SABADO 29 DE JULIO DE 2000

Ť Feminismo en México..., obra editada por la UAM


Pendientes, muchos rubros para lograr la equidad de género

Ť Incluye ensayos de Eli Bartra, Anna Fernández y Ana Lau

El respeto al cuerpo, los derechos reproductivos, a la educación y al trabajo, el salario justo y la igualdad social, además del derecho a la diferencia, son asignaturas pendientes para la mayoría de las mexicanas, escribe Ana Lau, autora, junto con Eli Bartra y Anna M. Fernández Poncela, del libro Feminismo en México, ayer y hoy.

Editado por la UAM y con un prólogo de la escritora Angeles Mastretta, las investigadoras abordan esa corriente de pensamiento y práctica política que, como tales, suman ya en México tres décadas. Sin embargo, en su texto ''El nuevo movimiento feminista mexicano a fines del milenio", Lau apunta:

''Si bien puede decirse que en otros países los diversos movimientos han conseguido cambios y transformaciones considerables, en México, un país machista, mayoritariamente católico y tradicionalista, el que el feminismo subsista es un logro."

Y continúa: ''Pero además, que haya integrado a mujeres con intereses feministas al ámbito público, que se hayan establecido agrupaciones con clara influencia feminista, que haya organismos con perspectiva de género y que en el lenguaje se ponga el acento en la diferencia sexual, demuestra que la lucha ha incidido en la vida cotidiana, así como en la política formal y en alguna medida en la toma de decisiones."

Para la historiadora, el surgimiento de los grupos de liberación femenina en México refleja factores mediante los cuales las mujeres tomaron conciencia de su opresión, como el ingreso femenino masivo al mercado laboral, mayor número de mujeres con educación superior, el desarrollo de métodos anticonceptivos baratos y eficientes y la aparición de los movimientos de protesta de los años sesenta.

Punta de lanza del cambio

Eli Bartra, en ''Tres décadas de neofeminismo en México", explica: ''El feminismo de la llamada nueva ola es aquella lucha de las mujeres por sus derechos que resurgió en la década de 1960 y principios de 1970; éste representa una continuidad del que existió a finales del siglo XVIII y con grandes bríos en el XIX y la primera mitad del XX".

Y abunda: ''La tarea fundamental del feminismo debe ser la de conciencia crítica radical, algo así como la punta de lanza del cambio en la condición de las mujeres. La acción positiva, la atención a las mujeres violadas y golpeadas, la ayuda a quienes deseen abortar, el asistencialismo en general le corresponde a las instituciones estatales, a programas de gobierno y no de los grupos feministas".

Y al final confiesa: "Uno de mis mayores deseos es que el feminismo desaparezca de la faz de la tierra en el próximo siglo. Que se conquiste la equidad entre los géneros y que el movimiento feminista no tenga ninguna razón de existir. Pero, está por verse hacia dónde nos dirigimos". (Arturo Jiménez)