MARTES 25 DE JULIO DE 2000
* Protagonizan relojes serie de imágenes en la revista
El tiempo, tema recurrente en el número 19 de Luna Córnea
* Hirosima, 8:15 muestra varias huellas de la bomba atómica
Merry Mac Masters * La portada del más reciente número ųel 19ų de la revista fotográfica Luna Córnea muestra una imagen de la familia del astronauta Charles Duke sobre la superficie lunar, tomada durante la misión Apolo 16 (del 16 al 27 de abril de 1972). Al voltear la primera hoja, Colette Alvarez Urbajtel ha retratado un recado manuscrito de Manuel Alvarez Bravo, colocado en su cuarto oscuro, que dice: "Hay tiempo, hay tiempo".
Tal vez la serie fotográfica más impresionante es Hiroshima, 8:15, realizada por Hiromi Tsuchida, en donde registra la huella imborrable que la bomba atómica ųlanzada el 6 de agosto de 1945ų dejó en objetos como un reloj, un clavo, una cabellera, una sandalia de madera, un vestido, claro, con su texto acompañante. Por ejemplo, la lonchera de Reiko Watanabe, entonces de 15 años, revela un contenido de chícharos hervidos y arroz, "un raro festín", completamente carbonizados.
Asimismo dramática es la serie El sueño eterno, de Cedric Bregnard (Suiza, 1974), quien dice: "Ver la muerte y aceptarla es comprender la presencia de la luz". Sus retratos son de personas fallecidas. Ojos cerrados, parecen dormir plácidamente, su cabeza sobre una sábana. En vez de un nombre, el fotógrafo pone la hora y fecha del fallecimiento y de la toma de la imagen.
Desoladoras son las imágenes de Gunkanjima (La Isla Acorazada), realizadas por Yuji Saiga (Japón, 1951) a lo largo de dos décadas. Rica en minas de carbón, esta pequeña isla que llegó a albergar 5 mil 300 personas, en apenas un kilómetro de circunsferencia, fue abandonada de la noche a la mañana. A falta de un cementerio, la isla estaba condenada de antemano a convertirse en un enorme pantéon.
El tiempo, nos lo recuerda Norbert Elias, es a fin de cuentas un invento de las civilizaciones, escribe Alfonso Morales, quien bajo el título de Carátulas muestra la portada de la segunda edición del libro Códice del tiempo (1982), cuya investigación gráfica estuvo a cargo de Humberto Spíndola.
Siguen una serie de imágenes en donde los protagonistas son relojes. De Manuel Ramos es Resultado del bombardeo al Reloj Chino de la Calle Bucareli, durante la Decena Trágica (ciudad de México, 1913). Pedro Valtierra en sus fotos del terremoto del 19 de septiembre de 1985, captó unas manecillas que quedaron fijas en la hora del siniestro.
Asimismo, de Julio Candelaria hay tres fotos relativas al destino de un reloj en la toma del Palacio Municipal de Ciudad Altamirano, Chiapas, al inicio de la rebelión zapatista, en enero de 1994.