MARTES 11 DE JULIO DE 2000
* Gonzalo Garcés, Premio Biblioteca Breve 2000 por Los impacientes
Llevar el amor al extremo nos hace
conscientes de que existe el otro
* Se trata de comenzar por una experiencia individual para acceder a valores colectivos, dice
* Recrea las vidas de Mila, Boris y Keller, tres amigos que son seres ''cansados antes de nacer''
Arturo Jiménez * Para el escritor argentino Gonzalo Garcés, reciente Premio Biblioteca Breve 2000, el tema del amor en la literatura le interesa sobre todo como una posible ''ruptura del individualismo", y abunda: ''Es decir, como una experiencia que puede llegar, cuando la llevas hasta el extremo, a hacerte tomar conciencia del mundo que nos rodea, de que existen los otros, el otro".
Y a partir de ahí, sigue Garcés (Buenos Aires, 1974), ''desarrollar una ética que, poco a poco, reconstruya un sistema de valores que nos puede ser propio. Se trata de comenzar por una experiencia individual, el amor, para culminar en un sistema de valores colectivo".
Ganador del premio que el año pasado obtuvo el mexicano Jorge Volpi con En busca de Klingsor, Garcés hace del amor uno de los temas centrales de Los impacientes (Seix Barral), la nueva obra triunfadora.
Ubicado él mismo en la posmodernidad por el determinismo del tiempo, este joven narrador que vive en París desarrolla en su novela, sin embargo, una crítica literaria del posmodernismo.
Los impacientes recrea las vidas de Mila, Boris y Keller, tres amigos de 17 años envueltos en un triángulo amoroso en el Buenos Aires actual. Se trata, apunta Garcés, de tres jóvenes que cargan con un tedio insoportable propio de los seres ''cansados antes de nacer".
El escritor describe su obra como una ''novela de iniciación modelo 2000, antihippie y antindividualista". Es un intento de superar el escepticismo de la ''generación Gorbachov", dice en referencia a la sensación de los jóvenes de hoy de vivir el fin de una época y el principio de otra.
Ni reflexionar ni cambiar el mundo
ųEn la novela, podría decirse, planteas otra manera de asumir la posmodernidad, alejada de lo superficial o lo ligth.
ųƑQué es lo que caracteriza al posmodernismo en literatura? ųpregunta Garcés como respuesta, y continúa:
''Diría que es el rechazo visceral de la reflexión sobre el mundo. Es decir, el rechazo a participar en el mundo, a modificarlo con tus ideas. También que, en la práctica, el posmodernismo es una reacción contra las grandes palabras del tipo Amor, Revolución, Sentido de la vida, que eran tal vez las de la literatura de los años sesenta o antes.
''Muchos de los escritores que empezaron a escribir en los años ochenta sintieron miedo de esas grandes palabras, las rechazaron y se replegaron en un ámbito ideológico muy restringido que, en la práctica, se limitó casi siempre a una mirada un poco burlona y a una actitud frívola y resignada."
ųƑCuáles podrían ser tus aportes literarios?, Ƒa qué aspiras en términos narrativos, considerando la actual producción masiva de literatura?
ųHaré un pequeño rodeo. Hace poco, a Michel Houellebecq, escritor francés y autor de Las partículas elementales, le preguntaban si su literatura se podría definir como deprimismo, posmoderna u otras cosas. Y decía: no, es realista.
''Esto es interesante porque el realismo, según la etapa en que se dé, significa cosas distintas. En la época de Zolá, ser realista era escribir desde el punto de vista de lo social, desde el determinismo en boga: hacer un inventario cuidadoso de los detalles de la vida cotidiana.
''James Joyce, siendo radicalmente distinto de Zolá, también era realista, pero la realidad en su época ya era otra. Su realidad había sido contaminada por el psicoanálisis, por el descubrimiento del inconsciente y, por tanto, ser realista era también hablar de esto."
Y, en esa línea, confía: ''Mi ambición más grande sería llegar a descubrir de qué manera la realidad ha cambiado, cuáles son los valores que hoy manejamos, incluso sin darnos cuenta, y plasmarlos en una novela realista, pero realista como es la realidad en estos años".