MIERCOLES 5 DE JULIO DE 2000

* Se suspende el CPN y se crea una comisión para la reforma interna


En el PRI, solución a medias; permanece el CEN

* Plantean dirigentes deslindarse del Presidente de la República; analizan iniciar un juicio penal

Enrique Méndez y José Gil Olmos * La crisis de poder en el PRI continuó ayer, y fue resuelta a medias, luego de que la presión ejercida por ex presidentes del partido y las bancadas en las cámaras de Diputados y Senadores derivó en la permanencia de Dulce María Sauri y el resto del CEN en sus cargos, en la suspensión del Consejo Político Nacional y la creación de una comisión de transición que conduzca la reforma interna del tricolor.

Esta comisión, anunció la presidenta del partido, Dulce María Sauri, estará integrada por los 21 gobernadores priístas, los dirigentes de los comités estatales donde el Revolucionario Institucional es oposición, por los dirigentes de los tres sectores, así como por los coordinadores parlamentarios en el Congreso. A pesar del revés sufrido el domingo, Sauri dijo que el PRI ''está de pie, vivo y actuante en la escena política nacional''.

El grupo de gobernadores, senadores y dirigentes que ayer exigieron la renuncia de Sauri Riancho, plantearon que la comisión debe definir a más tardar la próxima semana la integración de una nueva dirigencia nacional interina, la convocatoria a la asamblea nacional donde se planteé la reforma del partido y que lleve a este espacio la propuesta de un comité definitivo.

A pesar del anuncio de Sauri, ello no atemperó los ánimos en el partido. El coraje provocado por la derrota y la actitud presidencial asumida el domingo ųcalificada como ''abandono''ų no pudo ser reprimida, y en amplios sectores del partido permeó la intención no sólo de deslindarse públicamente de Ernesto Zedillo, sino que incluso un grupo de abogados está investigando si se le puede iniciar un juicio penal por lo que consideraron una violación a la ley electoral. ''šSí estamos encabronados con él!'', espetó uno de los dirigentes.

Segundo round

La presentación pública de Sauri y los dirigentes del partido se dio luego de un largo día en el que el enfrentamiento entre grupos fue más que evidente. Nuevamente, el grupo de gobernadores y de viejos priístas que impulsan a Roberto Madrazo como próximo dirigente del tricolor ųluego de una eventual asamblea nacional en noviembreų y el equipo de Francisco Labastida se confrontaron. Los primeros, encabezados por el senador electo por Oaxaca, Ulises Ruiz, y por el gobernador José Murat, demandaron una dirigencia provisional y rechazaron la intención del ex candidato presidencial de hacerse del partido.

El segundo episodio de la guerra entre priístas por el control de su partido continuó en el primer piso del edificio 2 de la sede nacional. Durante todo el día, el jaloneo se dio primero entre los dirigentes, luego con los senadores y diputados y más tarde con los gobernadores. Estos, junto con los legisladores, los dirigentes de los sectores y de los comités estatales se rebelaron ante la intención de Labastida de asumir el liderazgo del tricolor; pero también rechazaron una imposición presidencial e incluso no aceptaban a Sauri su renuncia, con el argumento de que un interinato sin consensos sería ''ilegítimo y antidemocrático''.

La rebelión llevó al CEN a diferir, primero, la sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional, convocada para las 11:00 horas, y posteriormente anunciar que se realizaría el viernes, luego de que José Murat y Roberto Madrazo detuvieron la intención de imponer en ese espacio a un líder sin el aval de las dirigencias locales, de los grupos parlamentarios, de los sectores y, por supuesto, de ellos.

Tanto una carta de Madrazo como la irrupción en el CEN de Murat, fueron factores determinantes para posponer la sesión. Madrazo advirtió desde la mañana a Emilio Gamboa Patrón que no acudiría al CPN porque no estaba de acuerdo en ''avalar un procedimiento que si bien responde a reglas estatutarias, no corresponde a la gravedad de nuestras circunstancias''.

Madrazo, quien participó en el proceso interno para elegir candidato presidencial, se dijo ''sorprendido'' por la premura y la forma ųno hubo convocatoria por escritoų en que se convocó a los consejeros, y consideró ''muy grave'' que el partido pretendiera elegir al nuevo dirigente ''con las agotadas recetas e instrumentos de ayer y más grave aún imponerle a las nuevas formas los viejos contenidos''.

Los priístas, dijo, deben asimilar las enseñanzas de la derrota, así como discutir, pactar y fijar las reglas de gobernabilidad interna y sentar las bases de la transición hacia la reforma del partido. ''Tengo la impresión de que los grupos más conservadores de nuestro partido no han comprendido ni las razones ni la magnitud del fracaso del 2 de julio'', acusó.

