MIERCOLES 5 DE JULIO DE 2000

* CLASE POLITICA

Miguel Angel Rivera * Francisco Labastida Ochoa perdió dos elecciones en menos de 48 horas. Una, la más conocida, fue por la Presidencia de la República, la segunda, menos difundida, por la directiva nacional de su partido, el PRI.

En lo que tal vez haya sido el último intento de un primer mandatario por influir en la vida interna del tricolor, Ernesto Zedillo propuso al Comité Ejecutivo Nacional priísta que impulsase a su ex secretario de Gobernación a la presidencia del partido, en sustitución de Dulce María Sauri Riancho, quien horas antes junto con toda su directiva había presentado su renuncia.

Los miembros del CEN salieron de Los Pinos con la decisión de obedecer las instrucciones de su jefe. Pero cuando empezaron a "filtrar" la encomienda presidencial encontraron decidida resistencia que aumentó en la medida en que trascendió la actitud casi jubilosa del Ejecutivo al recibir a su sucesor, el candidato de PAN y PVEM, Vicente Fox.

Para colmo, muchos priístas recordaban el infortunado pasaje del domingo por la noche, cuando la imagen salida de la casa presidencial se sobrepuso al mensaje de reconocimiento de la derrota que empezaba a pronunciar Francisco Labastida. La imagen originada en la sede del PRI tuvo que ser abruptamente interrumpida para mandarla a Los Pinos. Prioridades son prioridades, aunque sea fin de sexenio.

Para muchos priístas fue una situación semejante al anuncio de que Manuel Camacho Solís sería el negociador del gobierno ante el EZLN justo el día en que Luis Donaldo Colosio iniciaba su campaña electoral.

También víctima del descontento fue el ex gobernador de Hidalgo Jesús Murillo Karam. Apareció como candidato a dirigir su partido, a pesar de que nadie le avisó que sería propuesto. Igualmente se le consideró como producto de un "dedazo", o por lo menos como un agente de distracción para que prosperara la precandidatura de Labastida.

La sombra del caudillo

Después de esas fallidas sugerencias, ayer por la tarde parecía prevalecer el consenso de que permanezca en la presidencia del partido la ex gobernadora de Yucatán Dulce María Sauri, pero aceptar la renuncia al resto del CEN.

También es muy probable que cambie el secretario ejecutivo del Consejo Político Nacional, cargo que desempeñaba hasta ayer Emilio Gamboa Patrón, a quien le crecieron enemistades porque como parte de su tarea tuvo que informar a muchos aspirantes que no serían postulados a los cargos a los que aspiraban y no siempre lo hizo con cortesía ni mucho menos con afecto.

ƑY por qué tanto interés en un moribundo?

Esto se preguntarán seguramente los ajenos al PRI. La respuesta es que se trata, todavía, de un partido con un gran capital político, con un tercio de la votación total.

En lo interno se hacen la misma pregunta y la respuesta es igual, con un agregado: "Porque en la Presidencia no quieren que el partido quede en manos de Roberto Madrazo".

La gran decisión debió darse anoche en la reunión del Consejo Político Nacional, pero el encuentro se suspendió, entre otras razones porque Madrazo hizo saber que no está de acuerdo con la premura para realizar los cambios.

Otro gobernador que propuso acabar con "la línea" y formar una comisión de reconstrucción incluyente fue el de Oaxaca, José Murat.

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