MARTES 25 DE JULIO DE 2000
* Debe terminar el ''Ejército dentro del Ejército''
Critica el general Gallardo poder ''supraconstitucional'' de Sedena
* Se propone para asesorar a Fox en la restructuración castrense
Jesús Aranda * Recluido en la prisión civil Neza-Bordo, el general José Francisco Gallardo dice orgulloso: ''qué bueno que se hagan propuestas para restructurar al Ejército... en su momento yo hablé sobre estos temas, y me encarcelaron, pagué con mi libertad'' por haber demandado el desmantelamiento del aparato castrense que ''usurpa el principio de civilidad del Estado'' y denunciado la violación permanente de los derechos humanos de los soldados.
En entrevista vía telefónica, Gallardo afirma que el problema fundamental con el Ejército radica en que, tanto el titular de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), como el Estado Mayor de la Defensa Nacional han llegado al extremo de centralizar ''todas las funciones de todas las áreas'', lo cual interrumpe el buen funcionamiento del Ejército y le da un poder ''supraconstitucional'' al general Enrique Cervantes Aguirre, secretario de Defensa, además de que los militares han invadido áreas que no le corresponden como es el combate a la inseguridad pública o al narcotráfico.
El militar sentenciado a más de 24 años de prisión por la justicia castrense, pero que tiene todavía como último recurso ampararse ante la justicia federal, explica que, por ejemplo, el Estado Mayor de la Sedena realiza funciones que le corresponden a otras áreas e invade la labor de direcciones de armas y servicios.
Añade que con sus secciones: primera (servicios), segunda (inteligencia), tercera (operaciones), cuarta (logística), quinta (planes); sexta (informática), octava (jurídica), novena (leyes y reglamentos), décima (operaciones especiales, es decir, contra el narcotráfico), 11 (doctrina) y doceava (medio ambiente), en la práctica éstas pasan por encima de otras áreas de la Defensa Nacional, con el pleno apoyo del alto mando castrense.
Por ejemplo, apunta, la sección primera absorbe las funciones de la dirección general de personal que es la encargada de manejar los recursos humanos y el personal del Ejército.
Comenta por otra parte que se debe pugnar también por la plena independencia y autonomía de dependencias del Ejército.
Al respecto, indica que la industria militar debe manejarse de una manera independiente y autónoma al alto mando.
Lo mismo ocurre con la procuración y administración de justicia, a través de la cual, el secretario de la Defensa Nacional maneja jueces, ministerios públicos, defensores de oficios, cárceles, abogados, testigos, peritos, acusadores y archivos. Este poder del secretario de la Defensa, apunta, rompe cualquier equilibrio y contrapesos que debe tener todo titular de una dependencia, así sea el Ejército.
Gallardo señala también que debe terminarse con el ''Ejército dentro del Ejército'' en que se ha convertido el Estado Mayor Presidencial, el cual, si bien no es parte de la Sedena, es un órgano de la Presidencia de la República formado por militares en su mayoría, y cuya existencia no se justifica.
Sin embargo, deja en claro que propuestas ųque él mismo ha hecho en su momentoų, como que el secretario de la Defensa sea civil, la creación de un estado mayor conjunto integrado en una sola secretaría, y otros tópicos, deben ser detenidamente analizados.
Un civil al mando de la secretaría
''ƑPor qué un civil al mando de la Sedena?'', cuestiona y se responde: ''porque la cartera de gestión pública es una cartera política; la Sedena tiene dos funciones: una política y otra que son las funciones propias de un ejército. En este contexto, el secretario de la Defensa no actúa como político, sino como comandante general del Ejército, por eso debe haber un civil al mando, para que éste se convierta en el vínculo y contacto entre el Poder Ejecutivo y el Congreso ųpor ejemplo, al debatir el presupuesto para las fuerzas armadasų, y viceversa, para que haga llegar las inquietudes y necesidades de la institución y los soldados a los poderes de la Unión.
Además, indica, un secretario civil en un sistema democrático simboliza también que el poder civil está por encima del poder militar.
Gallardo afirma que en nuestro país se perdió a partir de 1929 la sumisión militar al poder civil, ''por eso tenemos altos índices de inseguridad, porque al renunciar a sus principios, el Ejército hace funciones que no le corresponden, como son labores policiacas, de seguridad pública o contra el narcotráfico, que corresponden al ámbito civil''.
Respecto a la elección del próximo secretario de la Defensa, el general preso advierte que el virtual presidente electo, Vicente Fox, debe tomar en cuenta que los expedientes de los militares no son confiables, porque los propios archivos de la dependencia se manejan discrecionalmente; reivindica la posibilidad de que sea un civil el que encabece la secretaría, y finalmente, se propone ų"si quieren que les ayude sin interés"ų para asesorar a Fox en la restructuración del Ejército, ''que es un tema que tengo muchos años de venir estudiando''.
Un punto nodal en sus propuestas es, precisamente, la creación de un ombudsman militar que dependa directamente del Congreso, pero que no se dedique exclusivamente a defender los derechos humanos de los soldados, sino que también se convierta en un mecanismo que vigile la implementación de las reformas que necesita la estructura castrense.