MIERCOLES 19 DE JULIO DE 2000
* Cuestiona "cinismo"
Renuncia Rosa Albina Garavito al Consejo Nacional del PRD
Andrea Becerril * La senadora Rosa Albina Garavito Elías renunció ayer al Consejo Nacional del PRD, el máximo órgano de dirección de ese partido, en el que participó desde su fundación. Se trata, explicó, de una decisión que había tomado desde tiempo atrás, pero que no hizo efectiva antes, para no interferir en el proceso electoral del 2 de julio.
"Siempre hay posibilidad de decir šno! a conductas que se riñen con los principios de la izquierda", al "cinismo imperante después de la vergonzosa jornada del 14 de marzo de 1999", advierte la legisladora en la carta de renuncia a la mesa directiva del cuarto Consejo Nacional, que a partir de este viernes inicia su octava sesión plenaria. No se puede entender y menos justificar "la soberbia, la autocomplacencia y la simulación", agrega.
En el documento, y en entrevista por separado, Garavito Elías aclaró que no se separa del PRD, sólo de la dirección partidista, ya que considera que el diálogo de cara a la realidad que se requiere ahora, después de la "estruendosa derrota" del 2 de julio, puede darse prescindiendo de la directiva.
Dijo que no se trata de "cortar cabezas en el PRD"; ni considera que la renuncia de Amalia García y su comité ejecutivo sean imprescindibles para la discusión profunda, pero que no puede esperarse mucho cuando se pretende una reflexión "que no pasa por una autocrítica previa, por palabras que ni siquiera se han pronunciado y mientras la legalidad interna y la institucionalidad no se han restaurado". Dijo también que el actual CEN ni siquiera debió haberse postulado después del desaseado proceso interno de marzo del 99 y hoy, frente a la caída electoral del PRD ųque prácticamente desapareció de 19 estadosų, la actitud sana de cualquier dirección es poner a consideración de las bases su renuncia, como gesto de sensibilidad y responsabilidad, para no colocar obstáculos a la reflexión.
En el documento agradece "la cordial petición" a justificar sus inasistencias a ese consejo, que no tiene otro motivo "que no sea una especie de rebeldía frente al cinismo imperante después de la vergonzosa jornada del 14 de marzo de 1999. De tal hecho me había ya percatado desde hace varios meses. Sin embargo, en consideración al proceso electoral, decidí en aquel momento no hacerles llegar esta carta".
La tradición marxista
Sin embargo, "hoy, mi manera de cuidar al partido es tomar la distancia necesaria para tratar de asimilar la riquísima experiencia de los últimos once años, para reflexionar. Mi tradición marxista me dice que, efectivamente, las condiciones objetivas de desarrollo de nuestra lucha no dieron para más en esta etapa, y me sirve también para reconocer y congratularme con lo mucho que hemos logrado". Pero "esta tradición no me alcanza para entender, mucho menos para justificar, la soberbia, la autocomplacencia y la simulación de quienes participaron en ese atentado a la lucha democrática. Por más condiciones explicativas a conductas que se riñen con los principios de la izquierda, siempre hay posibilidad de decir šno!".
Señala que es muy escéptica sobre los resultados de la reflexión que iniciará en el octavo pleno del Consejo Nacional, a partir del viernes. "No sé cómo, sin la autocrítica que ni siquiera se ha verbalizado, mucho menos traducido en el restablecimiento de la legalidad interna y en la construcción de la institucionalidad partidaria, pueda encarnar un proyecto de izquierda democrático y moderno".
Precisó que hará llegar al Consejo Nacional un documento con reflexiones sobre la situación del partido. Aclaró que está en la mejor disposición de participar en la refundación del PRD, "siempre que se pongan por delante las ideas y los principios".