MARTES 11 DE JULIO DE 2000
* Diputados del PP defenderán un "acervo común"
Plantean una visión centralista
de la historia de España
* La izquierda los acusa de buscar un "monopolio" nacionalista
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 10 de julio * La derecha española, reunida en el mítico monasterio de San Millán de la Cogolla, donde vio la luz el primer texto escrito en castellano; hizo hoy una declaración solemne: luchar por una visión centralista de la historia de España, que reconduzca los "desajustes y deficiencias" de la actual impartición de las humanidades, sobre todo en las comunidades autónomas con gobierno de etiqueta naciona- lista (País Vasco y Cataluña).
Un grupo de diputados del Partido Popular (PP, en el gobierno con mayoría absoluta), con la bendición de la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, leyó un manifiesto en el que se "comprometen" por la defensa del "acervo común" español. Todos los partidos políticos, nacionalistas y no nacionalistas, criticaron esta nueva embestida del gobierno conservador por "politizar" la reforma de las humanidades y por pretender "españolizar" al conjunto del Estado.
Este manifiesto fue asumido por un selecto grupo de 30 voceros del PP con funciones clave en el Congreso de los Diputados, la Cámara de Senadores, el Parlamento Europeo y las asambleas autonómicas; desde donde pugnarán por la citada visión oficial de las humanidades a través de mociones que serán presentadas en las sedes del poder público.
Paul Preston, un hispanista anglosajón reconocido por su aportación al conocimiento de la historia contemporánea española, calificó hace dos semanas de "verdadera estupidez" pretender uniformar la enseñanza del pasado común.
En tanto, la polémica arreció tras la publicación del informe de la Real Academia de la Historia, fruto del escrutinio de "400 especialistas" a los libros de texto que utilizan en todo el Estado español. Las conclusiones y sugerencias de los escrutadores criticaban a las comunidades autónomas con gobiernos nacionalistas; al País Vasco ųel más fustigadoų por "introducir una doctrina nacionalista", incluso se hizo alusión "a casos concretos de libros que dedican páginas y páginas a hablar del RH negativo (tipo de sangre muy común en el País Vasco) de nuestras características biológicas, de nuestras medidas craneales y de nuestras diferencias genéticas con el resto de los españoles", señaló entonces el vocero autonó- mico del PP, Iñaki Oyarzabal.
La respuesta del consejero de Educación del gobierno regional, Ignacio Oliveri, fue inmediata: "es intolerable, ofensivo y merecedor de una querrella criminal".
El presidente de Cataluña, Jordi Pujol, aseguró que "durante muchas décadas la historia se ha enseñado en España claramente al servicio del nacionalismo español, muy excluyente".
Sin embargo, y pese a la crispación que provoca el tema, el PP dio hoy un paso más en su ofensiva por la reforma de las humanidades, que antes del inicio del debate parlamentario ya ha sacado a decenas de miles de estudiantes a las calles, en protesta por la privatización de la enseñanza pública y la uniformidad de la enseñanza de las humanidades.
En la ya denominada "reunión de San Millán de la Cogolla", los populares se comprometen a reforzar el estudio de la historia que ha de incluir "el estudio del pasado común de España y abrirse a una visión universal". El manifiesto, leído por el secretario general del PP, Javier Arenas, concluye que "todos los alumnos tendrán garantizado el dominio oral y escrito de la lengua castellana y, en su caso, de la lengua oficial, propia de la comunidad autónoma, así como un suficiente conocimiento de la literatura, de las lenguas españolas y de la universal".
La mayoría absoluta alcanzada el pasado 12 de marzo por la derecha española bajo el liderazgo de José María Aznar, la primera en la historia de la joven democracia de este país, restaurada en 1978 tras 40 años de dictadura militar, es un motivo de preocupación para el resto de las formaciones políticas que no ven lejana la posibilidad de que en lugar del "consenso" reine la "mayoría absoluta".
El presidente de la comisión política del opositor Partido Socialista Obrero Español, Manuel Chávez, calificó la iniciativa conservadora de "monopolizar una determinada idea de unidad de España con la defensa del nacionalismo español frente a los nacionalismos periféricos".
Marisa Castro, vocera de Izquierda Unida (IU), aseguró que "no se necesitan actos de reafirmación nacional, sino de sentido común". Iñaki Anasagasti, vocero del Partido Nacionalista Vasco (en el gobierno local), señaló que en "San Miguel de la Cogolla ha habido una reunión en contra, pues es de nacionalistas españoles defendiendo el castellano", y para el Bloque Nacionalista Galego, el manifiesto conservador es un "intento de españolizar" a todo el Estado.
IU pidió además "la desautorización" de la actual ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, quien fue nombrada precisamente para encaminar la reforma de las humanidades, una de las iniciativas que más resquemores y tensiones ha provocado al reelecto gobierno de la derecha.