Sin visos de acuerdo, la cumbre israelí-palestina en EU
Jerusalén: disputa y espejismo
Afp, Ap, Dpa y Reuters, Thurmont, Maryland, 21 de julio * Tras once días de negociaciones, falsas alarmas y giros teatrales, la cumbre israelí-palestina que se realiza bajo auspicio del gobierno del presidente Bill Clinton, en Campo David, continuaba hoy sin ningún viso de acuerdo de paz entre las partes.
Pero la sorpresa del día fue aportada por el ministro israelí de Justicia, Yossi Beilin, quien está en favor de lograr un acuerdo con los palestinos y afirmó este viernes que "aquellos que creen que Jerusalén está unificada y es reconocida como capital de Israel (por la comunidad internacional) alimentan el mito y se nutren de ilusiones".
El ministro agregó, en referencia a los barrios orientales de Jerusalén, habitados por palestinos y que albergan la importante mezquita de Al Aqsa: "Esas aldeas realmente no son nuestras. No podemos permitir que este espejismo se convierta en un obstáculo para que Ehud Barak alcance el sueño de la paz con los palestinos, que ahora está más cercana".
Lo que ocurría hoy en Campo David estaba lejos de confirmar las palabras de Beilin, pues horas antes Washington informó que Israel había aceptado una propuesta estadunidense en la que se concedía el control de barrios árabes de Jerusalén a los palestinos, lo que fue inmediatamente desmentido por el primer ministro israelí, Ehud Barak, cuya coalición de gobierno se encuentra debilitada luego de que la abandonaron tres partidos, en protesta por las concesiones territoriales que, según ellos, el gobernante pensaba hacer a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Tras este desmentido, se informó que se continuaba en conversaciones "serias" sobre el tema. En una serena reacción, Hassan Abdel Rahman, representante en Washington de la Organización para la Liberación de Palestina, comentó que "sin la soberanía absoluta palestina sobre el este de Jerusalén, no puede haber fundamentos para un acuerdo".
Agregó que si los palestinos aceptan la soberanía de Israel sobre el oeste de Jerusalén, habitado mayoritariamente por israelíes, sólo cabe esperar que Israel hicera lo mismo en lo referente a Jerusalén oriental.
El pasado jueves trascendió que el ofrecimiento israelí a los palestinos referente a Jerusalén consistía en dividir la ciudad en tres sectores: uno bajo control palestino, sobre el cual la ANP no tendría soberanía; otro bajo total control de los israelíes, y un tercero donde los palestinos tendrían autoridad civil, pero Israel retendría una "zona de seguridad".
El miércoles anterior, y una vez que Clinton había postergado 24 horas su salida a Japón, Barak envió una carta al presidente estadunidense agradeciéndole la oportunidad que esta cumbre había dado a la región para conseguir la paz, y denunciando la falta de voluntad negociadora de los palestinos, que según él habían "desaprovechado esta oportunidad dorada" con su inflexibilidad.
Todo esto indicaba que la reunión se suspendería y las delegaciones de Israel y la ANP se retirarían de Campo David sin siquiera haber acercado sus posiciones. Sin embargo, las delegaciones se quedaron pero admitieron que no existía ninguna garantía de éxito.
Clinton comentó este viernes desde Okinawa que, pese a todo, él aún está "esperanzado" y sugirió negociar para más adelante la cuestión de Jerusalén.
Esta noche, se informó que la secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, quien encabeza las negociaciones israelí-palestinas en ausencia de Clinton ųasiste en Japón a la cumbre económica del Grupo de los Ochoų, invitó a una cena "informal y no de trabajo" a Barak y al presidente palestino, Yasser Arafat. Asimismo, se informó que Clinton podría adelantar su regreso de Japón para seguir apoyando el proceso de paz.
Hasta ahora, nadie sabe cuánto durará esta cumbre, pero las partes insisten en que si bien no hay un acuerdo a la vista, éste podría lograrse en cuanto el interlocutor muestre "algo de flexibilidad". Pareciera que la reunión se prolonga con el único propósito de postergar un inminente fracaso.
Hace apenas un mes, el gobierno estadunidense juzgó "prematuro" auspiciar una cumbre tripartita, por considerar que debido a las divergencias entre israelíes y palestinos, era imposible que un encuentro así tuviera éxito. Washington cambió de opinión días después, luego de que Arafat prometió declarar unilateralmente el Estado palestino independiente el próximo 13 de septiembre y, en respuesta, el gobierno de Barak amenazó con anexar a su territorio todas las zonas bajo su soberanía, incluyendo Jerusalén, y desconocer todo acuerdo firmado anteriormente con los palestinos.