MIERCOLES 12 DE JULIO DE 2000
* Negociación en Los Pinos, en el encuentro de Zedillo con 21 gobernadores
Se imponen los duros del PRI; renuncia el CEN, menos Sauri
* Acuerdan mecanismo de gobernabilidad interna, integrado sólo por ex presidentes del partido
Rosa Elvira Vargas y Enrique Méndez * Tras seis horas en Los Pinos, el jaloneo por definir el rumbo del PRI terminó ayer en un acuerdo, en el que el sector duro del partido se impuso. La intención de Roberto Madrazo Pintado y de José Murat, de "acotar" a la presidencia del tricolor, terminó anoche con la renuncia de todo el CEN, a excepción de Dulce María Sauri, y el establecimiento de un "mecanismo de gobernabilidad interna", integrado sólo por los ex presidentes del partido, que marcará la pauta de la reforma priísta.
De ese modo, y ante un presidente Ernesto Zedillo que aseguró: "Seré priísta hasta que me muera'', los 21 gobernadores del PRI acordaron ratificar la permanencia de Sauri Riancho. Aunque se aceptó la propuesta llevada la semana anterior por los ex dirigentes, de crear un consejo, éste resultó muy distinto al de la idea original, pues aquél proponía incorporar también a los ex precandidatos presidenciales y a los propios gobernadores.
Ante este nuevo escenario se desconoce si se hará efectiva la propuesta de la propia dirigente priísta, de convocar a una Comisión de Transición a la que correspondería conducir la refundación, y que estaría integrada por los tres sectores, los coordinadores parlamentarios, los líderes de los congresos locales y los presidentes estatales donde el PRI es oposición.
Pero el nuevo órgano asesor creado ayer, y que se reunirá mañana en un desayuno, tendrá como encargo definir las nuevas normas de "gobernabilidad interna'', ante el hecho contundente de que a partir del primero de diciembre "ya no tendremos un presidente que nos vincule'', comentó uno de los gobernadores asistentes a Los Pinos.
Ernesto Zedillo, a quien ayer sólo se le definió como "un importante activo político" del priísmo, y no como siempre, el "líder nato'' de su partido, fue el primero en hablar, y destacó lo que, en su opinión, representa socialmente el PRI, su herencia revolucionaria, sus compromisos ante la nación, su cercanía permanente con las luchas de las mayorías y la obligación que mantiene con el desarrollo del país.
A lo largo de la tarde el mandatario intervino en dos ocasiones más. La solución que finalmente encontraron a la crisis partidista fue atestiguada por el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco Altamirano, y el subsecretario de esa dependencia, Dionisio Pérez Jácome.
Pocas horas después del prolongado encuentro, se conocería de la dimisión de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional ųimpuesto en diciembre de 1999 por Francisco Labastidaų, lo que se interpretó de inmediato como resultante de la negociación en Los Pinos.
Las dimisiones comenzaron con Esteban Moctezuma Barragán, a quien Sauri Riancho le aceptó la renuncia que aquél ya había presentado la noche del lunes 3, pero que se frenó con la rebelión del día siguiente, cuando Madrazo, Murat, los ex presidentes del partido, Manuel Bartlett, un grupo de senadores y consejeros políticos se opusieron a una nominación "desde Los Pinos", que buscaba concretarse en una sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional (CPN) ese mismo martes. Desde el mediodía, el diputado Marcos Bucio entregó el despacho de prensa a su secretario particular Héctor Lié.
En ese sentido, la propuesta que Madrazo hizo pública el sábado, en documento que habrían avalado al menos otros cuatro gobernadores, y que pretendía instaurar una Comisión Nacional de Consenso, derivó ayer, luego de larga discusión, en el grupo asesor de alrededor de 15 ex presidentes del PRI.
Hasta el lunes, Emilio Gamboa intentó, por instrucciones de Labastida, convencer a Madrazo de retirar su propuesta, bajo el argumento de que en el partido las decisiones debían adoptarse por consenso y no en forma unilateral. Incluso, se había programado un desayuno entre Madrazo y Labastida, que ųacusó el tabasqueñoų fue cancelado por Sauri.
Pero en Los Pinos, Murat y el gobernador de Tabasco insistieron en su planteamiento. Manuel Angel Núñez, de Hidalgo, reiteró que Sauri debía mantenerse en el cargo, y en ese camino se sumó el resto de los mandatarios estatales. Ellos mismos acordaron también, para mañana, un nuevo encuentro en esta capital.
De acuerdo con versiones recogidas por la noche, los gobernadores que impulsaron la iniciativa "se allanaron" cuando se acordó que sólo se ratificaría a Sauri en la directiva. Una vez concretado este acuerdo, la presidenta priísta fue convocada "de última hora" en Los Pinos, y se incorporó a la comida hacia las cinco de la tarde. Luego, en conferencia en sus oficinas, ratificaría los acuerdos tomados en presencia de Zedillo.
Asimismo, los priístas de alto nivel se marcaron tareas inmediatas y apremiantes, como encarar los procesos locales en puerta, designar a los coordinadores parlamentarios en una consulta directa y establecer las pautas de la relación que mantendrán con el nuevo presidente de la República.
Tras pactar, desde el lunes 3, cuando se reunieron por primera vez luego de la derrota de Labastida en las urnas un día antes, el grupo de gobernadores acudió esta vez llevado por la necesidad de resolver la crisis interna que surgió por el control del PRI.
En el salón Venustiano Carranza de la casa presidencial, en torno de una mesa, se discutió "con crudeza" el pasado proceso electoral y, según los gobernadores Tomás Yarrington, René Juárez y Fernando Moreno, se ratificó que la pérdida de la Presidencia "es responsabilidad colectiva, de todos. Rechazamos contundentemente que se tenga la intención de acusar a alguien en particular".
Ahí mismo se habló de la conveniencia de mantener al PRI con su mismo nombre y colores, pero también se aceptó que la refundación o reconstrucción llevará "una temporada larga". En el análisis, se tocaron aspectos como lo que fue el partido en la pasada contienda electoral, la ciudadanización del país y la necesidad de hacer una "revisión profunda" de las "estructuras y soportes tradicionales" del tricolor.
Los gobernadores destacaron el hecho de que el PRI debe asumir "con responsabilidad, seriedad y firmeza su papel de oposición, pero también de gobierno, que aún lo es, en una parte importante de la estructura política del país".
Todos los participantes intervinieron en promedio entre 10 y 15 minutos, y en sus análisis tampoco desdeñaron la necesidad de que debe ser el PRI el que coordine a los diputados, senadores, legisladores locales y aun a los propios ejecutivos estatales para, de este modo, dar la respuesta que espera la ciudadanía y estar así en condiciones de ganar las elecciones siguientes. En síntesis, dijeron, es urgente un partido fuerte, porque si bien fue doloroso perder la elección presidencial, "ni el priísmo ni ningún partido tienen derechos sobre la ciudadanía''.
"No buscamos confrontarnos con Fox"
Entre los participantes también se hizo hincapié en que a los gobernadores corresponde, frente a la nueva realidad política, una responsabilidad mayor, donde se ubica tener una relación respetuosa con el nuevo gobierno, ya que, ante todo, está el interés de cada una de las entidades. "No queremos una confrontación con Fox, sino que el pacto federal siga vigente; que el presupuesto se otorgue debidamente; que los programas sociales no vayan a salir caros ante el eficientismo que se perfila y, sobre todo, que el régimen de libertades en México prevalezca", señaló uno de los mandatarios.