JUEVES 20 DE JULIO DE 2000

Ť Prosa rota, antología con la que Boullosa celebra 20 años como narradora


Tengo vocación de provocadora y marginal, pero sólo en mi escritura

Ť Existen elementos de la primera juventud que después no puede brindar el oficio, dice

Ť ''Mejor desaparece es mi novela predilecta, porque permite tocar el mal con desparpajo''

César Güemes Ť Acaba de cumplir en este 2000, exactamente, dos décadas como narradora. Y las celebra con la publicación de un libro que ofrece cuatro posibilidades distintas de lectura, Prosa rota (Plaza & Janés), que contiene trabajos conocidos de forma parcial o francamente inéditos: Mejor desaparece, šQue viva!, Así pensó el niño e Isabel.

Carmen Boullosa, en su estudio, arma una de esas singulares piezas de relojería que edita Ravensburger, un rompecabezas que esconde un mapamundi antiguo. La relación entre esa actividad y la creación literaria es muy clara para la prosista y poeta:

boullosa-carmen-2-jpg ''Extrañamente es una terapia literaria y sentimental. Todas las mañanas me despierto en un espacio donde el cosmos es un rompecabezas desarmado. Todos los días me enfrento a eso que no me atrevo a llamar infierno, y tengo que reunir al menos la mínima cantidad de piezas que me permita pararme en el mundo."

Precaria relación con la realidad

-Es ahí donde entra la escritura.

-Bueno, lo que hago en las mañanas es escribir, aquí está la relación literaria, y cuando escribo primero pongo en orden el texto en que trabajo, releo desde el principio y piso sobre una superficie sólida hasta que llego al ''área del rompecabezas desarmado" donde está el piecerío que no sé si me pertenece. Y trabajo armándolo con ansiedad, por supuesto, pero también con pasión y astucia. Después de este ejercicio entro a lo que llamamos la vida real, aunque mi relación con la realidad siempre es muy precaria.

''En las tardecitas, si tengo tiempo, me dedico a armar un rompecabezas físico y siento que traigo otra vez el orden al mundo. Como ves el orden no es mucho porque aquí sobre la mesa tengo muy pocas piezas coordinadas. No dispongo de tanto tiempo para esto. Lo que sí hago es conversar con amigos o con mis hijos mientras trato de juntar estas piezas. Desgraciadamente soy un animal de la segunda mitad del siglo XX y creo que mi percepción del cosmos como un rompecabezas roto no es una enfermedad personal, sino social, es algo en lo que estamos todos atrapados."

-ƑLos armas desde hace tiempo?, Ƒcomenzaste con ellos desde la infancia?

-No, es una actividad que tomé al mismo tiempo que la escritura de novelas, hace 20 años, aunque no con la misma frecuencia de la escritura, sino sólo cuando necesito ese apoyo. Mientras unos toman Prozac y otros pastillas para dormir, yo armo rompecabezas a ratos.

-Hablamos ya de una decena de libros de novela y de varios de poesía. ƑTe reconoces en tus primeras novelas?

-Como persona no estoy en ninguna, no tengo nada que ver con ellas. Pero como autora sí me reconozco en Mejor desaparece. Es mi predilecta. Envidio a esa autora por su impudicia juvenil, por su inocencia que le permite tocar el mal con tanto desparpajo, por su valor para narrar sin concesiones y por su fuerza.

''El oficio de escritor es cierto que uno lo va adquiriendo con los años y que la prosa adquiere mayor peso y densidad con el tiempo; pero hay elementos que da la primera juventud que después no puede brindar el oficio. Eso es lo que envidio de esa escritora que fui, lo que me da nostalgia.''

Mayor claridad y linealidad

-A cambio, lo que tienes ahora es una mayor cantidad de lectores.

-Tengo más lectores que con la primera novela, que tuvo poquísimos.

-Pero era más provocadora.

-Creo que todas lo son, incluso la más reciente, Treinta años, que provoca de rebote porque ya nadie se atreve a trabajar con el realismo mágico.

''Tengo una vocación de provocadora y de marginal en mi escritura, no en mi persona. Y veo que eso no se me ha curado, aunque mis novelas de ahora son más narrativas y en ese sentido tienen más concesiones con el lector, albergan más el deseo de ser asimiladas.

''En Mejor desaparece hay una enorme porción del texto que sólo puede ser adquirido por vía sentimental que en este caso también pasa por el intelecto. Exige mucho del lector. Es un texto con muchas zonas oscuras. No sólo mis personajes están a medio formar sino que la misma narración nunca cuenta la anécdota completa. Si bien el lector tiene que ser activo siempre para un trabajo literario, hay textos que le piden o ir más rápido o ir más lejos. En el caso de Mejor desaparece le pido al lector que cumpla con los dos requisitos.''

-ƑA qué obedece que hayas ido dosificando esa exigencia?, Ƒcuáles son las concesiones de que hablas?

-No es tanto que piense en concesiones, sino que el tipo de novela y de estructura con el que he estado trabajando me exige mayor claridad y linealidad. Me pide más palabras, a diferencia de Mejor... que es una novela del silencio. Comparativamente, Treinta años es una obra del habla, de la narración, de la palabra; ahí la zona de silencio va quedando más restringida por la voluntad del personaje. Es por eso que la narrativa es distinta entonces y ahora, el ritmo es otro, la anécdota es contada de manera diferente. Sin embargo, veo a la misma autora en todos los textos.