior de las personas, sobre todo los maestros --transformación de sus actitudes, búsqueda de nuevas seguridades, aceptación en los grupos legitimadores-- ƑCómo habría que completar muchas de las propuestas partidarias para que fuesen convincentes, y qué lugar debería ocupar el ciudadano en este proceso?

ƑQUIENES SOMOS?

Nuestros comunicados aparecen el segundo y cuarto viernes de cada mes en este espacio periodístico; se puede reproducir en cualquier medio indicando su procedencia. Todos los ciudadanos están cordialmente invitados a sumarse a nuestra iniciativa. Favor de enviar sus nombres y datos de localización e identificación a: La Jornada, Observatorio Ciudadano de la Educación, apartado postal 20-423, San Angel, México, DF, CP 01001. Fax 55 54 86 55, y al correo electrónico: [email protected]

 

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Grupo de redacción: (en orden alfabético): Alberto Aziz Nassif, Alejandro Canales, Pedro Flores Crespo, María de Ibarrola, Pablo Latapí Sarre, Felipe Martínez Rizo, Javier Mendoza, Humberto Muñoz García, Carlos Muñoz Izquierdo, Roberto Rodríguez y Lorenza Villa Lever.

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