DOMINGO 30 DE JULIO DE 2000
* Se mantendrá la política antiterrorista: Mayor Oreja
Asesinan presuntos etarras a ex gobernador de Guipúzcua
* Siete muertos desde que ETA rompió la tregua en diciembre pasado
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 29 de julio * Miles de personas participaron esta noche en una marcha silenciosa en la localidad de Tolosa para protestar por el asesinato del dirigente socialista y ex gobernador civil de la provincia de Guipúzcoa, Juan María Jáuregui, presuntamente a manos de la orga- nización armada vasca ETA.
Se prevé que este domingo habrá numerosas manifestaciones en toda España contra esta nueva acción armada, que formaría parte de la escalada de violencia del grupo separatista, que desde comienzos de julio ha realizado nueve atentados o tentativas de éstos.
Jáugueri fue asesinado de dos tiros en la nuca por dos individuos que le dispararon cuando el dirigente socialista desayunaba en un bar de la ciudad de Tolosa, en Guipúzcoa. Gravemente herido fue trasladado a un hospital cercano, donde murió poco después.
El militante socialista, de 50 años, quien vivía en Chile, se encontraba de vacaciones en el País Vasco, pero pese a que su nombre figuraba en varios documentos incautados al grupo armado, no llevaba escolta.
Según las primeras indagaciones policiales, los presuntos asesinos son miembros de ETA y el vehículo en el que presuntamente escaparon del bar de Tolosa fue uno que estalló luego, a unos 30 kilómetros de esa localidad, en Billabona, y quedó completamente destruido.
Sobre el hecho de que Jáuregui no llevara guardaespaldas, el delegado del gobierno, Enrique Villar, señaló que las autoridades no estaban enteradas de que se encontraba en Tolosa de vacaciones, a pesar de que días antes de la llegada del militante socialista, su familia denunció que habían aparecido pintas amenazantes en el domicilio de la víctima.
Juan María Jáuregui, el último político del Partido Socialista Obrero Español que ocupó el cargo de gobernador de Guipúzcoa. Entonces, fue pieza clave en el esclarecimiento del secuestro, tortura y asesinato, en 1983, de los presuntos etarras José Ignacio Lasa y Jose Antonio Zabala, a manos de los Grupos Antiterroristas de Liberacion (GAL), el grupo paramilitar financiado por las autoridades españolas para la guerra sucia contra ETA.
Tras finalizar su gestión, el militante socialista decidió abandonar el País Vasco ante las constantes amenazas de ETA, y actualmente residía en Santiago de Chile con su familia.
Luego de romper en diciembre la tregua unilateral que había mantenido durante 14 meses, ETA eligió como blancos a los que llama "enemigos de Euskal Herria", y que son, según el grupo, los políticos del conservador Partido Popular (PP, en el gobierno), del Partido Socialista Obrero Español (PSOE, principal fuerza opositora) y dirigentes sociales y periodistas contrarios a las tesis separatistas.
Así, ha cometido siete atentados mortales, dos ellos contra políticos socialistas: Fernando Buesa, vocero del PSOE en el Parlamento de Vitoria, y ahora Jáuregui. También asesinó al concejal del PP José Martín Carpena.
El presidente del gobierno vasco, el nacionalista moderado Juan José Ibarretxe, condenó hoy este nuevo asesinato. Afirmó que "ETA ha subido un peldaño más en su carrera hacia ningun sitio", y apeló a la "responsabilidad y madurez a los partidos para que las desalmadas actuaciones de ETA no puedan ser un motivo de división y enfrentamiento".
ETA "no es la máxima responsable de esta atrocidad, sino la única", agregó el lehendakari vasco. "ETA no sólo sobra, sino que estorba, mata, asesina, y prostituye las legítimas reivindicaciones de una parte significativa de la sociedad vasca".
Al tiempo, en el ayuntamiento de Tolosa, todos los grupos parlamentarios, con la excepción de Euskal Herritarrok (EH, marca electoral de Herri Batasuna, considerado brazo político de ETA); aprobaron una condena al atentado y llamaron al diálogo para solucionar el conflicto que desde hace más de 40 años vive el País Vasco.
El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, reiteró por su parte que el gobierno no variará su política ante el conflicto vasco, que se basa en la vía policial, y advirtió que "los zarpazos de ETA" no conseguirán que el Ejecutivo modifique su postura.
El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló a su vez que "este atentado pone de manifiesto la locura y la sinrazón" de ETA, por lo que se comprometió con el Ejecutivo de José María Aznar a brindarle su apoyo en la lucha contra la organización armada.