Dijo que en las urnas, la militancia le presentó al partido ''la cuenta acumulada de errores históricos, de la simulación y la soberbia, pero sobre todo de la cancelación de muchos intentos de reforma democrática''. La reconstrucción del partido, insistió, debe partir desde las regiones y no desde el centro, porque ''lo que está en juego es la posibilidad de sobrevivencia del PRI. El fondo va más allá de la disputa entre grupos. Lo que está en juego es el capital político de una institución nacional cuya supervivencia y reconstrucción democrática depende de nuestra imaginación, de nuestra voluntad de cambio y de nuestra lealtad. Es el tiempo de las decisiones valientes y de la democracia, es hora de asumir el reto y hacer del fracaso un renovado impulso para rehacer nuestra dignidad y nuestro orgullo'', concluyó.

La idea de que el Presidente no debía imponer a un nuevo dirigente permeó en diferentes grupos de poder del PRI. El ex director de Caminos y Puentes y próximo diputado plurinominal por Veracruz, Gustavo Carvajal, irrumpió en la reunión del CEN con una carta, redactada a mano, con la propuesta de los ex presidentes del partido para que Sauri permanezca al frente del tricolor. ''Nombrar un presidente interino sería un nuevo dedazo y esto ya no puede ocurrir'', advirtió.

Un dirigente resumió el sentir de los priístas: ''En el partido hay tres corrientes. La que nos dejó, la derrotada y la que no pudo hacer nada, o sea los gobernadores''.

En el transcurso del día, y ante la desesperanza que les provoca la nueva condición de partido de oposición, un grupo importante de priístas, entre ellos Murat, analizó la posibilidad de formar un frente con su enemigo histórico, el PRD, para equilibrar la fuerza de Acción Nacional y de Fox en la Presidencia. ''Necesitamos frenar las ocurrencias y el autoritarismo de Fox. Además, si antes nuestras alianzas fueron clandestinas, hoy pueden ser públicas. Al fin y al cabo somos iguales, casi parientes'', reconoció sin rubor un alto dirigente del partido.

La desazón encontró una salida y entre los culpables de la derrota los priístas señalaron directamente a Zedillo. Un senador que forma parte del CPN reveló que los consejeros ''están muy encabronados'' con el Presidente por salir, antes que el IFE, a reconocer el triunfo de Fox.

''El ni pintaba ni tenía nada que ver'', señaló. Contó que desde temprano los consejeros rechazaban la intención de aceptarle la renuncia a Sauri y de llevar a cabo la sesión extraordinaria del CPN. ''No quieren porque huele a Pinos'', dijo.

Ese ánimo se desarrolló desde la sesión matutina del CEN, convocada para lograr un consenso sobre la elección del nuevo dirigente. En ella, de entrada, los directivos le exigieron a Sauri una explicación por su visita, el lunes, a Los Pinos. Ella argumentó que fue una decisión personal, para comunicarle al Presidente su renuncia.

Manuel Bartlett exigió que no se indujera la elección del nuevo líder priísta, y demandó que se abriera a la discusión de todos los sectores. ''Lo más grave sería una inducción'', advirtió.

Ahí también siguieron los cuestionamientos en contra de Ernesto Zedillo por haber reconocido, antes que Labastida, la derrota electoral. ''Nos dejó en la indefensión, sin capacidad de defensa jurídica'', argumentaron algunos. ''šNo tenía por qué meterse, si no es réferi de box!'', señaló el delegado regional en Chiapas y Tabasco, Ascensión Orihuela Bárcenas.

Ya metido en ese tono, el senador michoacano también demandó respecto de la elección del dirigente del priísmo: ''šQue Zedillo no se meta, así, al chile!''.

Al mediodía, Murat Casab irrumpió en las oficinas de Sauri Riancho. A ella, el gobernador le exigió que suspendiera el CPN, y le planteó que debía designarse una dirigencia interina de tres meses, con el objetivo principal de convocar a la aplazada 18 Asamblea Nacional, donde debería revisarse el programa de acción, la declaración de principios, los estatutos e incluso el nombre del partido.

''En síntesis ųaseguró en entrevistaų, la refundación del partido y recuperar sus orígenes, que inclusive podría ser el Partido Nacional Revolucionario. Debemos terminar con el paracaidismo, el amiguismo y el nepotismo. Ya se perdió la Presidencia, no se debe perder al partido. La asamblea debe realizarse en noviembre, šy si no a la chingada!'', exclamó.

En un intento por frenar los enfrentamientos ya evidentes, Sauri ofreció a las nueve de la noche una declaración ante la prensa donde anunció que ''la voluntad de los consejeros políticos'' fue que la actual dirigencia se mantenga en sus cargos y seguir conduciendo al partido.