SABADO 15 DE JULIO DE 2000
Ť Magos Herrera dará un recital en Coyoacán
La música me gusta porque puedo buscar la felicidad
Ť Propicia la reconciliación con la valentía, el amor y el gozo
Angel Vargas Ť Si algún prodigio encuentra Magos Herrera en el arte sonoro, es su capacidad de permitirle reconciliarse con la valentía, la felicidad y el amor. Y es que la cantautora no niega esa parte de miedo, infelicidad y desamor que habita en uno por el simple hecho de existir. ''A final de cuentas, lo que me late de la música es esa posibilidad de buscar ser felices".
La suya es una propuesta que tiene en el jazz, el soul, la música brasileña y, en general, la latina sus principales elementos. Aunque la define como música popular mexicana:
''No soy folclorista ni nacionalista. Me gusta rescatar el folclor y adaptarlo a mi quehacer. Me gusta el world music, por así decirlo. Soy resultado, al igual que millones de personas, de la globalización. Ser mexicana no tiene que ver con el rebozo y las trenzas ni con cantar ranchero. La mía es otra forma de serlo, en la que no dejo de ser mexicana por tener una visión global de lo que es el mundo."
Decir las cosas de una manera incluyente
Magos Herrera habla en entrevista con motivo del concierto que ofrecerá mañana, a las 19:00 horas, en el Jardín Hidalgo del centro de Coyoacán, como parte del proyecto extramuros del Museo de la Ciudad de México Un museo vivo también suena fuera de sus muros.
''Me identifico con la música que lleva a profundizar, que tiene dimensiones, paralelos, situaciones por descubrir. Nunca me llamó el rock y lo que encontré en el jazz fueron algunos de los elementos que más me atraen no sólo a nivel musical sino de vida y que son la libertad y la espontaneidad. Aunque lo que hago no es estrictamente jazz, digamos que es un recurso del que me valgo, como de los ritmos brasileños y latinos en general", dice.
''Para explicar mis influencias, hago una analogía con la Música Popular Brasileña (MPB), que es un movimiento incluyente. En mí música digo las cosas de una manera incluyente, pero muy específica; es lo que pasa con Caetano Veloso. El toca una samba, un jazz o una rola de los Beatles y no deja de sonar como Veloso. Eso es lo que busco, fincar mi trabajo en lo que percibo de los diferentes géneros y en como lo puedo decir para no dejar de ser yo."
Para la artista, quien procura un equilibrio cualitativo entre lo sonoro y lo lírico, resulta esencial que en México se abandone la idea de que lo comercial sólo puede ser lo ''plasticoso, o sea lo desechable", y pugna porque los grandes públicos se abran a los ''compositores y los cantantes de a de veras", a la música honesta. ''Nos falta aprender en el país a no etiquetar con los términos comercial o alternativo. Es música y sólo hay la bien hecha y la mal hecha."
Magos Herrera se asume como parte de un movimiento de intérpretes que ''ha sobrevivido a un oscurantismo terrible que hay en México respecto del arte". Enfatiza que artistas como Eugenia León, Tania Libertad, Betsy Pecanins y Cecilia Toussaint, entre otras, han sabido hacerlo con gran dignidad y una calidad impresionante.
Con un solo álbum en su haber, Orquídeas susurrantes (Opción Sónica), concluye que su música es la expresión de su ''espíritu libre de ser incluyente", además de un ''camino a reconciliarme con el amor, la valentía y la felicidad, porque todos vivimos el desamor, el miedo y la infelicidad.
''A final de cuentas, lo que me late de la música es esa posibilidad de buscar ser felices."