JUEVES 27 DE JULIO DE 2000
Ť Su nuevo disco, una puerta para este género del nuevo siglo
Mártires del Compás, grupo que revive el flamenco
Juan José Olivares Ť Mártires del Compás, grupo español del llamado flamenco billy o de la calle ("para darle un sentido más urbano, sacarlo un poco de las tabernas, de los sitios típicos y descubrirlo por las ciudades, sobre todo en Sevilla"), entra a la escena internacional al presentar su cuarto disco denominado Mordiendo al duende, bajo el sello de la compañía Warner, que lo establece como el irreverente de esta forma de vida que es el flamenco.
El grupo se inició en 1995 con el disco (de sello independiente) Flamenco Billy, siguió Prohibido dar el cante -"que se refiere al cartel que puso Franco, en el cual asociaba lo flamenco con el hampa"-, continuó Al compás de la llaga dolorida, para finalizar con este trabajo, con el cual han surcado el estilo que no se queda en la narración de hechos callejeros.
Sin tapujos, desde Cáceres, España, vía teléfono, Chico Ocaña, compositor y líder de este grupo, comenta: "Vivo en el 2000, no puedo seguir hablando de la venta y del caballo, ni de Franco, ahora hay que hablar del sida, de la nueva esclavitud, de la pobreza exagerada, unos muy ricos y otros muy pobres; denuncio lo que no me gusta de la vida. Espero que nuestra música sea un mensaje para los hijos de su madre que provocan esta pobreza".
Y agrega: "El flamenco estaba muy estancado, no ha evolucionado, se murió Camarón (de la Isla) y se rompió el morgue, dicen. Lo que ha hecho Chico Ocaña es refrescar esos textos del flamenco y esa cosa que parecía una pena, un llanto permanente y oscuro, para convertirlo en un contexto agradable, o de denuncias sobre mujeres maltratadas o desastres ecológicos. En el grupo hay puros jóvenes que tienen cantes concretos o fados, alegrías y tarantos, combinados con esas ideas del 2000. Estamos haciendo lo que vemos y lo que vivimos, no pensamos en el pasado ni en el futuro".
Mordiendo el duende es una exquisitez suave, muy suave que se vuelve un retro a las raíces de esta banda que se nutrió de sus principios. "Lo que empezó siendo una quimera dentro del flamenco se convirtió en realidad sonora con identidad de sur a sur. En estos diez cantes, con canciones y un secreto, está la mezcolanza de nuestras influencias más cotidianas: el día a día de la música, imágenes que reciclamos con historias que aflamencamos... Mordiendo el duende es un término muy flamenco, el duende es el alma hecho un quejido jondo, jondo...
-ƑHan tenido dificultades con los intérpretes del flamenco tradicional?
-Lo que he renovado son los textos, pero la jondura sigue siendo la misma, si cuando Mártires canta por bulerías son bulerías, y respecto al purismo del flamenco, no creo en él, sólo creo en la tierra de mezclas.
"El flamenco es una forma de ser, no sólo de cantar, es vestir flamenco, follar flamenco... esta es la manera de querer o denunciar, no es sólo un sentido musical, no tiene uniforme. Antes los cantaores tradicionales nos tragaban menos, ahora cada vez más ven que hay algo, pero la vieja guardia siempre estará en contra.
"Hay peligro en ser pasional, Ƒpero sabes qué me rompe ese interior? Ver a un tío tirado en la calle pidiendo dinero. Por eso el leit motiv del grupo es el alma, el flamenco, el vivir el momento, engrandecerlo para lo bueno y para lo malo, somos cronistas de lo que vivimos y de lo que vemos. Flamenco Billy es un compendio de música, dramatismo e imagen. Mis letras son secuencias que se vuelven imágenes. Tenemos el pensamiento de los árabes, su pasividad y el viaje anglosajón, el rock and roll, y el flamenquito como una base.
Mordiendo el duende significa una puerta para un fino flamenco del nuevo siglo.