* Forman parte de El mundo de Robert Chiarito
Confinadas, muestran de nuevo 8 obras que causaron malestar
* Rechazamos soluciones de buenas conciencias, dice el delegado
Angel Vargas * El mundo de Robert Chiarito regresó casi a la normalidad. Las ocho obras de la exposición del artista italiano-estadunidense que fueron censuradas el pasado jueves recuperaron ayer su posición original en la Casa de la Cultura de Tlalpan, y se aseguró que así permanecerán hasta la clausura, el próximo día 31.
El delegado de la jurisdicción, Luis Gómez Sánchez, aclaró en entrevista que se trató de una medida precipitada por parte de la directora del recinto, Magda Hofmann, al sentirse presionada por un grupo de padres de familia que calificó a la muestra de inmoral, pornográfica y hasta satánica.
"Desafortunadamente yo no tenía conocimiento (del problema), porque, si no, inmediatamente hubiéramos planteado una acercamiento con ellos (los inconformes) y una solución, como ahora lo estamos haciendo, que es garantizar en primer lugar la completa libertad de expresión de los artistas", señaló.
"Este es el punto de vista de la delegación: no aceptamos que se den soluciones de 'buenas conciencias'. Sí creemos que puede haber conciencias responsables, que es completamente otra dimensión de las cosas. En el área de la casa de la cultura hay múltiples actividades con niños y nosotros preferimos que, así como existe una clasificación de A, B y C para las películas, aquellas exposiciones en donde se requiera un criterio de apreciación por parte de los padres, éstos puedan o no autorizar a sus hijos a verlas."
Y bajo ese criterio, las 22 pinturas que integran El mundo de Robert Chiarito presentan desde este domingo un nuevo orden, en el cual se confinaron a un área especial las piezas que causaron alarma y malestar entre las madres que llevan a sus hijos a los diversos talleres que se imparten en la casa de la cultura dependiente de la delegación Tlalpan.
"De esta manera estamos dando satisfacción a todas las partes: respetamos al público, la libertad de expresión, la libertad de los artistas y, al mismo tiempo, le damos a los padres la potestad de decidir sobre si sus hijos entran o no al área donde están las pinturas. Mantenemos la exposición, que es lo que me parece fundamental. Es decir, no voy a aceptar absolutamente ningún criterio de censura y menos una que venga por motivos moralinos", manifestó Luis Gómez Sánchez
Lo acontecido con esta muestra no influirá en el momento de elegir las que se presenten en el futuro, aseguró. "De ninguna forma vemos lo que sucedió aquí como una advertencia para limitar la libertad de expresión".
Reiteró que no fue consultado para tomar la decisión de voltear los cuadros hacia la pared, y agregó que en tal medida "hubo falta de análisis y discusión". Empero, negó algún tipo de castigo para la directora de la casa de cultura. "Hubo una precipitación, no veo por qué habría que sancionarla".
Es así como este affaire de la exposición de Robert Chiarito queda por terminado para el funcionario. Desde el mediodía de ayer, las obras Latitude, Driving force, Split, Adrift, Loss of joy, Vesuvio, Birden y Support system dejaron de pender como "santitos incumplidos" de la iglesia chiapaneca de San Juan Chamula y, como las 14 restantes, se muestran por el frente.
Para la Casa de la Cultura de Tlalpan no se trata del primer caso de censura de que se tenga conocimiento, pues en septiembre de 1996 (La Jornada, 5/9/96) vivió un caso similar con una exposición fotográfica.
Sobre el particular, se entonces que la inauguración de la muestra Los tiempos del sida, organizada por el grupo cultural Minotauro en el contexto de Fotoseptiembre Latinoamericano, no pudo realizarse el día que estaba previsto porque las obras fueron sometidas a una reclasificación y censura por parte de las autoridades del recinto:
"Varios de los integrantes del grupo e invitados fueron testigos de cómo empleados menores de la Casa de la Cultura de Tlalpan reacomodaban las obras, clasificándolas según las consideraban agresivas o tuvieran desnudos."
La situación entre la exposición mencionada y la de El mundo de Robert Chiarito no es muy distinta. Sólo que en aquella ocasión la censura vino por parte de las autoridades y, en la actual, de un grupo de la sociedad.
Por cierto, en julio de 1996 ?documentado también por La Jornada (16/7/96)?, un sector de la comunidad tlalpense exigió fuera desmontado un anuncio espectacular, ubicado sobre la avenida Miramontes, que presentaba la imagen de dos mujeres desnudas y el mensaje "NO: EXCEDERSE ES DISTINGUIRSE", creación de Víctor Ortega y Mauricio Ortiz apoyada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.