MIERCOLES 19 DE JULIO DE 2000
* Encuentro de Especialistas en Educación Superior
No se puede pedir a la UNAM que solucione problemas sociales: Narro
* Del congreso partirá la disputa por la institución: Ordorika
Karina Avilés y Roberto Garduño * A la UNAM no se le puede ni se le debe exigir la solución de los problemas sociales que aquejan a la población y que, por más importantes que sean, resultan ajenos a la posibilidad de ser atendidos por la universidad, manifestó el coordinador para la Reforma Universitaria, José Narro Robles.
En el Encuentro de Especialistas en Educación Superior, Imanol Ordorika, del Instituto de Investigaciones Económicas, expresó que la disputa por la UNAM inicia desde el propio congreso universitario, pues en ese espacio se confrontarán los distintos proyectos de universidad: el planteado por "un zedillista connotado, profundamente conservador de tradición familiar, proyecto universitario y actitud ante los universitarios, que es Juan Ramón de la Fuente", y el que busca una institución con un "profundo compromiso social".
Por la tarde, José Narro advirtió que los mexicanos deben reclamarle a la Universidad Nacional el cumplimiento cabal de los compromisos que la sociedad le ha asignado. Pero en torno al conflicto que la paralizó por casi 10 meses adujo que se ha puesto en duda la capacidad de la institución para resolver esas demandas: "para ello, todos los universitarios debemos contribuir a mantener la confianza de la sociedad, mostrando que la máxima casa de estudios puede responder a los nuevos retos que se plantean, y también resolver los conflictos que hay en su interior".
El funcionario aceptó que cada día es más clara la pertinencia de adecuar ciertos órganos universitarios para favorecer la toma de decisiones de acuerdo con las dimensiones actuales y la dispersión de la universidad. "Habrá que revisar formas de gobierno, mecanismos de ingreso y permanencia de alumnos, la participación de la comunidad en la toma de decisiones, revisar la relación administración-academia, aumentar su presupuesto y fortalecer y ampliar funciones de los cuerpos colegiados. Por ello lo ac adémico bajo ninguna condición debe ser subordinado a ninguna otra función. No es sólo asunto de estabilidad en el corto plazo, es la oportunidad de demostrar la capacidad institucional, para agregar y articular intereses, y regular y resolver conflictos".
Por la mañana, Ordorika habló de la necesidad de reagrupar el bloque de la izquierda universitaria "para tener capacidad de confrontación", pues señaló que el PAN es partidario de sujetar a la "universidad al mercado, lo dicen todos sus documentos sobre educación". El proyecto educativo del panismo histórico, añadió, ha sido "aún más retardatario" que el de los neoliberales.
Por otra parte, dijo, el "priísmo universitario", con el fin de fortalecerse ante el panismo exterior, "buscará otro tipo de alianzas y debemos ser muy cuidadosos, pues los ofrecimientos, dádivas y construcciones de formas de coptación jugadas magistralmente en el priísmo nacional y la UNAM se van a poner a la orden del día. Por eso más que nunca es importante plantear el proyecto de universidad que queremos".
En un futuro, dijo, "veremos una búsqueda de recomposición del bloque hegemónico universitario". En ese sentido, dijo, rectoría reclutó "del sector que la cuestionaba más, a cuadros muy simbólicos para incorporarlos a un nuevo bloque que supuestamente ve a la universidad con igual visión".
Por otra parte, afirmó que la autonomía en la UNAM es "relativa", pues hasta ahora ha dependido de la voluntad presidencial. Todos los rectores han caído a causa del retiro explícito del apoyo gubernamental y de la presencia de movimientos sociales que han ejercido presión sobre ese rector, indicó.
Con el tema "La Universidad en disputa" como eje, Ordorika analizó el control de la UNAM por los grupos de poder desde la época posrevolucionaria hasta hoy en día.
En ese contexto abordó la "profunda disputa a nivel nacional entre derecha y gobiernos posrevolucionarios por el carácter de la educación, esencialmente la socialista, que se proponía desde el partido oficial y que hizo que la UNAM adquiriera muchas características que aún preserva al asumirse aquélla --encabezada entonces por el panista histórico Manuel Gómez Morín-- como centro de resistencia nacional del polo conservador en el ámbito educativo contra el Estado mexicano".
De 1945 a la fecha, lo que se ha visto es una pugna de facciones integrantes de una élite universitaria por el control de la Junta de Gobierno y la rectoría.
Más precisamente de 1945 a 1973, indicó, estas facciones se expresaron en dos grandes corrientes políticas: "la de los científicos duros, encabezada por Ignacio Chávez, y la de otro grupo de científicos que planteaba una visión más humanista y que tenía como clara cabeza a Nabor Carrillo".
Apuntó que en 1973, el conflicto sindical permitió al entonces rector Guillermo Soberón "construir una nueva relación hegemónica en la universidad con una fusión de esos dos grupos que se la disputaron por años".