SABADO 29 DE JULIO DE 2000

Ť Regresó al foro indígena internacional, luego de 4 años


Aboga Menchú por un nuevo pacto de convivencia mundial

Ť Indios, principales víctimas del racismo, dice la Nobel de la Paz

Kyra Núñez, corresponsal, Ginebra, 28 de julio Ť La intolerancia de quienes tienen satisfechas sus necesidades y han utilizado el poder para perpetuar su imposición tiene efectos cada vez más violentos para las poblaciones vulnerables, entre quienes están los pobres del planeta, las minorías y los pueblos indígenas; "hoy como nunca, el racismo, la discriminación y la xenofobia son un problema de sobrevivencia para la mayoría de la población mundial" afirmó la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum.

La premio Nobel abogó por "un nuevo pacto de convivencia, fundado en un código de ética y un compromiso por la paz, que empiece por respetar el entorno humano, natural y cultural". En su interlocución ante el grupo mundial de trabajo para los pueblos indígenas, hizo un llamado para que en la próxima Conferencia Mundial contra el Racismo -Africa del Sur, 2002- los gobiernos del mundo encuentren una respuesta pacífica, equitativa y justa al problema de la modernidad.

La guatemalteca fue hoy la voz de antes de que fuera distinguida universalmente y tuviera que asumir compromisos internacionales, la de la combatiente nata: "las fronteras nacionales y culturales han vuelto a endurecerse para la gente, la pobreza y la desigualdad afectan a más de las cuatro quintas partes de los habitantes del planeta, y las desigualdades son cada vez más amplias".

Debe haber recaudos jurídicos, políticos e institucionales para detener el racismo, que tiene como principales víctimas a los indígenas, junto a la gente de color y a los trabajadores migrantes, porque es triste que todo ello acontezca cuando los negocios, las finanzas internacionales, la tecnología y las comunicaciones han multiplicado las relaciones y acortado las distancias entre las sociedades, dijo Menchú Tum.

La guatemalteca regresó al foro indígena luego de cuatro años de ausencia; su vuelta fue factor de optimismo para un grupo de trabajo que aparenta haber entrado en decadencia por sus contradicciones y controversias. "Regreso para reafirmar mi compromiso con la validez del grupo de trabajo de pueblos indígenas", expresó emocionada.

El grupo de trabajo, que ha sesionado por 18 años, fue evaluado por Menchú como "un ejercicio ejemplar de diálogo intercultural", donde los pueblos indígenas "han dado una contribución positiva a los valores contemporáneos de la humanidad".