VIERNES 28 DE JULIO DE 2000
* Gira presidencial en zona marginada de Veracruz
Petición a Zedillo: "Dígale a Fox que nos siga ayudando"
* El combate a la pobreza no se agota en un sexenio, dice
Rosa Elvira Vargas, enviada, Jamapa, Ver., 27 de julio * En tres zonas rurales de marginalidad palpable, el presidente Ernesto Zedillo escuchó la misma petición, en forma abierta y velada. Y sobre todo, proveniente de mujeres: "Dígale al señor Fox que nos siga fortaleciendo, que nos siga ayudando". Al volver a Veracruz, el mandatario se reunió con beneficiarios de los programas sociales, y en respuesta dijo que cuando se vive en la democracia, la gente "es y tiene que ser escuchada'' por lo que, sin duda, el próximo gobierno atenderá sus puntos de vista y propuestas.
Y como la pobreza es algo que, dijo, no se agota en un sexenio, los resultados que se han alcanzado en la materia no son satisfactorios, y "todavía es muy profunda la desigualdad que prevalece... la pobreza que ofende la dignidad de millones de mexicanos''. El Presidente destacó que las políticas para su atención habrán de sostenerse "durante mucho tiempo''.
Ese paso en el combate a la pobreza, apuntó confiado, habrá de sostenerse con la participación de la gente, con políticas transparentes y que atiendan a su interés. En suma, "con políticas que garanticen que nunca haya desvío de recursos ni tampoco manipulación política''. Y las poblaciones deben participar en esa vía, porque la democracia que han construido los mexicanos, "de ninguna manera se agota en los procesos electorales'', subrayó.
Entonces, a esos veracruzanos que tienen a 300 mil familias en el Progresa y cinco regiones que abarcan 134 municipios considerados prioritarios por su nivel de retraso, el jefe del Ejecutivo les expuso: si las personas no tienen educación, no tienen buena salud, no están adecuadamente nutridas, dijo, no son libres.
De nada servirían ųapuntó ante unas 2 mil personas, mujeres con niños casi todasų las oportunidades de empleo, si la gente vive en la pobreza, y por más voluntad que tenga, no puede educarse o estar sana.
Para enfrentar ese fenómeno, señaló poniendo en el centro lo realizado por su administración, "hace falta un esfuerzo adicional, un estímulo que solamente lo puede dar el Estado, y éste es uno de los campos donde creo que todos estamos de acuerdo: en que el gobierno no puede guardar una actitud pasiva''.
Porque el Estado, añadió con intencionalidad en sus palabras, no puede quedarse con los brazos cruzados mientras observa que los ciudadanos, realmente y pese a lo que diga la Constitución, no son libres. Progresa "nació para dar esa libertad'' a los millones de mexicanos que hasta ahora la pobreza se los ha negado.
Y es que en su continuado recorrido luego del 2 de julio sólo por tierras gobernadas por el PRI, Zedillo llegó a Jamapa, y por segunda vez en el año evaluó el programa Alianza para el Campo. Frente a gente aplaudidora y agradecida que le prodigó su natural calidez jarocha, recordó cuando hace casi seis años ų6 de enero de 1995ų debió hablarle a los campesinos, en el puerto de Veracruz, de la crisis económica que entonces enfrentaba el país, pero que desde entonces dejó en claro que el medio rural tendría la más alta prioridad.
En el campo, aseguró, se ha seguido el camino correcto, pues se dejaron atrás los viejos instrumentos que en el pasado sólo significaron sumisión, paternalismo y corrupción, y ya no se ha vuelto a escuchar de escándalos sobre manipulación, abuso y corrupción, "que hicieron tristemente célebres a las políticas'' agropecuarias.
Y eso ha sido así, añadió Zedillo, porque se ha trabajado de manera democrática y federalista, aunque los resultados obtenidos no pueden prestarse a la vanagloria ni a la presunción, ya que el gobierno sólo ha cumplido su obligación, y ésta "proviene del mandato democrático que ustedes nos han dado''.
Luego, puso el acento en las mujeres, porque siempre ha mostrado especial inclinación sobre todo por aquellas que se dedican a las labores del campo, y hasta se permitió chancear: "No crean que no noté el aplauso que le dieron a la presidenta municipal de Jamapa. Fue más fuerte ųy lo digo con orgulloų que el aplauso que se escuchó para el Presidente de la República y para el gobernador, y šqué bueno!''.
El elogio caló, y la alcaldesa María de Jesús Tenorio no ocultaba su satisfacción. Porque esa es zona de mujeres fuertes, decididas, solidarias. Lourdes Hernández, presidenta municipal de Manlio Fabio Altamirano, se apareció también por ahí. Saludó a Zedillo, y de pasada le dijo emocionada a su colega de Jamapa: "šFelicidades Tita!". "Gracias, manita'', le respondió aquélla con arrobo.
Más adelante, en Zongolica, el Presidente evaluó el programa de Atención a Regiones Prioritarias, que quiere decir extrema pobreza, como definió Bruno Veláz- quez Gómez, quien vino para el encuentro desde Jumave, en Tamaulipas. El mismo se encargó de ponderar lo realizado en su comunidad, donde, "solamente teníamos la tierra que nos había dado la Revolución. No teníamos más y trabajábamos como podíamos para el sustento diario''.
Este programa en Veracruz, invirtió más de 416 millones de pesos para las zonas de la Huasteca Alta, Papantla, Soteapan, Uxpanapa y Sierras, donde se incluye a Misantla, la Cuenca del Papaloapan, Cofre de Perote, Pico de Orizaba y la Sierra de Zongolica, casi todas de alta concentración indígena, que siguen sumidas, pese a todo, en una profunda marginación.
Hoy, en Zongolica y en los otros sitios, no faltaron felicitaciones a Zedillo "por la democracia en México'', pero por sobre todo sobraron las peticiones, los reclamos, las súplicas de ayuda, lo mismo por caminos que por escuelas, apoyos al campo y más. Pero también estaban las tragedias individuales, la del hombre cuya hijita requiere un trasplante de hígado; la mujer que pide una pensión para su madre inválida o la indígena cuyo marido se accidentó en Estados Unidos, en un condado de Alabama, y que se encuentra en estado de coma, y no sabe nada de él.
Y otras voces de esperanza, aquellas que, con lo que Progresa les acerca, pueden decir, como Julia Olguín, quien inició la primaria cuando tenía 13 años: "A mí me interesa la carrera de leyes para ayudar a las personas pobres y que cometen injusticias con ellas las personas que tienen poder. Es injusto que por ser pobres las traten mal''. Porque en el fondo de sus palabras, como en las de otras mujeres, había la misma solicitud: que permanezcan los programas. "Con el Progresa no sólo yo tengo sueños, sino muchos niños de México y de Veracruz que quieren salir adelante'', dijo ella.