LUNES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* La directora del INI evalúa la gestión histórica de la institución


Llaman a abordar rezagos de la agenda indígena

* Recomienda traducir la pobreza en proyectos de desarrollo basados en las comunidades

Matilde Pérez U. * Discutir de manera amplia y frontal el tema de la diversidad, la autonomía y los derechos indígenas, así como reconocer en las múltiples leyes federales y estatales la representación comunitaria y organización social de esos pueblos para que incidan en las decisiones políticas, son los asuntos que deben salir del tintero, subrayó la directora del Instituto Nacional Indigenista (INI), Melba Pría.

Al hacer una evaluación de la acción histórica del INI y en particular de su acción en la administración saliente, dijo que no basta con el análisis de la pobreza de los pueblos indígenas, saber cuántos hay, dónde están e identificar que los municipios de alta expulsión son los del sureste del país. "Hay que traducir esa pobreza en proyectos de desarrollo sustentados desde la base comunitaria a la que se beneficia y no desde la lógica institucional".

Consideró que mientras el asunto de los pueblos indígenas esté enmarcado en la desigualdad, el INI debe continuar su actividad como coordinador, promotor, auditor de las acciones gubernamentales hacia aquéllos, y seguir funcionando como el asesor y apoyo de esos pueblos. "El INI tiene que seguir poniendo el tema de los indígenas en la agenda nacional; es una institución que deberá permanecer durante el próximo gobierno pero con mayor eficiencia y con una operación que garantice que los temas de los pueblos indígenas y su participación sean tratados de manera más dinámica".

El INI debe transformarse y funcionar como una especie de secretariado técnico para los pueblos indígenas; ya no debe ser un organismo operativo porque no tiene suficientes capacidades operativas para dar respuesta a las necesidades de los pueblos. En esta administración se discutió mucho sobre el cambio del INI y del marco jurídico; ahora la "modernización de la institución tiene que darse fuera del marco jurídico para responder a las realidades regionales donde hay presencia indígena".

Conserva la confianza de indígenas

Ver al INI en la perspectiva de hoy no es suficiente, es una institución que tiene 53 años y hay que verla con esa historia. Fue creado como un organismo coordinador, para que hiciera investigación, para que pusiera el tema indígena en la mesa de cada persona; sin embargo, se convirtió en el primer maestro, médico, caminero, agrónomo, economista. En síntesis, se convirtió en una institución operativa y perdió la capacidad de influir en los demás.

Pero a pesar de las críticas, es una institución en la que los indígenas aún confían y que sigue respondiendo a muchas de las cuestiones indígenas. Son los indigenistas los que siguen abriendo puertas ante las diversas instituciones para que se aborde la causa de los pueblos indígenas.

Sin duda, reiteró, el INI debe cambiar en el marco de una política de Estado que se transforme en el trato a los pueblos indígenas. Restringir la discusión a un cambio sólo de la institución sería restringir las transformaciones; hay que ver al INI como uno de los diversos instrumentos de la política pública hacia los pueblos indígenas.

Hay que transformar la política y como un aspecto más el cambio del INI; pensar que cambiar a éste es transformar la perspectiva, la justicia, lo económico, es el "error que arrastramos desde hace años". Pero, acotó, deben ser los pueblos los que deben definir su propia política y toca al nuevo gobierno escuchar a esos pueblos.

Enumeró los temas que, según su experiencia tanto al frente del INI como en instituciones de educación, salud y en la iniciativa privada, siguen como prioridades para las comunidades y para la agenda nacional: nutrición; marco jurídico, pobreza y desarrollo económico; migración; los derechos de las mujeres; tolerancia religiosa; ambiente; educación, infraestructura social básica, y autonomía.

Destacó que la discusión en torno a la educación y la tolerancia y respeto a la diferencia de los pueblos indígenas "no está acabada. El de la diferencia no tiene que ver con el gobierno sino con la sociedad". Ambos temas deben reabrirse, en el caso de la educación, porque los pueblos no sienten que se brinde una educación suficiente; en el caso de la diversidad, porque hasta dónde la sociedad acepta realmente ese México pluricultural y pluriétnico, ya que hay quienes consideran que por ellos el país no avanza.

En cuanto a la pobreza y el desarrollo económico, político, social y cultural de los pueblos son fundamentales. "Sabemos el nombre y apellido de los pobres pero no es suficiente atenderlos con políticas públicas porque el tema indígena es transversal y debe ser tratado por cada secretaría de Estado, gobiernos estatales y municipales. No puede ser una oficina que atienda a 10 por ciento de la población, sino de una acción conjunta. Un desarrollo libre, autónomo en lo social, económico, político, cultural y religioso es fundamental para la convivencia."

Otro tema es el trato a las minorías y allí están "los indígenas y las mujeres". En el ámbito de desarrollo es paradójico porque México es integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos a pesar de tener 40 por ciento de la población en pobreza y por tanto casi no tiene ayuda para proyectos de desarrollo ni tampoco es capaz de atender la demanda de infraestructura básica que requieren las comunidades indígenas.

Reiteró: "El tema de los indígenas es de todos y de prioridad nacional, mientras no se entienda así, sólo se seguirán paliando su problemática", pero ųsubrayóų "no es válido que una institución hable todos los temas por los pueblos sino dejar que éstos lo hagan por sí. Y eso tiene aún que discutirse a profundidad".