DOMINGO 13 DE AGOSTO DE 2000
Ť Los presentadores de Complot exigen esclarecer los asesinatos de mujeres
Indignación por la impunidad en Ciudad Juárez
Juan José Olivares Ť En medio de una enérgica actitud de protesta, que devino mesa redonda y recital -obsequiado por la cantante Ely Guerra-, por la impunidad entorno a los crímenes de mujeres en Ciudad Juárez, fue presentado ayer, en la galería Corazón de Melón, el número de agosto de la revista Complot, que dedicó su tema principal a este, que "más que un caso de prohibición por recurrencia, es un fenómeno social".
Comenzó por relatar su experiencia, como investigadora y oriunda de esa ciudad fronteriza, la periodista Lourdes Hernández, quien resumió el porqué no se ha resuelto uno de los casos más importantes de muertes seriales en el mundo. ''Es una investigación que está mal hecha y que no ha dado los mejores resultados. Posiblemente la policía de esta entidad está involucrada al no tener la voluntad de resolver esta situación".
Por su parte, el comunicador Sergio González Rodríguez expuso con detalle los nombres de los funcionarios policiacos, como el de Francisco Martínez Molina -quien por cierto será funcionario en la administración de Vicente Fox-, que tampoco supieron aclarar esta serie de arteros asesinatos y que continúan con la línea misógina y radical de no darle tanta importancia a estas muertes, ''que nos llenan con una sombra de vergüenza a todos los mexicanos".
Siguió la intervención de Carlos Monsiváis, en voz del crítico de cine Carlos Bonfil: ''Estos crímenes son una representación de la cultura del vacío, del silencio y de la extrema violencia: decapitaciones, golpes, violación, amarraduras. Es un fenómeno olvidado que nunca se mencionó en las recientes campañas electorales. Se trata de los crímenes masivos más importantes en la historia de México".
Continuó la reflexión con la presentación de testimonios, que provocaron un dejo de impotencia ante la no fatuidad de las autoridades por resolver el asunto. Que si fue un asesino serial, que si fue la empresa del narcotráfico, que si los asesinos son protegidos por la policía... La realidad es que nadie sabe ni nadie quiere saberlo. Como lo comentaron los ponentes: ''las autoridades dijeron que ellas se lo buscaron por usar minifalda y por salir en la noche".
Pero no todo fue tristeza y desaliento. Actitudes como la de esta revista, así como de los comunicadores comprometidos con el respeto a los derechos humanos, y de artistas como Ely Guerra, quien recolecta firmas para entregar una carta a Naciones Unidas para llamar la atención internacional hacia los acontecimientos, dan una ligera esperanza.
Pero Ely llamó más la atención de los dañados escuchas, perturbados de sólo recibir malas noticias, cuando ofreció un recital.
La voz del ángel Guerra cavó y escarbó nuestros corazones para rescatar esas células de solidaridad perdidas por la bruma de la desinformación y el olvido.
Seis canciones bien down, interpretadas, como siempre, con la venia celestial de los serafines.
Se oyeron en calidad desenchufada (pero bien conectadas a la realidad social) rolitas como Yo voy e Isabela, en una bien sentida y afligida, como nunca, voz de Ely, íntegramente comprometida con esas bellas ánimas errantes desperdigadas en parajes inhóspitos de Ciudad Juárez. Sin duda, Ely otorgó su canto a esos dolorosos asesinatos que nos quitaron parte de nuestra vida.
Al final todos coincidieron que "no hay un rincón de México que pueda ocultar estas heridas", y que como dijo un periodista estadunidense (Charles Bowden), cuando alguien alzó la voz en esta entidad: "estamos ante el verdadero laboratorio del futuro".