MIERCOLES 26 DE JULIO DE 2000

Ť Suzanne, personaje central del testimonio escrito por Jennifer Clement


La viuda Basquiat es un libro que reivindica a la musa del pintor

Ť El creador fue un enfant terrible del ambiente artístico neoyorquino de los años ochenta

Ť En fecha reciente, una obra de Jean-Michel se vendió en 3.3 millones de dólares en EU

liberal Merry Mac Masters Ť Ellas se conocieron en 1983, cuando la escritora Jennifer Clement trabajaba de mesera en un restaurante del lower east side (lado este bajo) para pagar la renta y costear sus estudios en la Universidad de Nueva York. Un día entró Suzanne a buscar trabajo. Fue un click instantáneo. Era como encontrar a una hermana, recuerda Clement.

Para entonces, Suzanne ya era pareja del pintor Jean-Michel Basquiat, enfant terrible y personalidad, junto con Andy Warhol y Keith Haring, de la escena artística neoyorquina de los años ochenta, nacido en la gran manzana y muerto por sobredosis de heroína a los 28 años, en 1988. Suzanne fue una musa para Basquiat y para Clement, pues durante varios años ésta escribió ''muchos poemas" sobre ese ser que le maravillaba.

Dice Clement: ''Siempre pienso en ese cuento de hadas de las dos hermanas. Cuando habla una, de su boca salen perlas y piedras preciosas, mientras que cuando habla otra, la mala, salen tortugas y lagartos. En el caso de Suzanne salen ambas cosas, lagartos y perlas".

A Clement le inspiraba no sólo la gran humanidad de su amiga, y le sigue conmoviendo, sino su manera de ver el mundo que a Basquiat también le pareció interesante, porque ''la adoraba". Y abunda: ''Ella no sabe que es poeta. No hay mucha gente así, pero de repente uno se encuentra con una persona que dice cosas geniales, que ve el mundo desde un punto de vista no común, con mucho chiste y gracia. Ellos no se dan cuenta, pero uno sí, como escritora".

La ubicuidad de Venus

Con dos poemarios publicados, El próximo extraño (1993) y El marinero de Newton (1997), en cierto momento Clement -cuya familia se mudó a México en 1961- decidió testimoniar la relación CHI de Suzanne con Jean-Michel con el libro La viuda Basquiat (Plaza & Janés, 2000). Entrevistada al respecto, explica: ''Para empezar es un libro que surge de la poesía. Tengo muchos poemas sobre Suzanne, entonces fue un paso lógico. (Los capítulos ''Sentir los muebles'' e ''Y una lista de buenas excusas'' se pueden leer como poemas.) Luego, sucedió que un agente literario le ofreció escribir un libro del tipo Elvis Presley y yo, que a los dos nos horrorizó.

''En tercer lugar, Julian Schnabel hizo un filme terrible, Basquiat. En esa cinta hubo muchas cosas que el realizador jamás entendió. Jean-Michel tuvo, principalmente, dos mujeres en su vida. Una fue Suzanne y, seis meses antes de morir, otra llamada Jennifer Goode que también era heroinómana. Entonces, Ƒqué tipo de relación pudo haber sido ésa? Sin embargo, en su película, Schnabel convierte a Suzanne en una mujer genérica y le pone el nombre de Lisa. Eso es inconcebible. ƑCómo le das otro nombre a la gran musa y la conviertes en una girlfriend-groupie (novia-seguidora).

''Nos horrorizó porque era obvia su incomprensión acerca de algunos cuadros de Jean-Michel, que dicen 'autorretrato con Suzanne' y lo que muchos no comprendían es que le decía Venus a su musa. Si uno estudia sus cuadros, Venus está en todos lados. Aparte de que Suzanne es un personaje fascinante, quería desarrollarlo y hacer un tributo de amor hacia ella. Para hacer el libro, también influyó advertir que la gente no entendía mucho de lo que había pasado". Basquiat, por cierto, no era fácil de conocer. Warhol lo logró ''bastante bien", apunta Clement, sin embargo los únicos que lo conocieron ''súper bien" fueron Suzanne y el artista Shenge Ka Pharoah, porque viveron con él.

Para la escritora, Schnabel tampoco entendió que mucho de lo creado por Jean-Michel tenía que ver con el racismo: ''Era paranoico y tenía razón. Eso se vio claramente en el caso de Michael Stewart (negro), quien fue muerto por pintar graffitis en el Metro de Nueva York. La suya no era una paranoia loca sino verdadera. Por otra parte, Basquiat tenía un lado supergeneroso que tampoco se conoce mucho".

Estilo a dos voces

Dos primeras versiones de La viuda Basquiat (libro traducido al español por Guillermo Sánchez Arreola), se desecharon porque ''algo no funcionaba". Encontrada la forma, casi se escribió sola. Y consiste, dice Clement, en que está escrito como si fuera una película de cine mudo: ''El corazón del libro es la escena cuando están viendo la película Capullos rotos, de D.W. Griffith. En la obra de Jean-Michel hay un juego con el cine mudo, la idea de palabras que te están diciendo cosas".

Por otra parte, llama la atención el estilo a dos voces consignado en los capítulos. La narración en turno suele ser retomada en primera persona. Pero Clement no entrevistó a Suzanne. ''Como autora escribo su voz que no me cuesta mucho trabajo porque la puedo escuchar en mi cabeza. Además, le dediqué el libro. Claro, cuando lo acabé, se lo enseñé para ver si estaba de acuerdo y así fue, aunque hay una parte que encontró dolorosa". Por ejemplo, la imposibilidad de tener hijos a causa de una enfermedad venérea que le contagió Jean-Michel, cosa que nunca le contó porque ''eso le iba a doler demasiado".

La muerte de Basquiat, para Suzanne, fue devastadora. Sin embargo, más o menos al año ella dejó la heroína y empezó a trabajar en favor de otros adictos. A sus 28 años regresó a la preparatoria. Luego, estudió medicina, graduándose con los máximos honores y en la actualidad cursa una especialidad en pediatría. ''A pesar de que su relación con Jean-Michel se complicó por las drogas, Suzanne es una mujer de enorme humanidad. Eso es evidente en su forma de vivir posterior al fallecimiento de Basquiat mediante su desempeño como doctora y atendiendo a niños". Recientemente, una obra del artista se vendió en 3.3 millones de dólares, en Estados Unidos.

(La viuda Basquiat es más testimonio más que novela y fue editado de forma paralela en el Reino Unido por Canongate Books. Se presentará el 17 de agosto, a las 19:00 horas, en la Casa del Risco, en Plaza de San Jacinto, San Angel.)