* Intento por frenar a rebeldes y sus atentados suicidas
Toque de queda en Chechenia,
ordena el alto mando militar ruso
* Redoblan vigilancia policiaca en ciudades importantes del país
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 4 de julio * En un intento de frenar la ola de atentados suicidas que han causado un número de bajas muy superior al reconocido por las autoridades, el alto mando militar ruso implantó, a partir de este martes, el toque de queda en Chechenia.
La medida parece una respuesta directa a la advertencia lanzada ayer por el principal portavoz de los combatientes islámicos, Movladi Udugov, de que dos batallones de 500 kamikaze chechenos están listos para realizar operaciones en Chechenia y en el resto de Rusia.
A la luz de lo sucedido en los últimos días, la amenaza chechena motivó también un evidente reforzamiento de la vigilancia policial en Moscú y otras ciudades importantes del país.
El toque de queda pretende revertir el brusco deterioro de la situación en Chechenia, que hizo añicos la enésima estratagema del general Guennadi Troshev, comandante en jefe de las tropas federales en el Cáucaso del Norte, de que había concluido la guerra, proclamada hace una semana.
No obstante, las declaraciones infundadas siguen siendo parte esencial de la estrategia propagandística rusa y, ahora, se dice que los cinco atentados recientes "son los últimos estertores de la guerrilla islámica".
Por desgracia, detrás de las declaraciones queda un saldo de muertos que desmiente el optimismo, por más que los militares rusos y los voceros del Kremlin traten de minimizar las bajas a costa de decir verdades a medias o, de plano, mentiras.
Según las cifras oficiales reconocidas hoy, tanto por el general Valeri Manilov, subjefe del Estado Mayor del ejército ruso como por Serguei Yastrzhembsky, portavoz especial del Kremlin para Chechenia, a consecuencia del atentado en Argun murieron 33 soldados, 84 fueron heridos y 6 se consideran desaparecidos.
Sin cuestionar la veracidad de estas cifras, sorprende que se haya omitido toda referencia a los combates que siguieron a la explosión en Argun: en el mismo lugar de los hechos, cuyo número de bajas se desconoce, y el que se desarrolló durante más de dos horas en el cuartel militar de dicha localidad.
Este segundo enfrentamiento ocasionó a las tropas federales 21 muertos y 41 heridos, de acuerdo con un alto funcionario del Ministerio del Interior ruso, y habría que agregar los 11 civiles muertos que admitió el representante de los servicios de rescate del Ministerio de Situaciones de Emergencia.
De este modo, tan sólo en Argun perdieron la vida 65 rusos y 125 resultaron heridos, un número que resulta probablemente inferior al real, tomando en cuenta que el vehículo cargado de 500 kilos de TNT estalló en medio de un campamento de tiendas de campaña que albergaba a cerca de 400 personas.
Los portavoces oficiales nada dijeron de las bajas causadas por los tres atentados en Gudermes, aunque el pasado lunes se admitieron 5 muertos y 20 heridos. Tampoco se sabe cuántos soldados y civiles han perdido la vida en los encarnizados combates que, ya por segundo día consecutivo, se libran en Urus-Martan, ubicado a 25 kilómetros de la capital, Grozny.
Lo único cierto es que el deliberado silencio de las autoridades rusas no puede ocultar un hecho indiscutible: de unos días para acá, los combates se han recrudecido en varias zonas de Chechenia y ha sido necesario emplear a fondo la artillería, aviones y helicópteros.