Ensartando ideas y quehaceres


Homenaje a Cristina Payán

Arturo Jiménez * Para ilustrar la humildad, el desinterés personal y la preocupación genuina que por sus semejantes poseen cierto tipo de personas, muy pocas por cierto, así como el agradecimiento sincero que su labor despierta, una de tantas anécdotas:

''A Cristina (Payán) no le gustaban las fotos ni figurar en el primer plano de los acontecimientos. Entonces, Ƒcómo hacer para, sin traicionar esa convicción, montar una exposición sobre ella y su trabajo realizado en Culhuacán, en este tercer aniversario de su muerte?''.

Habla Ana Graciela Bedolla, una de la colaboradoras del Centro Comunitario del ex Convento de Culhuacán, dirigido por Thelma Fong Sang, y el cual, aunque pertenece al INAH, ha sido ''positivamente apropiado por la comunidad''. Y Ana Graciela prosigue:

''Entonces decidimos 'dibujar' una imagen de Cristina por medio de los testimonios de los vecinos del pueblo, así como de donaciones y préstamos de piezas que reflejan aspectos de la larga historia local y que tienen una relación directa con la labor de rescate del patrimonio cultural (prehispánico, colonial y popular) que ella promovió aquí de 1983 a 1992".

Y enseguida muestra la exposición Ensartando ideas y quehaceres. Homenaje a Cristina Payán, montada en el segundo piso del majestuoso ex convento, y que sólo es una parte de las diversas actividades que desde ayer y hasta el sábado se realizarán para honrar su memoria.

Cristina Payán, la humanista, la solidaria, la promotora fundamental de la cultura de la gente de barrios y comunidades urbanas y rurales, ya en la dirección de ese centro comunitario, ya en el Museo Nacional de Culturas Populares de Coyoacán, falleció el 17 de julio de 1997, pero los de Culhuacán no la olvidan.

Por ejemplo, la numerosa asistencia de los vecinos a los diferentes actos de este homenaje o la larga fila de gente de todas las edades para ''vestir'' de flores y veladoras la ofrenda del patio central del ex convento.

''Se fue sin haberse ido''

Las anécdotas corren, y hasta podría decirse que cualquiera de los habitantes de los ocho barrios que conforman este antiquísimo pueblo conoce por lo menos alguna. Como la de una anciana que, en el foro abierto, bajo una lona, micrófono en mano, recordó cuando, ''solitas las dos'', cantaron aquello de ''Hay unos ojos que si me miran/ siento que mi alma tiembla de amor...".

O el recuento de memoria que hizo un animador local sobre el generoso paso de la promotora cultural por el lugar: el rescate del museo y sus murales, la creación de un grupo artístico de la tercera edad, la conformación de agrupaciones de niños y jóvenes, la educación abierta, la recuperación ecológica del terreno adjunto, que era un basurero y ahora es un espacio cultural rodeado de árboles.

Dice una décima de uno de los diversos grupos de son huasteco y jarocho que han actuado en la amplia explanada del centro: "A remodelarnos vino/ la gran Cristina Payán/ al pueblo de Culhuacán/ y al ex convento agustino/ nos dejó un foro divino/ y un estanque de aguamiel/ donde el visitante aquel/ disfrutará de este parque/ y admirará el bello arte/ del molino de papel". Este último se refiere a otro espacio recuperado y que se encuentra a dos cuadras del centro cultural.

Ayer participaron decenas de chavos del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena con el espectáculo Los 72 banda en concierto, con un homenaje a Pérez Prado, el Club de la Tercera Edad y el grupo de son jarocho Las Cocineras, algunos de cuyos miembros han salido de los talleres del grupo veracruzano Los Parientes.

Hoy viernes escenificarán la obra teatral Los alaridos, de María Alicia Martínez, y el sábado Ventura de Allende, de Elena Garro. Y es que como remata otra décima dedicada a Cristina Payán, ella "se fue sin haberse ido".