DOMINGO 30 DE JULIO DE 2000
* Previsible, una transición cordial en la materia
El festival caribeño, sede de la neocargada en política cultural
* Anuncian premios para pensadores de la región
Pablo Espinosa, enviado, Cancún, QR, 29 de julio * El lanzamiento de la convocatoria a los Premios al Pensamiento Caribeño fue un circo de varias pistas: constituyó el punto más brillante de todos los festivales realizados en esta ciudad-invento desde hace 14 años; también, fue una pieza maestra de ese acto invisible que consiste en marcar la raya respecto a administraciones anteriores, al tiempo que consolidar la concordia política, pues de esta transición, al menos en materia de cultura, nadie salió lastimado.
En este acto de limpia prestidigitación política ocurrió, al mismo tiempo, un fenómeno en diagonal: un eco curioso de lo que en la política doméstica se conocía hasta hace poco tiempo como la cargada, en tanto está en suspenso la designación de quién decidirá la política cultural de México en los próximos seis años.
Todo ello fue posible merced al poder de convocatoria, ciertamente impresionante, demostrado por la presencia de grandes personajes de la política y la cultura internacionales, caribeñas en particular, así como algunos de los actores fundamentales de la política cultural mexicana.
Tres ex presidentes de repúblicas caribeñas, un premio Nobel, tres presidentes de instituciones culturales, el director de Casa de las Américas, un arquitecto connotado, uno de los grandes maestros --Juan Soriano-- de las artes plásticas mexicanas, así como funcionarios culturales importantes todavía en funciones y otros actores decisivos en el ámbito de la cultura nacional, entre ellos Ignacio Toscano, ubicado hace todavía menos de un mes como el más probable sucesor de Rafael Tovar y de Teresa en el CNCA y, dados los resultados del 2 de julio, esta neocargada hizo flotar los momios, en cambio ahora, hacia Víctor Hugo Rascón Banda, presente en esta ceremonia y mencionado en los mentideros políticos, al igual que Juan José Bremer y Héctor Vasconcelos, entre los posibles sucesores en el CNCA.
Para obtener alguno de los seis Premios al Pensamiento Caribeño, podrán participar todos los académicos, intelectuales e investigadores de la región caribeña, sin importar su lugar de residencia. La convocatoria se cierra el 31 de enero de 2001. Los ganadores recibirán, cada uno, 200 mil pesos.
Para enmarcar tan solemne convocatoria se sucedieron en el podio varios oradores.
Inició Ramiro Osorio, director del Festival Caribe Internacional. Esta convocatoria promoverá "la autoconciencia y el desarrollo del pensamiento surgido en la vasta región del Caribe", explicó.
El ex presidente Miguel de la Madrid se apresuró a recordar al auditorio que durante su administración se iniciaron estos festivales caribeños, que fue precisamente en noviembre de 1987. Fue el único de los oradores que no citó a ningún gran pensador.
Oscar Arias hilvanó enseguida y en contraste un lindo ejemplo de discurso político humanista, un texto el suyo necesariamente político-literario. Habló, entre otras cosas, de la "apreciada e invencible diversidad". En corrillos, mientras, de él se susurraba en el Centro de Convenciones su posible nueva candidatura a mandatario de su país.
Siguió al micrófono Belisario Betancour, quien luego de citar a los clásicos griegos y latinos, hizo notar que el Caribe ha producido tres premios Nobel de Literatura y aquí es imprescindible que se abran comillas después de dos puntos y seguido: "Octavio Paz en México, García Márquez en Colombia y Bo Derek en las Antillas", se cierran comillas y los reporteros que cubrimos estos maratones de cultura caribeña tuvimos que regresar varias veces el casete de la grabadora para cerciorarnos de que no habíamos sido también presas del encanto caribeño en que incurrió el ex presidente colombiano.
En efecto, dijo Bo Derek por querer decir Derek Walcott. En lugar del autor de Omeros, fue convocada Diez, la mujer perfecta. (Otro lapsus similar ocurrió la tarde del viernes, antes de iniciar la prodigiosa puesta en escena del grupo Teatro Dibujado de Praga, cuando el maestro de ceremonias pidió a través del micrófono un aplauso para "el premio Nobel de la Paz, Octavio Paz, que está con nosotros", cuando quien en realidad se encontraba en las butacas era Oscar Arias, premio Nobel de la Paz 1987. El Caribe, tan paradisíaco, tan real maravilloso).
Cuando tomó la palabra Roberto Fernández Retamar, lo que el culto público asistente oyó fue una pieza maestra de oratoria, que inició con unos versos de Lezama Lima : "El mar añil añora/ el nacimiento de los dioses/ porque nacer es aquí/ una fiesta innombrable", entonó un canto fúnebre por el luto que guarda el Caribe por la muerte reciente de dos de sus poetas. Enseguida y muy cubano él, nombró a México como "el hermano mayor de todos nosotros" y culminó con unos versos de Alfonso Reyes que describen un recorrido por el Golfo: "Se oyen llegar pisadas de sandalias/ y se oye el trueno de la flauta".
Eduardo Bautista, presidente de la sociedad de autores españoles, citó en su momento a Pablo Milanés: "Cuba debería ser reconocida como reserva musical de la humanidad".
El siguiente orador, Víctor Hugo Rascón Banda, puso dos dedos en sendas llagas: en Cancún "conviven y se contradicen historia, naturaleza y entretenimiento", además "la cultura no debe estar en los tratados de libre comercio que están firmando nuestros pueblos. Deberíamos hacer apartados, como lo hizo Francia, porque el alma de los pueblos no se vende y el conocimiento y la cultura no deben estar sujetos a las leyes del mercado".
Y el gobernador Joaquín Hendricks puso los puntos sobre las íes: "A democracia y libre comercio añadámosle cultura".
Y tal se demostró; entre las siguientes actividades de tan distinguido elenco de visitantes especiales (además de los mencionados líneas arriba, Javier Wimer, Enrique Florescano, Alejandra Moreno Toscano, Abraham Zabludowsky, Alí Chumacero, entre otros) figuraron un recorrido por esa tríada metafísica: política y cultura, el poder y los intelectuales, globalización y arte, pues inauguraron sendas y conjuntas exposiciones de los pintores Omar Rayo, colombiano, y Byron Gálvez, mexicano, en un mall de Cancún (como dato curioso, el primero de todo el mundo fue prehispánico, me informa el camarada Alain Derbez: el Chac Mool).
Antes, Tovar y de Teresa respondió a este reportero que el grupo de Fox ya hizo contacto con su equipo, al menos de manera informal, para preparar la transición.
Ah, el Caribe, tan real y tan maravilloso.